Balaguer y Cirera, Víctor

Balaguer y Cirera, Víctor (Barcelona, 1824–Madrid, 1901)

Escritor, político y traductor en lengua castellana. En 1844 alcanzó el título de bachiller en Jurisprudencia por la Universidad de Barcelona, pero al año siguiente dejó los estudios. Cultivó la mayoría de los géneros literarios y la divulgación histórica, con más de un centenar de obras, entre ellas Don Juan de Serrallonga (1858), La libertad constitucional (1858), Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón (1860–1864), Esperances i records (1866), Tragèdies (1876) y Los Pirineus (1891). Con el sobrenombre de Lo Trobador de Montserrat, encabezó el sector liberal de la Renaixença catalana, trabajó para la recuperación de los Juegos Florales e impulsó la relación con el Felibrige provenzal. Promovió periódicos de Barcelona, como La Corona de Aragón (1854–1856), El Conceller (1856–1857) y La Montaña de Montserrat (1868), y de Madrid, como La Mañana (1877–1882). Pionero de la etnografía y el excursionismo, fijó algunos de los referentes del catalanismo. Miembro de numerosas sociedades, trabajó para la promoción de la educación, el rescate del patrimonio cultural y la difusión de la música. En 1875 ingresó en la Real Academia de la Historia y en 1883, en la Española. En 1884 inauguró en Vilanova i la Geltrú la Biblioteca–Museo Balaguer. Político activo de signo liberal desde 1854, participó en las conspiraciones del general Prim, que le llevaron al exilio. Tras la revolución de 1868 inició una ascendente carrera política, primero en Barcelona y después en Madrid, que consolidó en la Restauración: diputado en sucesivas legislaturas, senador vitalicio, presidente de los parlamentarios catalanes y también de los cubanos en las Cortes españolas, presidente de los consejos de Estado, de Instrucción Pública y de Filipinas y del Tribunal de Cuentas, ministro de Ultramar en tres ocasiones y de Fomento. Impulsó ambiciosos proyectos culturales y educativos, como la fundación del Museo–Biblioteca de Ultramar (Madrid) y el de Filipinas (Manila) y la propuesta de formación de un Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.

Se inició como traductor con trabajos cortos en la prensa. En 1845 colaboró en Madrid con la Sociedad Literaria de Ayguals de Izco, con traducciones que significaron su profesionalización. Entre 1846 y 1850, en Barcelona, se dedicó a fondo a la traducción, que realizó principalmente para la Librería Mayol, con las colecciones de teatro («Joyas del teatro») y narrativa («Biblioteca Popular Continua»), que llegó a dirigir. A partir de 1851, su dedicación fue decreciente, aunque no el interés por las traducciones, que impulsó desde la prensa y desde una colección dedicada a W. Scott (1854, inacabada). Posteriormente mantuvo una cordial relación con los traductores de su propia obra en catalán, como Johannes Fastenrath, F. Mistral, Ernesto Rossi, T. Llorente o Gaspar Núñez de Arce, entre otros.

Tradujo unos veinte títulos de narrativa de autores coetáneos franceses, con predilección por los de A. Dumas padre, entre otros El conde de Monte–Cristo (1846), Veinte años después (1849) o El vizconde de Bragelona (1849–1850), los tres publicados por Mayol (Barcelona); de E. Sue, Arturo (M., W. Ayguals de Izco, 1845–1846) y de Charles–Victor Prévost d’Arlincourt, Dios lo quiere (Mayol, 1849), seguidos de P. Féval, E. Scribe, A. de Lamartine, Alphonse Karr, Charles Rabou, Mme. Cottin y Mme. de Genlis. Realizó una docena de adaptaciones teatrales de obras de Dumas y Sue, y otras de Auguste Anicet–Bourgeois, Michel Masson, Joseph Bouchardy, Léon Gozlan, Marc Fournier, Antonio Superchi, Temistocle Solera y Edward Bulwer–Lytton, cuyos distintos grados de arreglo iban de la traducción literal a la incorporación de cambios significativos según las necesidades del teatro barcelonés y las preferencias de su público: reducción de escenas en Los mosqueteros de Dumas, 1846; modificación de un final en El conde Herman del propio Dumas (¿1850?); e incluso creación de un texto teatral a partir de una novela en Matilde de E. Sue y Félix Piat (1848). Varios de estos trabajos tuvieron ediciones posteriores, aunque nunca más allá de los años 70 del XIX, y otros quedaron inéditos. Algunas traducciones se realizaron en colaboración, y en varias utilizó el seudónimo Arturo Vilgabec, anagrama formado con su nombre y apellido. Los idiomas que manejó fueron el francés y en menor grado el italiano, que tradujo directamente al castellano. Parece probable que contó con colaboradores para las traducciones del alemán de Hoffmann y de Goethe (dentro de la obra Museo de las hermosas) y del inglés de Bulwer–Lytton. Si bien en la mayoría de ocasiones la autoría de sus traducciones aparece de un modo claro, incluso incorporada al título de la obra, en otras, el trabajo de Balaguer sólo es identificable por otras fuentes, de modo que no es descartable que tuviera participación anónima en alguna obra más.

Desarrolló su labor en un contexto de gran expectación ante la llegada de nuevas obras de los autores románticos franceses, por lo que la mayoría de las «entregas» de sus traducciones aparecieron en una fecha muy cercana a la del original, hasta el punto de empezar a traducir de los folletines de la prensa francesa antes que el autor hubiera terminado su obra. Éste es el caso de De París a Granada. Impresiones de viaje de Dumas (B., Mayol, 1847), en que el traductor dejó su sello personal al refutar en notas a pie de página las impresiones desfavorables del original. Tal presión editorial comportaba que en pocas ocasiones podía disponer de traducciones anteriores con que cotejar las suyas. En uno de los pocos casos, Piquillo Aliaga o los moriscos en tiempo de Felipe III de Scribe (B., Biblioteca General Barcelonesa, 1846) discrepó de una versión anterior, defendiendo el nombre Piquillo frente a Paquillo. Conllevaba también un ritmo de trabajo trepidante, que Balaguer, defensor de traducciones rigurosas, calificó en algunas introducciones y notas a pie de página de sus traducciones de «escritura al vapor», lamentando que los traductores no dispusieran de más tiempo para ofrecer un producto mejor terminado. El trabajo de Balaguer como traductor de autores que se situaban en el sector liberal del Romanticismo europeo dejó su influencia estética y temática en su propia obra de creación, con el ciclo literario dedicado al bandolero Joan de Serrallonga como ejemplo más significativo.

 

Bibliografía

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Joan Palomas i Moncholí