Asociación de Tradutores Galegos (ATG)

Asociación de Tradutores Galegos (ATG)

Asociación creada el 25 de mayo de 1984 por iniciativa de Xulián Maure, que era entonces subdirector general del Libro, Bibliotecas y Patrimonio documental de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia, y decidió promover una asociación para dinamizar la traducción a la lengua gallega. Los estatutos de la ATG  exigían a sus miembros haber traducido al gallego o del gallego, en edición comercial, un libro o su equivalente. Entre los objetivos de la Asociación está la protección jurídica de los traductores gallegos y la propuesta de tarifas orientativas para los distintos tipos de traducción. Para esto, la ATG se acoge a las recomendaciones de la Conferencia general de la UNESCO de noviembre de 1976 en lo relativo a la protección jurídica de las personas que traducen (derecho de propiedad intelectual, integridad de los textos, publicidad proporcional a la acordada para el traductor o la traductora, etc.). No obstante, además de objetivos de carácter profesional, la ATG pretende cuidar la calidad de las traducciones a la lengua gallega, promover el uso de la normativa legalmente fijada y estimular la traducción de toda clase de obras a la lengua gallega y de ésta a otras lenguas.

Dotando a la asociación de una capacidad de actuación que va más allá de lo estrictamente profesional, sus fundadores, destacados miembros del mundo cultural de Galicia y traductores ocasionales, intentan dinamizar el proceso de las traducciones, lo que representa un claro reconocimiento de la necesidad de disponer de un agente que amplíe la escasa oferta de versiones al gallego de obras importantes de la literatura universal; algo esencial para la normalización cultural. La ATG nació con una clara vocación de defensa y promoción del idioma gallego frente a la avasalladora presencia de las traducciones al castellano en Galicia. La ATG fijó su sede en Santiago de Compostela, capital de Galicia y centro de poder político y cultural. Su localización geográfica no solamente tiene un valor simbólico, sino que determina la actividad de la asociación, que desde su fundación se acoge a la hospitalidad del Instituto da Lingua Galega, organismo autónomo perteneciente a la Universidad de Santiago de Compostela y dedicado al estudio, defensa y promoción del idioma gallego, y una de las instituciones, junto con la Real Academia Galega, encargada de elaborar las Normas ortográficas y morfológicas del idioma gallego, aprobadas por el Parlamento de Galicia.

La posición de los fundadores de la ATG en el campo de producción cultural gallega es importante para entender su historia y las características que diferencian ésta de otras asociaciones puramente profesionales. El presidente de la primera junta directiva, constituida el 14 de septiembre de 1984, fue Antón Santamarina, profesor de Filología Románica de la Universidad de Santiago, secretario del Instituto da Lingua Galega, que, entre otras, hizo la traducción de As aventuras de Pinocchio de Carlo Collodi, por la que recibió el premio Nacional de Traducción en 1988. En 1993 fue elegido presidente de la ATG el traductor Valentín Arias, que ocupó la presidencia hasta 1997, cuando fue sustituido por el editor X. Maure, fundador de Edicións Xerais de Galicia, que dirigió la asociación hasta el año 2003. Durante su mandato se creó la Biblioteca Virtual da Literatura Universal en Galego, página web desde la que la ATG impulsa y divulga la traducción al gallego. En las elecciones del año 2003 Maure fue relevado por Xosé María Gómez Clemente, traductor y profesor de la Facultad de Traducción de la Universidad de Vigo. La composición de las sucesivas juntas directivas revela una importante presencia del mundo académico universitario, con profesorado perteneciente a las universidades de Santiago y, en mayor número en los últimos años, de Vigo, por el hecho de que éste es el único centro gallego que imparte la licenciatura de Traducción e Interpretación.

La creación y evolución de la ATG es síntoma de la progresiva consolidación del campo cultural gallego y, más concretamente, del literario, como consecuencia de la cooficialidad del idioma gallego, de su inclusión en los planes de estudio y, por consiguiente, del gran crecimiento que ha experimentado la industria editorial en Galicia en las últimas décadas, período prácticamente coincidente con el de la existencia de la asociación. No es por ello intrascendente la presencia entre sus directivos, y ya desde su fundación, de relevantes personalidades del mundo editorial gallego, así como de un considerable número de escritores y escritoras entre sus asociados. También es preciso señalar que la integración de profesionales de la traducción en el colectivo durante los últimos años coincide con las primeras promociones de egresados de la Facultad de Traducción de Vigo y con la realización de una política editorial que comienza a explorar el mercado de las traducciones dentro del sector como posible vía de crecimiento comercial del libro gallego, habida cuenta del estancamiento producido en el mercado del libro en Galicia, el descenso del público lector y la grave crisis suscitada por la gratuidad de los libros de texto. La ATG se constituye de esta manera una institución de la traducción en Galicia y en uno de sus agentes, junto con personas activas que forman parte de la cadena de la edición.

En cuanto a las actividades desarrolladas por la ATG a lo largo de su trayectoria, hay que citar la traducción al gallego de El Correo de la Unesco (1989 a 2002), la edición de la revista Viceversa. Revista Galega de Tradución, órgano de comunicación de la asociación desde 1995, en la que se publican artículos de teoría y crítica de la traducción y se divulga el trabajo de traductores y traductoras, la organización de simposios de Traducción desde 1993 y la creación de la página web, portavoz de la asociación, y, en 2000, de la mencionada biblioteca virtual Bivir, que supera el centenar de obras literarias traducidas, y que desde 2005 incluye también traducciones de textos de divulgación científica. Junto con la Fundación Plácido Castro, la asociación también creó en el año 2000 el premio de traducción que lleva su nombre, con el que se homenajea la figura de uno de los pioneros de la traducción en Galicia y que se otorga a la mejor traducción entre las publicadas cada año por la biblioteca virtual.

Camiño Noia