Mor de Fuentes, José

Mor de Fuentes, José (Monzón, 1762–Monzón, 1848)

Escritor y traductor en lengua castellana. Fue oficial de la Armada hasta que en 1796 abandonó la carrera militar para dedicarse al cultivo de las letras. Inició su actividad literaria con unas Poesías (1796), influenciadas por sus lecturas de los clásicos y de los poetas ingleses A. Pope y J. Thomson. La Guerra de la Independencia y los acontecimientos políticos posteriores dieron lugar a una poesía épica de tintes patrióticos, y a la fundación de un periódico, El Patriota (1809–1810, 1812–1813), portavoz de las ideas liberales. Viajó a Francia en los años 30 y a su regreso se instaló en Barcelona, donde trabajó con el editor Antonio Bergnes de las Casas prácticamente hasta su muerte. De ideas liberales y mucho más cercano al pensamiento ilustrado y la estética neoclásica que a la romántica, Mor de Fuentes fue un creador polifacético. Escribió poesía (publicó incluso un volumen de poemas en francés en 1825 y otro en varios idiomas en 1833; el poema Las estaciones, de 1819, influenciado por Thomson y Saint–Lambert); fue dramaturgo (El calavera, 1800; La mujer varonil, 1800; El egoísta o el mal patriota, 1813; La fonda de París, 1836) y autor de una de las novelas más innovadoras y logradas del momento, La Serafina (1807). Publicó un Elogio de Miguel de Cervantes (1837) y otro de Nicolás de Azara (1840), y editó las Obras de Leandro Fernández de Moratín (1834), el Teatro de Nicasio Álvarez de Cienfuegos (1836) y las Poesías de Juan Meléndez Valdés (1838). También cultivó la autobiografía (Bosquejillo de su vida y escritos, 1836). Colaboró en varios periódicos, como redactor o de forma ocasional (Semanario de Zaragoza, Gaceta de Madrid, que dirigió temporalmente en 1812, La Minerva, El Vapor).

Completó su creación original con una dilatada actividad como traductor, variada en los géneros, los autores y las lenguas de partida (griego, latín, francés, inglés, alemán). Fiel a su interés por los clásicos, en los inicios de su carrera publicó en la prensa algunas traducciones poéticas de Horacio, cuya obra publica en su lengua original en 1798,  y, sobre todo, el Ensayo de traducciones que comprende La Germania, El Agrícola y varios trozos de Tácito con algunos de Salustio […] y una epístola a Tácito (M., B. Cano, 1798), esta última en colaboración con Diego Clemencín. En adelante, su labor traductora estuvo determinada por razones económicas y sometida al ritmo de la demanda editorial. En 1810 tradujo para el editor valenciano José Ferrer de Orga una parte de la novela El cementerio de la Magdalena, de Regnault–Warin.

La mayoría de sus traducciones datan de los años 30 y son fruto de su colaboración con el editor barcelonés Bergnes de las Casas. Tradujo entonces, aparte de otros textos menores, las voluminosas Historia de la Revolución de Francia de Adolphe Thiers (1836), y del inglés la Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano de Edward Gibbon (1842), y, sobre todo, dos de las novelas más importantes del siglo XVIII, Werther de Goethe (Las cuitas de Werther, 1835; ed. facsimilar M., Júcar, 1990), en versión hecha directamente del alemán, y La Nouvelle Héloïse de J.–J. Rousseau (Julia o la Nueva Heloísa, 1836–1837). Parece que también participó, como autor o corrector, en algunas versiones firmadas por Bergnes: la Historia de España de Ch. Romey y la Historia natural del género humano de J. J. Virey. Mor se confesaba un escritor ágil, de pluma rápida tanto en las obras originales como en las traducidas; este rasgo, y el hecho de ser en su mayoría encargos editoriales que exigían rapidez, hace que sus versiones den impresión de precipitación y resulten desiguales, como ha señalado la crítica reciente a propósito de sus versiones más literarias, las de Werther y La Nueva Heloísa, novelas en las que, pese a un estilo con tendencia tanto a la afectación como al casticismo, destaca la versatilidad expresiva del traductor, la viveza de su frase y la sensibilidad para transmitir las emociones. Prueba de esos valores es que su versión de Werther es la que siguen ofreciendo en la actualidad diversas editoriales, así como la de la Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano. Casi al final de su vida, volvió a los clásicos y tradujo del griego El sueño o la vida de Luciano, que se incorporó a la Crestomatía griega (1847) de Bergnes de las Casas.

En varios de sus escritos Mor dejó sus opiniones sobre la traducción, en especial en el «Discurso preliminar» al Ensayo de traducciones, donde aborda las cuestiones centrales del discurso traductor del XVIII: la mayor o menor riqueza de las lenguas en contacto, la pertinencia de neologismos, etc. Es partidario de una traducción que respeta el sentido y la expresión del original, plantea los problemas de intraducibilidad debidos a la especificidad de las lenguas y defiende que éstas reflejan el carácter nacional.

 

Bibliografía

Joaquín Álvarez Barrientos, «Literatura y casticismo: José Mor de Fuentes y su Ensayo de Traducciones» en P. Garelli & G. Marchetti (eds.), «Un hombre de bien». Saggi di lingue e letterature iberiche in onore di Rinaldo Froldi, Alessandria, Edizioni dell’Orso, 2004, 21–30.

Jesús Cáseda, Vida y obra de José Mor de Fuentes, Monzón, Centro de Estudios de la Historia de Monzón, 1994.

José Esteban, «Introducción» en Goethe, Las cuitas de Werther. Trad. de José Mor de Fuentes, Madrid, Júcar, 1990, vii–xv.

M.ª Jesús García Garrosa, «La traducción de Julia o la Nueva Heloísa, de José Mor de Fuentes» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Traducción y traductores, del Romanticismo al Realismo, Berna, P. Lang, 2006, 159–175.

M.ª Jesús García Garrosa, «José Mor de Fuentes o el orgullo del traductor» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Autores traductores en la España del siglo XIX, Kassel, Reichenberger, 2016, 28–36.

Santiago Olives Canals, Bergnes de las Casas, helenista y editor. 1801–1879, Barcelona, CSIC, 1947.

Robert Pageard, «La traduction espagnole de Werther par José Mor de Fuentes (1835). À propos d’une réédition», Revue de Littérature Comparée 265 (1993), 267–274.

 

María Jesús García Garrosa