Gorostiza, Manuel Eduardo de

Gorostiza, Manuel Eduardo de (Veracruz, 1789–Tacubaya, 1851)

Escritor y traductor en lengua castellana. Hijo del gobernador de Veracruz, a la muerte de éste se trasladó con su madre y hermanos (entre ellos Pedro) a Cádiz y luego a Madrid, donde recibió una educación cuidada e ingresó en el ejército. En 1808, siendo capitán de granaderos, luchó contra los franceses hasta que fue herido gravemente y tuvo que retirarse. En Cádiz entabló amistad con liberales españoles y americanos (Michelena, Rocafuerte), con los que compartió utopías y empezó a escribir en los periódicos. Tras unos años en Francia, en 1816 regresó a Madrid, donde vivió del periodismo y del teatro. Destacó por su actividad política durante el Trienio Liberal, lo que le costó el exilio y la confiscación de sus bienes. En 1824, exiliado en Londres y recordando su nacimiento mexicano, decidió continuar su combate por la libertad poniéndose al servicio de la nueva República. Contribuyó a ello como diplomático, ministro, escritor, empresario teatral… y de nuevo con las armas, a pesar de sus años, en 1846 frente a los estadounidenses. Fue periodista, poeta y autor dramático de obras originales, traducidas y refundidas. Amigo de José Joaquín de Mora y colaborador en su Crónica Científica y Literaria, asumió su dirección, y la transformó en El Constitucional en 1820. Más tarde siguieron otros proyectos periodísticos de breve duración y clara definición política: El Correo General, El Cetro, El Patriota Español. En ellos y en algunos folletos se encuentran sus poemas, siempre intencionados. Entre 1818 y 1822 dominó la escena madrileña. Amigo de Máiquez, fue considerado el mejor heredero de Moratín. De sus obras originales destacan Indulgencia para todos, Las costumbres de antaño y Don Dieguito, en las que ejerce su crítica de caracteres y costumbres y destila sus ilusiones. De gran intencionalidad política son Una noche de alarma en Madrid y Virtud y patriotismo o el 1.º de enero en Madrid, llamada igualmente Riego en las Cabezas de San Juan. Ya de 1833 es Contigo pan y cebolla, enviada desde Londres, sátira de las lecturas románticas que fue acogida favorablemente.

De sus traducciones sobresalen El jugador, comedia en cinco actos en verso, «imitada», según el propio autor, de la que escribió J.–F. Regnard (M., Repullés, 1820). Gorostiza adaptó la escena al Madrid de su tiempo, simplificó la intriga, redujo episodios y personajes, aumentó la proximidad a las costumbres populares y explicitó la lección moral. Sus versos, romances y redondillas son notables por su calidad. El amigo íntimo, comedia en prosa de tres actos, procede de Monsieur Sans–Gêne ou L’ami de collège, vodevil en un acto de Desaugiers y Gentil. Sus aportaciones más importantes son el incremento del costumbrismo y color local, y la discusión ilustrada sobre el libre matrimonio de la mujer. Ésta, como las traducciones siguientes, realizadas en los años 1820, no llegaron a publicarse en su época y algunas permanecen inéditas. Son igualmente vodeviles adaptados El cocinero y el secretario de Scribe y Mélesville, y El amante jorobado de Scribe, Mélesville y Vandière, que traduce con un lenguaje vivo, ágil y ajustado a los giros coloquiales y costumbristas de sus personajes españoles. No se llegó a estrenar en Madrid El oso y el bajá de Scribe y Saintine, subtitulada por el autor como «extravagancia lírico dramático filosófica». En sus refundiciones de Calderón, Rojas y María de Zayas no sólo sigue la tradición dieciochesca de «arreglar» para nutrir la cartelera, sino que responde al debate sobre la capacidad de los clásicos para interesar al público decimonónico.

Las traducciones de Gorostiza alcanzan distintos niveles de literalidad; las mejores son auténticas recreaciones. Entre sus aportaciones de materia destacan la crítica de las clases privilegiadas, la estimación social del comercio, la condena moral del juego, el amor de los jóvenes y la elección matrimonial. Todos estos temas reflejan los valores ideológicos de la Ilustración y de la burguesía naciente. Desde el punto de vista formal se atiene a las reglas según la más pura preceptiva clasicista. Tanto en prosa como en verso utiliza una lengua viva y adaptada a los giros coloquiales y al carácter del castellano, de modo tal que no hay mera traslación lingüística, sino recreación de la frase. El número de representaciones de sus traducciones fue similar al de sus obras originales. En su etapa mexicana alternó el teatro con sus actividades políticas o diplomáticas. Empresario del Teatro Principal de México, representó y adaptó sus obras anteriores y prosiguió con sus traducciones del francés. Don Bonifacio o El ranchero de Aguas Calientes es la «mexicanización» de Le café des variétés de Scribe. Es la misma estrategia de adaptación de trama y personajes a un nuevo marco geográfico y social, con intensificación en el costumbrismo. Otras imitaciones de esta época fueron Estela o El padre y la hija de Scribe, Cristina o La reina de 16 años de Bayard y Emilia Galotti de Lessing, aunque a través de la versión francesa, que produjo cierto escándalo al darla por original, lo que puso en cuestión la autoría de toda su producción dramática.

 

Bibliografía

Jean Bélorgey, «Manuel Eduardo de Gorostiza, traductor entre dos mundos» en F. Lafarga, C. Palacios & A. Saura (eds.), Neoclásicos y románticos ante la traducción, Murcia, Universidad de Murcia, 2002, 219–227.

Felipe Reyes Palacios, «El jugador, la obra magistral de Manuel Eduardo de Gorostiza, según Altamirano», Literatura Mexicana 18:1 (2007), 39–58.

Joaquina Rodríguez Plaza, «Notas sobre la vida y obra de Manuel Eduardo de Gorostiza» en O. Mata (ed.), En torno a la literatura mexicana, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1989, 11–30.

Alfonso Saura, «Manuel Eduardo de Gorostiza, traductor» en F. Lafarga (ed.), La traducción en España (1750–1830). Lengua, literatura, cultura, Lleida, Universitat de Lleida, 1999, 507–519.

Alfonso Saura
[Actualización por Francisco Lafarga]