Inglesa de Estados Unidos, Literatura

Inglesa de Estados Unidos, Literatura

Pocos son los autores estadounidenses que no hayan sido traducidos en España, desde el canon hasta la literatura gris. Y en cada momento la recepción se ha producido por razones diferentes: el interés de algunos traductores que, por vínculo profesional o biográfico, tenían conexiones con los Estados Unidos, o la mediación de traductores de cultura afrancesada que, a lo largo del siglo XIX, vertieron lo que sus colegas franceses habían traducido del inglés. En el siglo XX y primer decenio del XXI el mercado traductor cambió sensiblemente, salvo la «laguna» en los tiempos del franquismo, cuando todo hubo de pasar por la censura. Con la restauración de la democracia se produjo una nueva ola traductora motivada por el deseo de poner no sólo en castellano sino también en las restantes lenguas del estado a todos los autores posibles. Estas traducciones deben su existencia a motivos diversos: desde las versiones de autores galardonados con algún premio hasta las nuevas traducciones de escritores canónicos.

Una de las primeras presencias fue la del político y científico Benjamin Franklin (1722–1790), de quien se tradujo primero la Vida (M., P. Aznar, 1798), obra que tuvo mucho más tarde una nueva traducción por Manuel Scholz Rich, la Autobiografía y otros escritos (B., Iberia, 1954). También hubo traducciones tempranas de El camino de la fortuna o la ciencia del buen hombre Ricardo por Antonio Mordella (Valencia, S. Faulí, 1810), Reglas para convertir en pequeño un estado grande (Cádiz, Imprenta Patriótica, 1814) por traductor desconocido, y Miscelánea de economía, política y moral por R. Mangino, a partir del francés (París, C. Farcy, 1825). Ya en el siglo XX apareció El libro del hombre de bien, sin mención del traductor (M., Espasa–Calpe, 1929; B., Planeta–DeAgostini, 1997). En 2008 Justo Navarro tradujo los Poemas de los lunes (Málaga, Instituto Municipal del Libro; ed. bilingüe), si bien la atención de los traductores de las primeras décadas del siglo XXI se ha centrado en la Autobiografía, de la que el lector dispone de varias versiones como la de Javier Lucini (Coria del Río, Mono Azul, 2007; reed. con prólogo del traductor, 2010); Javier Alcoriza publicó la suya en 2012 (M. Cátedra).

Teniendo en cuenta que en algunas de sus obras Washington Irving centró su atención en España, no es extraño que muy pronto comenzaran a aparecer versiones de las mismas. Así, Jorge W. Montgomery, de origen estadounidense, adaptó algunos cuentos de The Sketch Book en 1829 con el título Tareas de un solitario. Comenzaba así una sucesión lenta de traducciones en los primeros años, pero casi de cadencia anual desde mediados del siglo XX. De su obra más difundida, Cuentos de la Alhambra, se han hecho multitud de ediciones: la primera versión completa y directa del inglés, de José Ventura Traveset, se publicó en Granada en 1888. Desde entonces ha sido la versión más divulgada, pues ha contado con una veintena de reediciones, la más reciente en 2007.

La primera traducción de una novela de James Fenimore Cooper El espía, se publicó en Burdeos en 1831 a partir de una versión francesa. A lo largo de los dos años siguientes aparecieron Los nacimientos del Susquehanna, El piloto, El último de los mohicanos, La pradera y El bravo. En fecha también temprana Vicente Pagasartundua tradujo del francés su obra más popular, El último de los mohicanos (M., T. Jordán, 1832). Una de las versiones más notables de esta novela, que ha sido la más traducida, es la que hizo Javier Vallina para Cátedra (Madrid) en 1997.

Gran aceptación gozó de inmediato en España la obra del historiador William Hickling Prescott (1796–1859): en vida del autor se hicieron tres versiones de la Historia del reinado de los Reyes Católicos, por Pedro Sabau (M., Rivadeneyra, 1845; la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León la reeditó en 2004 con un prefacio de María Isabel del Val), por un traductor anónimo (M., Biblioteca del Siglo, 1847) y por Atilano Calvo (M., Gaspar y Roig, 1855; con varias reed.). También se publicó su Historia de la conquista de México, en versión de J. B. de Beratarrechea (M., Rivadeneyra y González, 1847–1850), así como la Historia de la conquista de Perú en dos traducciones anónimas (M., R. Rodríguez de Rivera, 1847–1848; M., Gaspar y Roig, 1851). En el siglo XX y XXI se han publicado nuevas traducciones, debidas a Rafael Torres Pabón, de las historias relativas a México (2004) y a Perú (2006; reed. 2016) en A. Machado Libros (Madrid).

Menos inmediata fue la presencia de Ralph Waldo Emerson, considerado por muchos el padre de una literatura netamente estadounidense. Si bien no constan traducciones anteriores a 1900, en la primera década del siglo XX se publicaron hasta nueve ediciones de algunas de sus obras. Es destacable que el interés por su producción histórica suscitó también un interés por su pensamiento filosófico y también por su propia biografía.

La consagración de Nathaniel Hawthorne no fue inmediata ni siquiera en Estados Unidos; sin embargo, el público español tuvo pronto acceso a algunos cuentos que se publicaron en revistas. La primera colección en forma de libro fueron los Cuentos mitológicos, en versión de Mariano Juderías Bénder (Madrid, 1875). De su obra más conocida, La letra escarlata, la primera traducción, anónima, apareció en 1930 (M., Novelas y Cuentos); ha habido luego versiones de A. Ruste (1952), Julio C. Acerete (1972), Pilar y José Donoso (1972) y Micaela Misiego (1977). Por otra parte, en 1943, Nausica (Barcelona) publicó La casa de las siete torres, en traducción de P. Elías. En 1983, en esta ocasión con el título de La casa de los siete tejados, Cátedra reimprimió la traducción de H. C. Granch (1945). En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX Hawthorne también fue difundido en Cataluña.

El poeta Henry Wadsworth Longfellow (1807–1882) obtuvo en España un reconocimiento parejo al que se le concedió en su país. La primera traducción parece ser Evangelina. Romance de la Acadia (Nueva York, Jenkins, 1871), obra del chileno Carlos Morla Vicuña. La primera edición en España fue la de la traducción en prosa de Vicente de Arana, incluida en Oro y oropel (Bilbao, Delmas, 1876); en 1894 y 1915 aparecieron nuevas versiones. Antes de Evangelina ya se habían incluido traducciones de algunos poemas en Leyendas de oro de Teodoro Llorente (Valencia, P. Aguilar, 1875). Bruno del Amo de Madrid sacó a la luz en 1930 La leyenda de oro, en traducción de Tomás Gillín. Ya en la segunda mitad del siglo XX, El Guadalhorce (Málaga) publicó Trabajos poéticos, en versión de Inés Palazuelo (1965). Más tardía fue la traducción de la obra capital de Longfellow, Hiawatha, que no apareció hasta 1972 (B., Lumen; versión de Carmen Kurtz). En 1981 Hordago (Donostia) sacó su propia versión, sin mención del traductor, y en 1992 se publicó una tercera por Jordi Quingles (Palma, J. J. de Olañeta). Mención especial merece la publicación de Americana (El Mono Azul, 2006) con las traducciones de Javier Lucini de Evangelina, El cortejo de Miles Standish y La canción de Hiawatha. En la segunda mitad del XX han aparecido traducciones en catalán y euskera.

Por su parte, Edgar Allan Poe tardó mucho en ser vertido directamente del inglés y muy poco en serlo, indirectamente, del francés, en particular de Baudelaire. Su obra más traducida ha sido, con gran diferencia, Historias extraordinarias, que con leves variaciones en el título ha tenido un éxito editorial constante a partir de la primera edición de 1858, obra de Julio Nombela (M., L. García). Durante los primeros años varios de sus cuentos aparecieron en revistas y periódicos. Algunas narraciones se publicaron con el título genérico de Cuentos (por ejemplo, la versión de Julio Cortázar en Alianza, en 1970, muy reeditada), mientras que otras aparecieron de forma individual y, por tanto, con su propio título. Si innumerables son las traducciones que se han realizado al castellano, son numerosas asimismo las existentes en otras lenguas peninsulares, sobre todo en época reciente.

También tuvo el lector español pronto acceso a la obra principal de Harriet Beecher Stowe gracias a la publicación de La choza de Tom en 1852, en la versión de Wenceslao Ayguals de Izco (M., Ayguals de Izco). La segunda traducción, anónima, es de 1853 (M., Mellado). Ese mismo año José Marés de Madrid imprimió La choza del negro Tomás. En 1855, la editorial V. Castaños de Barcelona sacó La llave de la cabaña del tío Tom, en versión de Larrosa. Éstas y otras traducciones hechas en el siglo XIX se hicieron a partir del francés. En las dos primeras décadas del XX fueron frecuentes sus traducciones, pero hubo después, hasta 1940, un paréntesis, aunque a lo largo de la segunda mitad de siglo las ediciones han sido numerosas.

Si se exceptúa algún breve texto aparecido en revistas de comienzos del siglo XX, los traductores españoles tardaron en ofrecer versiones de la obra de Henry David Thoreau (1817–1862), ensayista cercano a los postulados del trascendentalismo, cuyo reformismo partía del individuo antes que de la colectividad, y que defendía una forma de vida en comunión con la naturaleza. De hecho, la obra traducida se concentra en el último cuarto del siglo XX, y fue el espíritu rebelde y contestatario del autor lo que más atrajo la atención de los traductores: Walden seguido de Del deber de la desobediencia civil, en versión de Carlos Sánchez Rodrigo (B., Ediciones del Cotal, 1976), igualmente sigue este patrón Walden o La vida en los bosques; Del deber de la desobediencia civil en edición traducción y notas de Carlos Sánchez Rodrigo, con prólogo de Henry Miller (B. Juventud, 2011); Walden por Javier Alcoriza y Antonio Lastra (Cátedra, 2005), la versión de Marcos Nava García (M., Errata Naturae, 2013), la de Gerardo Gambolini, con notas, adoptando el título Walden o La vida en el bosque (Buenos Aires, Losada, 2013); Desobediencia civil por Mª Eugenia Díaz (M., Tecnos, 1994; reed. M. Diario Público, 2009 con otros escritos), Antonio Casado da Rocha (Irún, Iralka, 1995), con el título Desobediencia: antología de ensayos políticos, traducción y notas de Laura Naranjo, Carmen Torres y Marcos Nava (M., Errata Naturae, 2015).

Buena parte del resto de su obra también ha sido traducida: Caminar (también como Pasear), Diarios, Los bosques de Main de Hector Silva (Tegueste, Baile del Sol, 2014), Una vida sin principios, etc. Walden es inseparable de A Week on the Concord and Merrimack Rivers, ambas conforman un díptico y el gran proyecto literario y filosófico de su autor; la segunda la tradujo al español Miguel Ros González con el título de Musketaquid, (M., Errata Naturae, 2014). Cape Cod de H. Silva se publicó en 2009 (Baile del Sol; reed. 2015). El manantial: escritos reformadores, volumen en el que se nos presenta La desobediencia civil y los escritos antiesclavistas (B., Página Indómita, 2016) se debe a la edición de Antonio Lastra y Luis González, en traducción de este último. La vida salvaje: elogio del camino personal y la vida auténtica, libre, sublime, en edición de Pedro Gómez Carrizo apareció en 2018 (B., Biblok, 2016). Todo lo bueno es libre y salvaje –especie de antología de los mejores pensamientos de Thoreau– de Silvia Moreno y otros vio la luz en 2017 (Errata Naturae). El volumen con los Poemas de Thoreau, en edición y traducción de Javier Alcoriza, se publicó en 2018 (M., Cátedra). Hay que aludir a una parte muy propia de Thoreau: correspondencia y diarios; El diario (1837-1861) llegó a los lectores en español en 2017, en traducción de Ernesto Estrella (Capitán Swing); de otra parte, la correspondencia que mantuvo con H. G. O Blake está recogida en el volumen Cartas a un buscador de sí mismo de Antonio García Maldonado (Errata Naturae, 2012); y la que sostuvo con su amigo Emerson: Querido Waldo: correspondencia entre Emerson y Thoreau, traducción y notas de Alberto Chessa (M., Relee, 2018). Igualmente, existen traducciones en catalán: Walden o La vida als boscos de Anna Turró i Armengol con una introducción de Ramón Alcoberro i Pericay (San Cugat del Vallès, Símbol, 2011); Henry David Thoreau, textos escollits de Antonio Casado da Rocha y Rubén Benavent (València, Institut del Territori, 2009); en vasco: Desobedientzia zibila, versión de Civil Disobedience, de Edu Lartzanguren (Oñati, Potxo, 2010); y en gallego: Camiñando, traducida y anotada por Elva Souto (Leiro, Axóuxere, 2012).

La exploración que Herman Melville hizo de los temas psicológicos y metafísicos influyó en las preocupaciones literarias del siglo XX. Aunque su llegada fue tardía, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX su presencia ha sido constante, tanto en versiones completas como compendiadas o adaptadas para un público infantil y juvenil, sobre todo de su novela más difundida, Moby Dick. El resto de su producción (Benito Cereno, Bartleby, el escribiente) ha conocido menos traducciones: puede mencionarse, por la personalidad del traductor, la realizada por J. L. Borges de Bartleby en 1979. Por lo que se refiere a las traducciones catalanas de Melville, en comparación con otros autores estadounidenses, son ciertamente numerosas; también hay versiones de sus obras en asturiano, euskera y gallego.

La obra de Walt Whitman, que rompió con la poética tradicional en el contenido y el estilo y marcó una senda que iban a seguir muchos poetas de su país, está impregnada de individualismo, un tratamiento revolucionario del impulso erótico y la creencia en los valores universales de la democracia. En 1912 Sempere (Valencia) publicó un volumen no muy extenso de Poemas, traducido por Álvaro Armando Vasseur. En 1941 Losada (Buenos Aires) sacó a la luz Canto a mí mismo de León Felipe, que debe considerarse más paráfrasis que traducción. Especial interés merece la selección de poemas Hojas de hierba traducidos y prologados por Borges (Buenos Aires, Juárez, 1969). Entre las ediciones bilingües se encuentra la de José Luis Chamosa y Rosa Rabadán (Espasa–Calpe, 1999). También existen versiones de Whitman en catalán, euskera y gallego.

Las mejores obras de Mark Twain se caracterizan por un franco y a veces irreverente sentido del humor, rayano en la sátira social, además de por un acentuado realismo en las descripciones y el lenguaje. Sus dos obras más representativas han tenido una constante presencia en traducción, aunque en ocasiones en forma de adaptación. En la primera década del siglo XX se publicó Aventuras de Masín Sawyer de José Menéndez Novella (M., Viuda de Rodríguez Serra); con el título Las aventuras de Tom Sawyer y traducción de José Torroba apareció una nueva versión en 1941 (Espasa–Calpe), primero en Buenos Aires y después en Madrid, con varias reediciones. Su otra gran novela ha sufrido un proceso similar desde la publicación en los años 1930 de Las aventuras de Huck por Fernando de la Milla (M., Caro Raggio). Las traducciones de Twain al castellano han tenido una cadencia casi anual, pero además ha sido ampliamente traducido en las otras lenguas vernáculas.

También han sido numerosas las versiones de la extensa obra literaria de Henry James, aunque la mayoría vieron la luz en la segunda mitad del siglo XX, con gran presencia también en Hispanoamérica. La primera traducción (1946) fue la de Juan Antonio Antequera de Los papeles de Jeffrey Aspern (B., Lauro); la primera de Washington Square, con el título de La heredera, es de 1952 (B., Surco; trad. de M.ª Luz Morales). En 1970 (B., Seix Barral) apareció la traducción de Sergio Pitol, nombre muy unido a las traducciones de James al castellano. En 1996, Javier y Juan José Coy sacaron su propia versión (Salamanca, Colegio de España). Finalmente, la restauración democrática en España abrió paso a las traducciones a las lenguas peninsulares descuidadas durante la etapa anterior.

El novelista Stephen Crane, uno de los primeros exponentes del naturalismo estadounidense, abordó en La insignia roja del valor la cuestión de la Guerra Civil de su país, que suscitó el interés de los traductores españoles. Es, con diferencia, su obra más traducida, desde la primera versión de Jaime Torrens (B., G. P., 1959). Otras novelas del autor aparecidas en España han sido, por ejemplo, Maggie, una chica de la calle: una historia de Nueva York por Luisa y Ana Bravo (M., Alfaguara, 1978) o El bote descubierto y otros relatos de aventuras por María Pérez Sánchez (B., Fontamara, 1982).

La importancia literaria de Theodore Dreiser reside principalmente en su incorporación a una tradición iniciada, entre otros, por Crane. En 1930, Ediciones de Hoy (Madrid) ofreció a sus lectores El financiero en traducción de Manuel Pumarega. En 1947, tan sólo un año después de la publicación del original, Guillermo Kraft (Buenos Aires) publicó El baluarte en traducción de Horacio Laurora. De 1952 es la versión de Doce hombres por Victor Scholz (B., L.A.R.A.), y de 1961 la de Una tragedia americana por Mariano Orta (B., Caralt), muy reeditada. Hubo luego que esperar hasta 1975 para que el mismo editor publicara Nuestra hermana Carrie, en versión de Luis Solano Costa.

Por su parte, la prosa de la novelista Willa Cather (1873–1947) ofrece un vivo retrato del paisaje estadounidense y de sus gentes en lo que se ha venido a denominar el mito de la pradera y de la frontera, con el conflicto entre lo nuevo y lo antiguo, la ciudad y el campo, el artista y la sociedad. La primera traducción apareció en México (Nuevo Mundo) en 1942: Una dama perdida, obra de León Felipe; de la misma novela se hizo en 2002 una nueva versión con el título Una dama extraviada por Ismael Attrache (B., Alba; reed. 2008 y 2012). Otras traducciones de esta autora son: Mi Antonia por Julio Fernández Yáñez (Caralt, 1955), con una nueva versión por Gemma Moral (Alba, 2002; reed. en B., RBA, 2009 y 2010); Los colonos por Antonio Guardiola (Caralt, 1956); Pioneros por G. Moral (Alba, 1996; reed. 2015), autora también de Mi enemigo mortal (misma editorial, 1999; reed. 2012); La muerte llama al arzobispo por Julio César Santoyo y Manuel Broncano (Cátedra, 2000); Lucy Gayhart por Catalina Martínez Muñoz (Alba, 2008); Uno de los nuestros por Beatriz Bejarano del Palacio (M., Nórdica, 2013); Sapphira y la joven esclava por Alicia Frieyro (M., Impedimenta, 2014); La casa del profesor por Manuel Broncano (Cátedra, 2015). En gallego existe Unha muller perdida de Antía Veres Gesto (Santiago de Compostela, Hugin e Munin, 2018).

El novelista y cuentista Jack London llevó a su culminación la aventura romántica y la narración realista de historias en las que el ser humano se enfrenta a su supervivencia. Las traducciones de sus obras se retrasaron varias décadas y llegaron, sobre todo, a partir de los años 1930. De La llamada de la selva se han hecho numerosas traducciones y adaptaciones a partir de la primera de 1939 (M., Marisal; por Francisco R. Vadillo); igual ha ocurrido con Colmillo blanco desde que se publicara la traducción de Ramón D. Peres (B., Molino, 1940). Existen igualmente numerosas traducciones del resto de su obra, no sólo en castellano sino también en catalán, euskera y gallego.

El interés de los traductores españoles por el poeta Ezra Pound gira en torno a sus Cantos: Rialp (Madrid) publicó en 1960 Los cantos pisanos por Jesús Pardo. Entre todas las versiones merece un lugar especial Cantares completos en edición bilingüe de J. Coy (Cátedra, 1994–2000). Han aparecido asimismo varias antologías, como Introducción a Ezra Pound: antología general de textos, en versión de Carmen R. de Velasco y Jaime Ferrán (B., Barral, 1973), y Disfraces con selección y traducción de Javier Calvo (B., Mondadori, 1999).

La recepción de Thomas Stearns Eliot en España se inauguró en la década de 1940, con cierto retraso respecto a la aparición de su primer libro de poemas, en el que ya apuntaba, gracias a sus experimentos en dicción y técnicas poéticas, una renovación en el gusto poético. Si en su inicio la recepción fue tímida, pasó a ser más intensa en la segunda mitad del siglo XX. Así, la Editorial Hispánica de Madrid publicó en 1946 Poemas, sin el nombre del traductor; de 1978 es la traducción de Poesías reunidas por José Mª Valverde (M., Alianza). Otras versiones son la de José Miguel Aguirre de La tierra baldía (Zaragoza, San Francisco, 1965), o la de Vicente Gaos de Cuatro cuartetos (M., Rialp, 1951); así como Asesinato en la catedral por Francisco de A. Carreres (M., Ediciones y Publicaciones Españolas, 1949); Reunión de familia por Rosa Chacel (Buenos Aires, Emecé, 1953); Prufrock por Felipe Benítez Reyes (Valencia, Pre–Textos, 2000).

La obra de Francis Scott Fitzgerald representa el máximo exponente literario de la «edad del jazz». De 1953 es la versión de E. Piñas de El gran Gatsby (B., J. Janés; varias reed.); y de 1983 la de José Luis López Muñoz para Alfaguara. También se han traducido Suave es la noche por Marcelo Cervelló (B., Plaza & Janés, 1963); A este lado del paraíso por Juan Benet (Alianza, 1968); El último magnate por Cecilia Boisier y Antonio Skármeta y Los malditos y los bellos por Mª Angélica Grau (ambas en M., Rodas, 1972), de la que existe una nueva versión por J. L. López Muñoz con el título de Hermosos y malditos (B., Bruguera, 1981); El crack por Mariano Antolín Rato (misma editorial, 1983). Entre las colecciones de sus cuentos destacan los dos volúmenes publicados por Alfaguara en 1997 con la traducción de Justo Navarro. Son numerosas las versiones catalanas y también existen diversas traducciones al asturiano, euskera y gallego.

John Dos Passos, miembro de la denominada Generación Perdida, escribió novelas de fondo amargo y carácter impresionista que atacan la hipocresía y el materialismo de entreguerras. Su vinculación con España atrajo el interés por su obra, en algunos casos de forma inmediata: ya en 1929 se publicó Manhattan Transfer, la novela más traducida al castellano, obra de José Robles Pazos, amigo personal del escritor (M., Cénit), y el año siguiente apareció Rocinante vuelve al camino, donde narra su estancia en España, en traducción de Márgara Villegas (M., Argis). En cuanto a la trilogía USA, Max Dickmann la tradujo por primera vez en los años 60 para Planeta. Otros traductores de estas novelas han sido M. Antolín Rato y Jesús Zulaika. En otras lenguas peninsulares el grupo de traducciones es igualmente nutrido.

El escenario de las novelas de William Faulkner es un imaginario condado sureño, cuyas connotaciones y poder simbólico le confieren una áurea casi bíblica. La proyección internacional del autor, afirmada por la concesión del premio Nobel en 1949, alcanzó también a España, como lo demuestran sus muchas traducciones. La temprana traducción de J. L. Borges de Las palmeras salvajes (Buenos Aires, Sudamericana, 1940) fue reeditada luego en España. De 1954 es la versión de Mientras agonizo por Agustín Caballero y Arturo del Hoyo (M., Aguilar), y de 1989 la de la misma obra por M. Antolín Rato (Cátedra); esta editorial publicó en 1969 ¡Absalón, Absalón! en traducción de Beatriz Florencia Nelson. De El ruido y la furia hay una primera versión por F. E. Lavalle (B., Planeta, 1972) y otra más reciente por Antolín Rato (Bruguera, 1981). Igualmente es destacable la prolífica actividad de J. L. López Muñoz como traductor de Faulkner.

En España se tradujo pronto al dramaturgo Eugene O’Neill, que intentó plasmar en su obra los problemas fundamentales del ser humano e introdujo en el teatro estadounidense el realismo psicológico. En 1920 apareció la versión de Ricardo Baeza de El emperador Jones y Antes del desayuno (M., Compañía General de Artes Gráficas). Otras versiones se dieron en América Latina. A partir de los años 80, la mayor parte de sus traductores españoles han sido autores teatrales, directores de teatro o guionistas.

Ernest Hemingway, considerado por muchos el portavoz de la Generación Perdida, ha ejercido una notable influencia por la sobriedad de su estilo, los elementos trágicos y el retrato de una época. Participó en la Guerra Civil española y, de hecho, la presencia de España en su obra es notable, lo que lo acerca a los lectores de este país. En 1968 Planeta publicó Por quién doblan las campanas, en traducción de Lola de Aguado, aunque mucho antes Claridad (Buenos Aires) había dado la versión de Olga Sanz. El viejo y el mar ha sido publicado en muchas ocasiones, la primera de ellas por Planeta en 1969, con la conocida traducción de Lino Novás Calvo. También se han publicado diversas antologías de sus relatos.

Aunque buena parte de las novelas de Vladímir V. Nabókov se publicaron inicialmente en ruso, se tradujeron al inglés, y a partir de esta lengua han tenido difusión. En España se ha traducido casi toda su producción, con atención particular a Lolita, aparecida en 1983 en versión de Enrique Tejedor (B., Seix Barral; numerosas reed.), y traducida de nuevo en 2002 por Francesc Roca (B., Anagrama). Otras obras traducidas son, por ejemplo, Pnin por María Espiñieira de Monge (B., Pomaire, 1967); Ada o el ardor por David Molinet (B., Argos, 1967); Pálido fuego por Aurora Bernárdez (Bruguera, 1968); la autobiografía Habla memoria por Enrique Murillo (Anagrama, 1986) y Cuentos completos por María Lozano (M., Alfaguara, 2001). También constituyen un grupo representativo las traducciones de Nabókov al catalán.

El novelista John Steinbeck es ubicable en la corriente naturalista o del realismo social. Su estilo, próximo al periodismo, se sustenta en una gran carga de emotividad en los argumentos y en el simbolismo que trasuntan las situaciones y personajes que crea. Tanto su vinculación con el mundo hispano como la obtención del premio Nobel propiciaron el interés por su obra en España. Ya en 1951 Planeta publicó la versión de Hernán Guerra de su obra más conocida, Las uvas de la ira, muchas veces reeditada; y de 1989 es una nueva traducción por María Coy (Cátedra). Otras obras traducidas son Al este del Edén por Vicente de Atardi (B., Éxito, 1959); Tortilla Flat por Jaime Zulaika (Bruguera, 1981); y De ratones y hombres por Román A. Jiménez (B., Edhasa, 1986) y Francisco Torres Oliver, más difundida (B., Vicens Vives, 1994). Entre los traductores catalanes destaca Manuel de Pedrolo; también existen traducciones al gallego y euskera.

Conjuntamente con Eugene O’Neill y Arthur Miller, Tennessee Williams es uno de los más importantes dramaturgos de Estados Unidos y un genuino representante de la literatura del Sur del país, muy difundido gracias a las adaptaciones cinematográficas de varias de sus piezas. El público español comenzó a recibir sus obras a partir de los años 60, si bien una vez más se cumplía la rutina de la llegada por vía argentina. En 1953 Escelicer (Madrid) publicó Un tranvía llamado deseo, en traducción de José Méndez Herrera; y de 1989 es la versión de Enrique Llovet (M., MK). La obra más traducida ha sido La gata sobre el tejado de zinc, a partir de la versión de Antonio de Cabo y Luis Sáenz (M., Alfil, 1960), a la que siguieron varias más. En 1965 esta misma editorial publicó La noche de la iguana, en versión de J. Méndez Herrera. La misma obra se incluiría, conjuntamente con otros relatos, en un volumen publicado por Alba en 1998, con las versiones de M. Antolín Rato.

John Cheever (1912–1982) presenta en sus relatos escenas de costumbres que expresan preocupación por el empobrecimiento espiritual y emocional de la clase media, mientras que en sus novelas ofrece un panorama de la vida familiar mucho más sombrío. Crónica de los Wapshot apareció en 1985 en traducción de Maribel de Juan (Alfaguara; reed. B., RBA, 2013). Esta novela tiene su secuela en El escándalo de los Wapshot, que publicó Alfaguara en 1989 en versión de la misma traductora (reed. B., RBA, 2013). Emecé de Barcelona sacó a la luz en 2003 un volumen conjunto con ambas traducciones bajo el título La familia Wapshot y años más tarde, con el título Los Wapshot, lo hizo Debolsillo de Barcelona (2018). Falconer apareció en España con el título de En la cárcel de Falconer, traducida por Aníbal Leal y Roberto Jané (B., Mundo Actual y de Ediciones, 1978; varias reed.); en 2005 con el título original por Alberto Cascarelli (B., Planeta); en 2008, un asiduo traductor de la obra de Cheever, Jordi Martín Lloret, publicó su versión de Falconer (B., Proa) y con idéntico título lo hizo en 2012 Patricia Antón de Vez (RBA). Buena parte de la fuerza narrativa de Cheever está concentrada en sus relatos, de los que puede leerse en castellano la traducción de J. L. López Muñoz y Jaime Zulaika (B., Planeta, 2006) y reeditados como Cuentos (B., Random House, 2018). De su última novela, ¡Oh, esto parece el paraíso!, existen las versiones de Maribel de Juan (Alfaguara, 1984; reed. B., Debolsillo, 2018) y Claudia Conde (B., Emecé, 2005); Bullet Park de Claudia Conde, con epílogo de Rodrigo Fresán, se publicó en 2011 (B., Austral). Sus Diarios fueron traducidos de forma inmediata: en 1993 Emecé de Barcelona sacó la versión de Daniel Zadunaisky, reeditados en 2018 (B., Literatura Random House, 2018; se trata de una edición a cargo de Robert Gottlieb; con introducción de Benjamin H. Cheever y con notas y cronología de Rodrigo Fresán). La correspondencia de Cheever, con el título de Cartas, apareció en 2018, traducida por Miguel Temprano García en edición a cargo de Benjamin H. Cheever (Random House). En catalán se han publicado los Contes (2007) y Falconer (2008), obra de Jordi Martín Lloret (Proa; Contes reed. B., Labutxaca, 2009; y Falconer por misma editorial, 2016); y Això sembla el paradís! (B., Viena, 2009).

Arthur Miller ha sido, sin duda, la figura más influyente en el teatro estadounidense del siglo XX. Su obra, salpicada de detalles biográficos, presenta diversos problemas que han de contemplarse en clave sociológica. En España ha sido muy traducido y representado. La muerte de un viajante apareció en 1952 en versión del dramaturgo José López Rubio (M., Alfil), a la que siguieron otras. The Crucible, en la que ataca la doctrina maccarthista, se tradujo como Las brujas de Salem por Jacobo y Mario Muchnik (Buenos Aires, J. Muchnik, 1955), y en España vio la luz por primera vez en 1960 con la versión del director y adaptador teatral Diego Hurtado (M., Alfil).

La mayoría de los relatos breves y novelas de Bernard Malamud (1914–1986), uno de los máximos representantes de la literatura judía estadounidense, se sitúan en el barrio neoyorquino de Brooklyn donde el autor pasó su infancia, poblado de seres marginales descritos con intensidad e ironía. Varias obras del autor han sido traducidas por Vida Ozores: el volumen de relatos El barril mágico (Seix Barral, 1962) y las novelas El dependiente (Seix Barral, 1965; varias reed.) y Una nueva vida (B., Lumen, 1966; reed. Alianza, 1974). En el mismo año que se publicó el original (premio Pulitzer 1967) apareció El hombre de Kiev, en traducción de J. Ferrer Aleu, reeditada en sucesivas ocasiones (en una, bajo el título de El reparador; M., Sexto Piso, 2007). Otros volúmenes de relatos traducidos: Idiotas primero por Gabriel Ferrater y Susana Lugones (Seix Barral, 1969); también bajo el título El reparador vio la luz la versión de Susana Rodríguez–Vida con un prólogo del novelista Philip Roth (B., El Aleph, 2011); Retratos de Fidelman por Andrés Bosch (Lumen, 1975); El sombrero de Rembrandt por Camila Batlles (B., Destino, 1979). De sus restantes novelas Plaza & Janés ha publicado diversas traducciones. La obra cumbre de Malamud, Los inquilinos, apareció en Destino en 1988, en versión de José Miguel Velloso; Las vidas de Dubin por Pepa Linares salió en 2011 (B., Sajalín); Cuentos reunidos de Damià Alou se editó en 2011 (B., El Aleph) y 2015 (B., Austral).

Otro importante novelista judío fue Saul Bellow (1915–2005), premio Nobel en 1976, cuya vida simboliza la precaria condición espiritual del hombre moderno. Sus héroes, que tratan de encontrar su identidad en la introspección, son víctimas de una sociedad que considera el dinero y el éxito como únicos valores. Al año siguiente de su publicación en Estados Unidos (1965), apareció en Destino la traducción que Rafael Vázquez Zomar hizo de la que se considera su obra maestra, Herzog. Con esta versión, muy reeditada, daba comienzo un proceso de recepción incesante. Otras traducciones de esta obra son la de Joan Ayala (Destino, 1985) o la de Vicente Campos (B., Círculo de Lectores, 2008; reed. 2012). De Carpe Diem existen versiones de J. Mª Valverde (Seix Barral, 1968; varias reed.) y Benito Gómez Ibáñez (B., Galaxia Gutenberg, 2006; B., Debolsillo, 2009; del mismo traductor y con prólogo de Cynthia Ozick, Círculo de Lectores, 2011 y Galaxia Gutenberg, 2015). Destino publicó en 1990 El planeta de Mr. Sammler, en versión de Rafael Vázquez Zamora, de la que también disponemos en la traducción de V. Campos (Círculo de Lectores, 2010); mientras que Las aventuras de Augie March no aparecieron hasta 1994 (Cátedra; trad. de Patricio Ros y Carlos Grosso). La última novela de Bellow, Ravelstein, apareció en 2000, traducida por Roser Berdaguer (Alfaguara). La obra de Bellow ha seguido cautivando a los lectores en las dos primeras décadas del siglo XXI; El legado de Humboldt obtuvo el premio Pullitzer en 1975 y se tradujo al español por Montserrat Solanas, versión revisada por S. Rodríguez–Vida (B., Debolsillo, 2006; reed. 2010); V. Campos también la tradujo para Círculo de Lectores (2006; reed. por Galaxia Gutenberg, 2016). Jerusalén, ida y vuelta de Miguel Martínez–Lage vio la luz en 2009 (Debolsillo), a la que siguieron diversas obras aparecidas bajo el patrocinio de esta última editorial: La víctima de José Luis López Muñoz (2011), Mueren más por desamor de B. Gómez Ibáñez (2013), Henderson, el rey de la lluvia de Raquel Albornoz (2016), Cuentos reunidos de Beatriz Ruiz Arrabal con prólogo de Jamis Bellow (2016). Sus Cartas, en edición de Benjamín Taylor y traducción de Daniel Gascón, salieron el 2011 (B., Alfabia, 2011). En 2007 se publicó el volumen Todo cuenta: del pasado remoto al futuro incierto de B. Gómez Ibáñez (Debolsillo, 2007), recopilación de ensayos, artículos, ponencias y apuntes de viaje que Bellow escribió entre 1948 y 1994. Cuenta también con numerosas versiones al catalán de las que cabe destacar La víctima de Jordi Martín Lloret (B., Viena, 2015) y Atrapa el dia de Ramon Folch i Camarasa (B., L’Avenç, 2015).

El novelista, periodista y ensayista Norman Mailer (1923–2007) fue, junto a Truman Capote, un innovador de la corriente literaria conocida como Nuevo Periodismo, y destacó como una de las voces más representativas de la contracultura americana. Las traducciones de sus obras son numerosas: Crónicas presidenciales por Francisco Elías y Luis Buelta (Caralt, 1964); Los ejércitos de la noche (premio Pulitzer) por Juan Carlos García Borrón (B., Grijalbo, 1969), de la que se hizo una nueva versión por Jesús Zulaika en 1989 (Anagrama; reed. RBA, 2009); Un fuego en la luna por Jesús Pardo (Plaza & Janés, 1972); El negro blanco por Isabel Vericat (B., Tusquets, 1973); Marilyn, biografía de la actriz, por Román García Azcárate (Lumen, 1974); Caníbales y cristianos (1975) y Días de gracia y arena (1976), ambas por Carlos Reig (B., Península); La canción del verdugo, también premio Pulitzer, por Antonio Samons (Círculo de Lectores, 1980). La que muchos consideran su mejor novela, Los desnudos y los muertos, se publicó en 1981 (B., Mundo Actual de Ediciones), en versión de Patricio Canto y ha conocido varias reediciones; en 2018 iba por la sexta (Anagrama). En las dos últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI ha continuado el interés por las obras de Mailer; Los tipos duros no bailan, de Francesc Roca, se publicó en 1992 y en 2018 llegó a su octava edición (B., Anagrama); su última novela, The castle in the Forest (2007), apareció en español en ese mismo año como El castillo en el bosque, traducción de Jaime Zulaika (Anagrama, 2007); en 2012 salió Miami y el sitio de Chicago, traducción y prólogo de Antonio G. Maldonado (Capitán Swing, 2012); El combate, por María Antonia Menini se publicó en 2013 (B., Contra); en The Spooky Art (2003), Mailer reunió un conjunto de textos (prólogos, introducciones, entrevistas) y material inédito que expresan sus opiniones sobre el ejercicio de la profesión de escritor, el arte de escribir, el periodismo cultural y la industria editorial; completa esta visión un análisis de autores y de la nueva narrativa norteamericana emergente; pues bien, el volumen en español vio la luz en 2012 en traducción de Elvio Gandolfo (B., Backlist). A las traducciones al castellano hay que sumar las existentes en catalán, como El nus i els morts (B., Edicions 62, 1965; obra de Ramon Folch i Camarasa) o El castell del bosc, de Xavier Llobet (B., La Magrana, 2007).

Un cierto aire de misterio rodea la biografía del novelista y autor de relatos Jerome David Salinger, el cual ha ejercido una peculiar experiencia de la intimidad literaria en medio de la sociedad de consumo y la cultura de masas. El orden de aparición de sus obras en España es inverso a la cronología de la publicación de sus originales, aunque los distancie un breve espacio de tiempo. En 1977 Bruguera publicó Levantad, carpinteros, la viga maestra, en versión de A. Bernárdez y Nueve cuentos en traducción de Marcelo Berri. Con posterioridad, Edhasa sacó otras versiones de estas obras (de la primera se encargó Carmen Criado en 2001 y de la segunda Elena Rius en 1986). La primera traducción de su obra más conocida, El guardián entre el centeno, obra de C. Criado, no apareció hasta 1978 (Alianza), reeditada en muchas ocasiones en esta y otras editoriales. Existen traducciones de sus obras en catalán, euskera y gallego.

El dramaturgo Edward Albee (1928) es un típico representante de los llamados angry young men (jóvenes airados): toma elementos del «sueño americano» para distorsionarlos y caricaturizarlos, con el fin de relativizar el papel de Estados Unidos como estandarte de las libertades individuales y manifestar la frustración de muchos de sus ciudadanos. En 1991 apareció Historia del zoo en versión de William Layton (M., J. García Verdugo), pero es conocido, sobre todo, por ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Cátedra, 1997; trad. de Alberto Mira), de la que hubo una conocida adaptación fílmica. En catalán vio la luz ¿Qui té por de la Virginia Woolf? en 1991 (B., Institut del Teatre), en traducción de Jordi Arbonès; y en asturiano apareció ¿Quién tien mieu a Virginia Woolf?, de Hector Blanco (Oviedo, Ámbitu, 2008).

El novelista y autor de relatos Truman Capote debe su popularidad en España a la multitud de traducciones publicadas. Su interés por el periodismo le acercó al reportaje de investigación, lo que dio como resultado su famosa crónica novelada de un asesinato real, A sangre fría (B., Noguer, 1966; trad. de Mª Luisa Borrás). Otras versiones de esta obra han sido las de Fernando Rodríguez (Bruguera, 1979) y Jesús Zulaika (Anagrama, 2007). En 1967 se publicó Desayuno en Tifanny’s en versión de Agustí Bartra (B., Martínez Roca), y veinte años más tarde otra más, de Enrique Murillo (Anagrama). De Otras voces, otros ámbitos se cuenta con las traducciones de Floreal Mazía (Edhasa, 1970) y Víctor Rodríguez (Bruguera, 1981).

Flannery O’Connor (1925–1964) pertenece a la generación de escritores del Sur de la segunda mitad del siglo XX: en sus novelas y relatos, en los que indagó sobre la miseria espiritual del ser humano, fluye como constante la preocupación por la búsqueda de Dios en contraposición a sucesos o conductas perversos o violentos. De su novela Sangre sabia se han publicado dos versiones, por Armando J. Durán (Lumen, 1966) y por M. Broncano y J.–C. Santoyo (Cátedra, 1990). Lumen también editó en 1968 la colección póstuma de relatos Las dulzuras del hogar, en traducción de V. Ozores; en 1973 la recopilación de cuentos Un hombre bueno es difícil de encontrar por Marcelo Covián; y en 1986 Los profetas por Luis Giménez–Frontín. Otras traducciones recientes son: El negro artificial y otros escritos por M.ª José Sánchez Calero (M., Encuentro, 2000); Cuentos completos por M. Covián, Celia Filipetto y V. Ozores (Lumen, 2005; reed. Debolsillo, 2010) y Un encuentro tardío con el enemigo por Gretchen Dobrott (Encuentro, 2006); sus dos novelas, reunidas en el volumen Novelas (Sangre sabia y Los violentos lo arrebatan), traducción de C. Filipetto, se publicaron en 2013 (Debolsillo). En catalán se ha publicado Sang sàvia i altres narracions (Palma, Documenta Balear, 2001; trad. de Joan–Antoni Cerrato); Tot els contes es la versión catalana de The Complete stories, traducción de Ernest Riera (B., Labutxaca, 2011). En euskera existe la versión de A Good Man is Hard to Find, titulada Jende ona nekez da aurkitzen (Donostia, Baroja, 1985; trad. de Mikel Azurmendi) y de los cuentos, Ez da erraza gizon on bat aurkitzea eta beste istorio batzuk (San Sebastián, Elkar, 2009; trad. de Itziar Otegi).

De la extensa producción de John Updike (1932–2009), autor de novelas, relatos cortos, poesías, ensayos y crítica literaria así como un libro de memorias personales, destaca la serie de novelas sobre Harry Conejo Angstrom, traducida íntegramente al castellano; quizás sea destacable la labor de la editorial Tusquets de Barcelona que reiteradamente ha sido responsable de las versiones de Updike en castellano: tal es el caso de Conejo es rico (2008) de Jaime Zulaika, Conejo en paz (2010) de Iris Menéndez y Corre, conejo (2015) de Jordi Fibla. Otras obras traducidas son: El centauro por Mario Bertorelli (Seix Barral, 1968); El libro de Bech, relatos cómicos breves, por A. Bosch (B., Noguer, 1971); la serie de Bech mereció la atención de la editorial Tusquets de Barcelona, que encargó a Vicente Campos la traducción de Un libro de Bech (2012), Bech ha vuelto (2012) y Adios a Bech (2013); Parejas por José Manuel Álvarez Flórez (M., Papeles de Son Armadans, 1974) y por I. Menéndez (Tusquets, 1995); Cásate conmigo por A. Bosch (Noguer, 1977); Golpe de estado por Rolando Costa (Bruguera, 1979; reed. RBA, 2011); La feria del asilo por E. Hegewiez en la misma editorial (1980) y en 2011 por Enrique Murillo (RBA); Las brujas de Eastwick por J. Ferrer Aleu (Plaza & Janés, 1984; reed. Tusquets, 2010); la misma editorial publicó en 2011 Las viudas de Eastwick por Ana Herrera. En el año 2012, la editorial RBA puso a disposición de sus lectores las novelas que componen The Scarlet Letter Trilogy: Un mes de domingos de Marta Pessarrodona; La versión de Roger de José Ferrer Aleu; y S de Ana María de la Fuente. De sus versiones en catalán, Eduard Castanyo fue el traductor de Les bruixes d’Eastwick y de su secuela Les vidues d’Eastwick publicadas, respectivamente, en 2010 y 2011 (Alzira, Bromera). En la segunda década del siglo XXI, de nuevo la barcelonesa editorial Tusquets ha proseguido su labor de poner en castellano obras de Updike: La belleza de los lirios (2011) de Jordi Fibla; Lo que queda por vivir (2011) de María Luisa Balseiro; o Mujeres (2014) de Catalina Martínez Muñoz; por su parte RBA de Barcelona sacó en 2013 La granja de Carlos Mellizo Cuadrado.

En cuanto a Philip Roth (1933-2018), otro notable representante de la escuela judía de novela, su obra se caracteriza por analizar con fino humor las frustraciones y fantasías de los judíos de los Estados Unidos. Su novela Letting Go se publicó con el título de Niños y hombres (G. P., 1965; trad. de Luis Buelta) y con el de Deudas y dolores (Debolsillo, 2008; reed. 2012; trad. por Jordi Fibla). De La pandilla existen las versiones de M. Covián (Grijalbo, 1973), J. Ferrer Aleu (Bruguera, 1983), Ramón Buenaventura (Mondadori, 2008; reed. Debolsillo, 2010). En 1976 la editorial madrileña Ultramar publicó la traducción que Mercedes Mostaza hizo de Mi vida como hombre, de la que hubo una reedición revisada en 2009 (Debolsillo). Una de sus novelas más conocidas, El lamento de Portnoy, vio la luz en Grijalbo en 1977 con la traducción de Adolfo Martín, mientras que la versión de R. Buenaventura, titulada El mal de Portnoy es de 2007 (Seix Barral; reed. Debolsillo, 2010). Bruguera publicó en 1980 Cuando ella era buena en traducción de Horacio y Margot González Trejo, con nueva edición revisada por Lourdes González en 2006 (Debolsillo; reed. 2012). Las novelas en las que relata la vida del escritor N. Zuckerman fueron traducidas en los años 80 por la editorial Versal, y en 2007 Debolsillo dio una nueva versión, obra de R. Buenaventura, con el título Zuckerman encadenado (reed. 2011; Círculo de Lectores, 2012). Otras obras de este autor han sido publicadas en los últimos años, principalmente debidas a Buenaventura y Fibla. Así, de Fibla son las traducciones de El animal moribundo (Debolsillo, 2008, reed. 2013; Mondadori, 2012; B., Aguilar, 2015), La conjura contra América (Debolsillo, 2012; reed. Random House, 2018), Elegía (Debolsillo, 2008; reed. Random House, 2018), Engaño (Seix Barral, 2009; reed. Debolsillo, 2010), Indignación (Mondadori, 2009; reed. Debolsillo, 2010 y Random House, 2018), La humillación (Debolsillo, 2011; Random House, 2018), La mancha humana (Debolsillo, 2009), Me casé con un comunista (Debolsillo, 2011), Némesis (BMondadori, 2011; reed. Círculo de Lectores, 2011; B., Debolsillo, 2012; Random House, 2014), El pecho (Mondadori, 2006; reed. Debolsillo, 2012), Sale el espectro (Mondadori, 2008; reed. Debolsillo, 2009), Pastoral americana –a juicio de algunos la mejor novela de Roth– (Alfaguara, 1999; reed. Debolsillo, 2009), Trilogía americana (Pastoral americana; Me casé con un comunista; La mancha humana) (Círculo de Lectores, 2011), El teatro de Sabbath (Debolsillo, 2011), Lecturas de mí mismo, entrevistas, ensayos y artículos que cubren un cuarto de siglo de la carrera de Roth que habla de sí mismo, de su obra y de las controversias que engendró (Mondadori, 2008; reed. Debolsillo, 2010). A Buenaventura se deben: La contravida (Debolsillo, 2007; reed. 2012), Patrimonio: una historia verdadera (Debolsillo, 2007; reed. 2011), El profesor del deseo (Mondadori, 2007; reed. Debolsillo, 2009), Operación Shylock (Debolsillo, 2011), Los hechos: autobiografía de un novelista (Debolsillo, 2009), El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras (Seix Barral, 2003; reed. Debolsillo, 2011). De David Paradela López es La gran novela americana (B., Contra, 2015). Tampoco han faltado las traducciones catalanas: así, Joan Fontcuberta ha traducido El trastorn de Portnoy (Edicions 62, 1997; reed. 2009), Xavier Pàmies La marca de l’home (La Magrana, 2001; reed. 2012), L’animal moribund (La Magrana, 2002) y Complot contra els Estats Units (RBA, 2005; reed. 2012); a Pàmies, en La Magrana, se deben las versiones catalanas de: Indignació (2009), Pastoral americana (2010), La humilliació (2010), Nèmesi (2011), Em vaig casar amb un comunista (2012); también de la mano de Pàmies, en 2014 se publicó El teatre d’en Sabbath (RBA). En vasco hay una versión de Indignation, titulada Suminez, de Nagore Tolosa Ustoa (Donostia, Meettok, 2009) y, en la misma editorial, otra de Nemesis de Beñat Sarasola Santamaria (2011). En gallego, Pastoral americana de Fernando Moreiras apareció en 2013 (Pontevedra, Faktoria K de Libros).

Raymond Carver fue, además de ensayista ocasional y poeta, un escritor de relatos breves que impusieron el modelo narrativo denominado realismo sucio por tratar sólo temas cotidianos con un estilo seco y sin concesiones metafóricas. Varias colecciones de relatos han aparecido en Anagrama: así, en traducción de Jesús Zulaika De qué hablamos cuando hablamos de amor (1987), ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (1988), Tres rosas amarillas (1995), y en traducción de Benito Gómez Ibáñez Catedral (1986) y Si me necesitas, llámame (2001). De su poesía se han encargado M. Antolín Rato y Jaime Priede. El primero de ellos tradujo para Visor Bajo una luz marina (1990) y Un sendero nuevo a la cascada: últimos poemas (1993); el segundo tradujo para Bartleby Sin heroísmos, por favor: prosa, poesía y crítica literaria (2005) y Todos nosotros: poesía reunida (2006) y para la gijonesa Nómadas De donde hayan vivido (1995).

 

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