Iglesia Alvariño, Aquilino

Iglesia Alvariño, Aquilino (Seivane–Abadín, 1909–Santiago de Compostela, 1961)

Escritor y traductor en lengua gallega. Aunque inició estudios eclesiásticos, los abandonó para dedicarse a las letras y fue profesor de latín de bachillerato. Es autor de un único poemario en castellano, Contra el ángel y la noche, publicado en Buenos Aires en 1941. En 1946 fue premiado (y editado) en la Fiesta de las Letras de Barcelona su poema Rosa de España ardiente. En gallego publicó los libros de poemas Señardá (1930), Corazón ao vento (1933), Cómaros verdes (1947), De día a día (1960), Lanza de soledá (1961) y Nenias (1961). Después de su muerte vio la luz Leva o seu cantare, colección de poemas inéditos o publicados en periódicos y revistas. En 1949 ingresó en la Real Academia Galega con un discurso sobre A lingua dos poetas do norte de Lugo, publicado en 1964.

Inició su trabajo como traductor en 1936 con una versión al castellano de Carmen saeculare de Horacio («La canción del siglo») hecha para conmemorar el bimilenario del nacimiento de Augusto. Pero destacó, sobre todo, como traductor al gallego. El año 1949 publicó en el periódico compostelano La Noche un fragmento de la Ilíada de Homero y traducciones de poetas contemporáneos, entre otros, dos poemas de John Masefield, «Solpor» y «Vagamundos». Aparte de estas versiones, centró su labor de traductor en la literatura del mundo grecolatino: en 1950 publicó la versión gallega del Galliciense Carmen del poeta mediolatino Venancio Fortunato. Su versión al gallego de los Carmina de Horacio inició la «Biblioteca Antológica de Clásicos», creada por el Instituto Padre Sarmiento de Estudios Gallegos (1951). El traductor, huyendo de una versión literal, se compromete con el sentido del texto y trata de ponerlo en la lengua meta utilizando los recursos con que cuenta, su lengua de hablante nativo y el dominio de la palabra poética. Lo dirige un interés claramente literario y filológico (la traducción va acompañada de un vocabulario y una selección de frases en gallego) que hacen del texto una nueva creación poética.

Nueve años después, volvió a utilizar el mismo método de traducción en los textos poéticos que tradujo: la Aulularia de Plauto, que tituló A comedia da oliña (1960), y el poema anónimo Pervigilium Veneris, traducido como «A vixilia de Venus». Para título de la versión gallega del segundo idilio de Teócrito escogió «As meigas» (1961). Para celebrar el Día das Letras Galegas, que en 1986 la Real Academia Galega dedicó a Iglesia Alvariño, Manuel Díaz dio a conocer en la revista Grial cinco traducciones inéditas –cuatro de poetas latinos y una del griego– facilitadas por la familia del poeta. El primero de estos textos es una elegía de Tibulo, el poema 3 del libro i, que el traductor tituló «A saudade do enfermo», de la que hizo una primera versión en prosa y la definitiva en verso. Los otros son el poema 4 del libro i de las Epístolas de Horacio, una corta composición dirigida a Tibulo que el traductor tituló «Carta a Albio Tibulo», el poema 9 del libro iii de los Amores de Ovidio («Elexía á morte de Tibulo») y un epitafio («A Virxilio e Tibulo mortos») compuesto por Domicio Marso con motivo de la muerte, en el mismo año, de estos dos poetas.

El hecho de que Iglesia Alvariño tradujese la hermosa elegía tibuliana y, además, los poemas que tienen como tema a Tibulo –cantándolo en vida, como Horacio, o recordándolo ya muerto, como Ovidio y Domicio–, parecen indicar que pensaba ocuparse del poeta latino hasta dar una versión gallega completa de la poesía de este, labor que se vio truncada por su temprana muerte. La traducción de la composición griega presentada por Díaz es una primera versión de los cincuenta primeros versos de «Traballos e días» de Hesíodo. También del griego se citan los versos de Sófocles («Áiax», vv. 845–865) que configuran el poema «A despedida de Ayax» en su libro Lanza de soedá. Iglesia Alvariño, que tradujo en los difíciles años de la posguerra, quiso, a través de sus traducciones, elaborar modelos de lengua literaria utilizando formas vivas tomadas de la espontaneidad de los hablantes. En su introducción a la edición de Carmina (1951), que dedica al pueblo gallego, explica el objetivo que lo lleva a versionar a los clásicos latinos: huir de las formas literarias modernas y de las formas caducadas de la tradición literaria gallega, echando mano de la expresividad del habla diaria, seleccionando aquellas voces que se adapten al sentido del verso latino.

 

Bibliografía

Xesús Alonso Montero, «A traducción galega, por A. Iglesia Alvariño, das Odas de Horacio. Problemas no contexto e no texto» en A. L. Soto Vázquez (ed.), Insights into Traslation, A Coruña, Universidade da Coruña, 2001, III, 21–29.

Xesús Alonso Montero, «Aquilino Iglesia Alvariño, traductor al gallego de textos griegos y latinos», Estudios Clásicos 36 (1962), 582–583.

Xosé Manuel Dasilva, «Aquilino Iglesia Alvariño e Ramón Cabanillas, tradutores clássicos, desde Portugal», Agália 47 (1996), 275–297.

Xosé Manuel Dasilva, «A cuestión e non matar as palabras… (Sobre as traizóns de Aquilino Iglesias Alvariño como traduttore)», Viceversa 7–8 (2002–2003), 71–108.

Manuel C. Díaz y Díaz, «Unhas traduccións ineditas de Aquilino Iglesia Alvariño», Grial 92 (1986), 193–203.

Amelia Pereiro, «A traducción do idilio II de Teócrito polo poeta Aquilino Iglesia Alvariño» en VV. AA., A Antiguidade clássica e nós. Herança e identidade cultural, Braga, Universidade Católica Portuguesa, 2006, 481–488.

Amelia Pereiro, «Aquilino Iglesia Alvariño, traductor de textos griegos al gallego» en J. M.ª Maestre, J. Pascual & L. Charlo (eds.), Humanismo y pervivencia del mundo clásico III. Homenaje al profesor Antonio Fontán, Alcañiz–Madrid, Ediciones del Laberinto, 2002, III.4, 1739–1748.

 

Antón Palacio