Esopo

Esopo (Frigia, siglo VI a. C.)

Escritor griego, de quien se tienen escasos datos fidedignos. Aparece mencionado por primera vez en Heródoto (2.134), donde se le caracteriza como creador de narraciones (logopoiós). Se dice que nació en Frigia (Asia Menor), que vivió como esclavo en la isla de Samos y que encontró la muerte a manos de los habitantes de Delfos por haber cometido un robo sacrílego. Aunque la fábula como subgénero literario ya tenía raigambre en Grecia, Esopo fue quien estableció el tipo clásico de la fábula y constituyó la primera colección de éstas. Muchas fábulas populares y de autoría incierta le fueron atribuidas desde muy pronto. Las referencias de autores clásicos ponen de manifiesto que en el siglo V ya existía una obra escrita bajo su propio nombre. El peripatético Demetrio de Falero, discípulo de Teofrasto, hizo a finales del siglo IV una colección de fábulas esópicas, la cual es probablemente el arquetipo de todas las ediciones posteriores. El fabulista Fedro es quien introdujo la distinción entre fábulas de Esopo (versiones a partir de un modelo griego) y fábulas esópicas (invenciones a la manera de Esopo). Esta distinción es importante sobre todo para el estudio teórico de fabulistas más recientes como Samaniego. La literatura romana se hizo eco de estas composiciones y pronto surgieron autores como Fedro (II a. C.) y Babrio (II d. C.). El interés no decayó durante la Edad Media, cuando se mezclaron los fabularios con los grecorromanos, llamados a la sazón Isopete (esto es, Esopo) o Romulus. Durante el Renacimiento las fábulas de Esopo y las de Fedro se convirtieron en libro preceptivo de las universidades y así continuarían por mucho tiempo.

Las primeras traducciones de Esopo al castellano no se hicieron directamente del griego, sino a través de versiones latinas, como la anónima de 1489 de Zaragoza, basada en el texto de Lorenzo Valla de 1439, la bilingüe de Pedro Simón Abril (Zaragoza, 1575) o el raro Fabulario en prosa de Sebastián Mey (Valencia, 1613). En el siglo XVII y especialmente en el XVIII, con la estética moralizante volvieron a ponerse de moda los fabulistas clásicos y aparecieron nuevas versiones, siempre a partir del latín, como la de Juan de Lama (M., Antonio Sanz, 1738) o la cuidada edición de bolsillo de 1755 (M., Joaquín Ibarra). En esa época se cultivó la fábula como género y las viejas fábulas aparecieron incorporadas y más o menos reelaboradas en las nuevas publicaciones. Samaniego, por ejemplo, incluyó más de sesenta y La Fontaine había incluido un centenar. A finales del siglo XIX se publicaron las primeras versiones directas del griego con la colección de Florencio Janer (B., Bastinos e Hijo, 1871), que incluía también textos de Samaniego y de Iriarte. Más adelante se encuentran muchas más de distinto valor y no siempre vertidas del original griego: de Ángel Pumarega (M., Librería Bergua, 1934), Pilar Guibelalde (B., Iberia, 1956) o Juan Bergua (M., Ediciones Ibéricas, 1955). En los últimos tiempos han aparecido, sin embargo, varias ediciones reseñables por la calidad de su traducción: la de Pedro Bádenas (M., Gredos, 1978), anotada y con una magnífica introducción; la de Francisco Martín García y Alfredo Róspide (B., Alba, 1989), con profusión de notas e índices, y finalmente la de Gonzalo López Casildo (M., Alianza, 1998). El mencionado F. Martín García es, por otra parte, el compilador de una Antología de fábulas esópicas en los autores castellanos hasta el siglo XVIII, publicada en 1996 (Cuenca, U. de Castilla–La Mancha).

 

Bibliografía

M.ª Pilar Cuartero, «La fábula en Gracián» en A. Egido, F. Gil & J. E. Laplana (eds.), Baltasar Gracián IV centenario (1601–2001), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2004, 135–174.

Carlos García Gual, «Introducción general» en Esopo, Fábulas, Madrid, Gredos, 1978, 7–26.

Carlos García Gual, «Esopo y sus fábulas: acerca de las fábulas griegas como género literario» en C. García Gual, Figuras helénicas y géneros literarios, Madrid, Mondadori, 1991, 158–170.

Jesús M.ª González de Zárate, Las fábulas de Samaniego. Sus fuentes literarias y emblemáticas, Vitoria, Ephialte–Ayuntamiento de Laguardia, 1995.

Emilio Palacios, «Las fábulas de Félix María de Samaniego: fabulario, bestiario, fisiognomía y lección moral», Revista de Literatura 60, 119 (1998), 79–100.

 

Javier Martínez