Petronio

Petronio (siglo I)

Escritor latino al que se le atribuye la autoría del Satiricón, obra en la que el narrador y protagonista, Encolpio, describe en primera persona las variadas aventuras que vivió en su juventud. Tradicionalmente suele identificarse el autor de la obra con el cortesano de Nerón del que habla Tácito en Anales 16, 18–20, si bien la cuestión sobre la identidad del autor y, en consecuencia, sobre la datación del Satiricón está lejos de ser resuelta. Sólo conservamos pequeños fragmentos que apenas representarían una tercera parte de la obra original.

Su transmisión medieval debió de ser muy compleja y fragmentaria a juzgar por la azarosa y dispersa tradición manuscrita. Se cree que Isidoro de Sevilla podría haber manejado un ejemplar del Satiricón más completo que el que hoy tenemos, aunque los pasajes que cita o alude podrían haber llegado a su conocimiento a través de vías indirectas. No es raro, por otra parte, que determinados relatos insertos en la obra, como el de la Matrona de Éfeso, hayan gozado de una transmisión independiente.

Por lo demás, no se han encontrado huellas de la presencia de Petronio en la literatura española medieval. Será tras la editio princeps de 1482 y, sobre todo, tras la aparición de diversas ediciones de la obra de Petronio a finales del siglo XVI (1575, 1577 y 1587), que dieron a conocer los llamados excerpta longiora, cuando el conocimiento del Satiricón comenzó a difundirse por toda Europa.

En la España del Renacimiento Hernán Núñez de Toledo, el Pinciano, fue el primero en citar un pasaje del Satiricón (130,1) en su Glosa sobre las «Trezientas» del famoso poeta Juan de Mena (1499). Con todo, hubo que esperar a finales del siglo XVI para que se acrecentara el interés por la obra de Petronio. Así, Fernando de Herrera en sus Anotaciones a Garcilaso (1580) cita y traduce amplificándolo el conocido fragmento sobre los sueños. Desde finales del siglo XVI hasta la primera mitad del XVII son muchos los autores españoles que aluden o citan fragmentos de la obra petroniana: el Brocense, Tamayo de Vargas, Mateo Alemán, Lope de Vega y Baltasar Gracián, entre otros. Además, diversos autores creen reconocer la presencia inspiradora del Satiricón en algunas obras de Cervantes, sobre todo, en el Quijote y en las Novelas Ejemplares. No en vano algunos consideran el relato de Petronio como el germen de la novela picaresca. El lector más apasionado de Petronio en la España de esta época fue, sin duda, Francisco de Quevedo. En sus distintas obras a menudo cita, comenta, traduce y corrige ciertos pasajes de la obra. Comparten su entusiasmo algunos de sus amigos más íntimos como José Antonio González de Salas, el cual realizó una importante edición y comentario a Petronio (1629). También proyectaron otros comentarios a su obra Juan de Fonseca y Figueroa y Esteban Manuel de Villegas.

En 1650 se descubre en Traù (Dalmacia) el códice que contiene el pasaje completo de la Cena de Trimalción. Tras su publicación (Padua, 1664), el conocimiento del Satiricón se amplía sustancialmente. En este mismo periodo aparecen los primeros intentos de traducción, más o menos completa, a algunas lenguas nacionales: al francés, al italiano y al inglés.

A finales del siglo XVII surge también el primer intento por completar las numerosas lagunas del Satiricón con el fin de ofrecer un texto más armónico y cohesionado: nos referimos al supuesto hallazgo de François Nodot, quien declaró haber encontrado en Belgrado un manuscrito con una versión más completa del Satiricón, que publica y traduce al francés (1691-1693). Las adiciones de Nodot al texto de Petronio, aunque pronto fueron atetizadas como espúreas, gozaron de una gran fortuna en las traducciones vernáculas del Satiricón hasta bien entrado el siglo XX, pues el nuevo texto tenía la virtud de llenar algunas incómodas lagunas en el relato, haciendo su lectura más ágil. Mucha menos repercusión tuvo, en cambio, la invención del español José Marchena, que anuncia haber encontrado un manuscrito que completaba el episodio de Cuartila, editándolo en Basilea (1800). Pronto fue descubierto su engaño. Por lo demás, en España un silencio casi absoluto se mantiene sobre el Satiricón; de hecho, desde finales del siglo XVII hasta el final del siglo XIX no hallamos ninguna traducción española (ni parcial ni completa) de la novela de Petronio.

Hubo que esperar a la tesis doctoral de Marcelino Menéndez Pelayo, La novela entre los latinos (1875), para encontrar las primeras traducciones españolas de algunos pasajes de la obra, como el poema sobre la Guerra Civil o el cuento de la Matrona de Éfeso.

En el siglo XX aparecen las primeras traducciones españolas completas de la obra de Petronio. Todas ellas son, en realidad, hechas a través del francés. En concreto, siguen muy de cerca (y a veces reproducen literalmente) la versión de Héguin de Guerle (París, 1834) y la de J. Baillard en la colección Nisard (1842). Estas traducciones estaban destinadas a un público muy amplio y se limitaban a reproducir la lectio vulgata con las interpolaciones de Nodot. La primera traducción al español fue realizada por José Menéndez Novella (M., B. Rodríguez Serre, 1902), con el título de Satiricón o sátira de costumbres romanas. Le sigue la de Roberto Robert López (Valencia, F. Sempere) publicada sin año, aunque probablemente de comienzos del siglo. La tercera versión española aparece en la «Biblioteca de Autores Célebres» de la editorial Hermanos Garnier (París, 1913), firmada por Tomás Meabe, emigrado político en Francia. Al igual que las dos anteriores, se trata de una versión directa del francés, que no distingue entre el texto original de Petronio y las posteriores interpolaciones.

Estas primeras versiones al español sirven como punto de partida para la traducción de Juan Bautista Bergua (Madrid, Bergua, 1932). En el prólogo confiesa haber utilizado ampliamente la traducción de Alfred Ernout (París, 1923), si bien, al contrario que aquél, continúa traduciendo las interpolaciones de Nodot.

Con este mismo espíritu de divulgación surgirán nuevas ediciones de consumo en los años 60 del pasado siglo, que se limitan a adaptar con leves retoques las traducciones anteriores, manteniendo las transiciones de Nodot. En este grupo podríamos incluir, entre otras, El Satiricón y otros escritos (B., Iberia, 1965) de Enrique Palau; El Satiricón (B., Mateu, 1964) de Manuel Rosell; El Satiricón (M., Mediterráneo, 1966) de Antonio Espina; Historias galantes. El Satiricón (M., EDAF, 1966) de Aníbal Froufe o El Satiricón (Valencia, Prometeo, 1969) de E. Sánchez Pascual. En la España del último tercio de siglo se siguen reeditando las traducciones de los años 60, a la vez que aparecen otras nuevas, bien anónimas bien firmadas por otros traductores como J. Ribera (B., Petronio, 1973), Fernando Ayuso (EDAF, 1973), J. León Ignacio (B., Ediciones 29, 1978) o Francesc Lluís Cardona (Madrid, Amigos del Círculo del Bibliófilo, 1979), entre otros. En la mayoría de los casos se trata de versiones realizadas por traductores de lenguas modernas que no tienen formación clásica y que se limitan a actualizar las traducciones de sus predecesores.

En Hispanoamérica durante el siglo XX encontramos una traducción sin fechar realizada por J. G. L. Krohn (Buenos Aires, Tor). También en Buenos Aires El Ateneo reedita la traducción de T. Moabe (1951 y 1959), mientras que en 1967 (M., Aguilar) aparece una traducción de Francisco P. de Samaranch, que omite las fraudulentas interpolaciones de Nodot. Su traducción, aunque meritoria, a veces se muestra apegada en exceso a la versión francesa de A. Ernout.

La primera traducción del Satiricón al español que podríamos definir como original y filológicamente impecable es la de Manuel C. Díaz y Díaz para Ediciones Alma Mater (Madrid, 1968-1969). Por primera vez se enfrenta la traducción al texto latino críticamente editado y se incorporan y traducen los fragmentos y testimonios atribuidos a Petronio. Ya por entonces preparaba Lisardo Rubio Fernández su propia traducción, que, sin embargo, no será publicada hasta 1978 en la «Biblioteca Clásica Gredos». Las versiones de Díaz y Díaz y de Rubio inauguran una nueva era en las traducciones de Petronio al español. Siguiendo sus pasos aparecerán en los años siguientes otras traducciones que, como aquéllas, procurarán conjugar un profundo análisis del difícil texto del Satiricón con una versión capaz de transmitir, aunque sea mínimamente, la frescura y la elegancia de la obra atribuida a Petronio. Así, en los años 80 del pasado siglo aparecen nuevas traducciones debidas a las plumas del peruano Julio Picasso Muñoz (M., Cátedra, 1985) y del español Pedro Rodríguez Santidrián (M., Alianza, 1987), a las que se une en 1996 la versión de Carmen Codoñer (M., Akal). En el nuevo siglo cabe mencionar las de Eduardo J. Prieto (Buenos Aires, Eudeba, 2002), Bartolomé Segura Ramos (Cátedra, 2003) y José C. Miralles Maldonado (Alianza, 2014). Por último, cabe reseñar la de Marta Sampietro y Matías López, que traducen el episodio de la cena de Trimalción: El festín de Trispudientillo (B., PPU, 2007).

En catalán contamos con El Satiricó i trenta fragments (B., Quaderns Crema, 1988) por Josep M. Pallàs, con el Satiricó (B., Columna, 1988) por A. Berrio y R. Giró, y, más recientemente, con el Satíricon (Martorell, Adesiara, 2017) por Sebastià Giralt. En gallego se ha publicado Satiricón (Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1993) por Xosé Antón Dobarro y Dolores Gómez Quintas. En euskera se incluyó en el número 7 (1956) de Euzko Gogoa la traducción que Miguel de Arruza hizo del cuento de la matrona de Éfeso.

 

Bibliografía

Marcelino Menéndez Pelayo, Bibliografía hispano-latina clásica, Santander, CSIC, 1950–1953, 10 vols.

Marcelino Menéndez Pelayo, Orígenes de la novela, Santander, Real Sociedad Menéndez Pelayo / Universidad de Cantabria, 2017.

Gareth L. Schmelling & Johanna H. Stuckey, A Bibliography of Petronius, Leiden, Brill, 1977.

Ángel Sierra & Carmen Gallardo, «Traducciones españolas de Petronio: el efecto del idioma intermedio» en Julio–César Santoyo et al. (eds.), Fidus interpres, León, Universidad de León, 1989, II, 278–284.

 

José C. Miralles Maldonado