Francisco López Cuesta: «Prologo al Letor» y «Advertencias para el Letor»
Epistolas del glorioso Doctor de la Yglesia San Geronimo (Madrid, Luis Sánchez, 1613)
Fuente: Julio–César Santoyo, Teoría y crítica de la traducción: antología, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 1987, 78–79.
«Prologo al Letor»
[78] Pues porque no todos entienden la lengua Latina, conuino que se traduxessen estas Epistolas en Romance Castellano, para que assi gozen todos del, alomenos alguna parte. Y si alguno dixere, que no tienen en nuestra lengua la magestad y grauedad que en la Latina, en que el Santo las escriuio no podre negarselo: pero essa falta es general en todas las cosas que se traduzen de vna lengua en otra, aunque sea la santa Escritura: la qual no tiene en Latin la magestad y enfasi, que tiene en el Hebreo, y Griego en que se escriuio: y assi quando quieren los que predicã, o leen Escritura, ponderar la sinificacion de algun lugar, para mejor hacerlo, lo citan en Hebreo, o Griego, en que se escriuio originalmente: y esta falta nace, de que cada lengua (como dize nuestro Santo) tiene su idioma y propiedad natural, para sinificar las cosas, que no la tiene otra para darles aquella sinificacion tan viua, ni aquel donaire que tenian en la que primero se escriuieron, ni aquella eficacia y gracia de su original; y assi sucede lo que en el vino, que trassegandolo muchas vezes de vna vasija en otra, pierde su fuerça y vigor: assi las cosas que se traduzen de vna lengua en otra, pierden su energia, su flor, su gracia y propiedad. Y en razon desto, dize nuestro Santo Doctor, escriuiendo al gran Orador Romano, que no ay que espantar, si la traslación ad verbum de Griego en Latin, no guarda entera y puntualmente el verso: pues si queremos (dize el Santo) poner en prosa, lo que dixo Homero en verso, aunque sea en la misma lengua Griega, apenas tiene coherencia y gracia. Esta misma dificultad sinificò nuestro Santo en la Epistola treinta y vna ad Theophilum, donde dize que passò gran trabajo en traduzir de Griego en Latin, vn libro que le auia embiado para esto, el sobredicho Teofilo, Vt omnes, sententiae pari venustate transferrem, & Graecae eloquentiae, [79] Latinum aliqua ex parte responderet eloquium. Y en la Epistola setenta y ocho a Pamaquio, y Marcela, hablando de vna Epistola que auia traduzido de Griego en Latin, dize assi: In qua laborasse me fateor, vt verborum elegantiam, pari interpretationis venustatem seruare, & intra definitas lineas currens, nec in quoquam excedens loco, eloquentiae eius fluenta non perderem; easdemque res, eodem sermone transferrem. Y en la Epistola ciento y vna a Pamaquio, repite lo que dixo, traduziendo el Cronicon de Eusebio Cesariense, capitulo segundo, por estas palabras: Difficile est, alienas lineas in sequentem, non alicubi excidere, & arduum, vt quae in alia lingua benè dicta sunt, eundem decorem in translatione conseruent. Y al fin del capitulo quarto de la misma Epistola, dize assi: Quanta enim apud Graecos bene dicuntur, quae si ad verbum transferamus, in Latino, non resonant? & è regione, quae apud nos placent, si vertantur iuxta ordinem, apud illos displicebunt. Y en la Epistola sesenta y cinco a Pamaquio, y Oceano, dize assi: Quid autem laboris in transferendis libris Periarcon sustinuerim, vestro iudicio derelinquo; dum & mutare quidpiam de Graeco, non est vertentis, sed euertentis: & eadem ad verbum exprimere, nequaquam eius, qui servare velit eloquij venustatem. Pues si esto es assi, no ay que marauillar, que las Epistolas deste Santo Doctor, por mejor que se traduzgan, no tengan en Romance, ni en otra lengua vulgar, la gracia, enfasi y magestad, que tienen en Latin: porque esso no está en manos del que las traduce. Y si alguno no se persuade a ello, prueue a darsela, y vera como no sale con su intento, traduziendo fielmente, y con verdad y propiedad: y no haziendo alguna parafrasi, o tal que cosa: y ni aun desta manera me atreuo a dezir, que no lo podra hazer. […] Y si se pone el a traduzir vna destas Epistolas, vera que es mas dificultoso este negocio de lo que parece, y mas facil juzgar las faltas agenas, que emendar las propias. […] Vna cosa ruego a los tales, y es, que primero que juzguen desto, lean la Epistola ciento y vna de nuestro Santo, De optimo genere interpretandi, que està en el libro sexto destas, que si bien la miran, hallaran que he guardado sus reglas en mi traducion.
«Advertencias para el Letor»
El lenguaje es el que se vsa comunmente sin artificio, ni afectacion, como lo aconsejan Aristoteles, y Ciceron: porque como dize nuestro Santo, escriuiendo a la virgẽ Maurito, lo que se escriue para todos, ha de ir llano, y demanera que lo entiendan todos: y lo demas es adulterar nuestra lengua Castellana, que de suyo es muy graue, y muy sinificatiua: y por vsar algunos de vocablos peregrinos, la sacan de sus quicios, y hazen que no todos entiendan lo que dizen: lo qual es vicio insufrible, y en traslacion seria muy dañoso.