Rocha

Gómez de la Rocha y Figueroa: «Prologo»

Emanuele Tesauro, Filosofia Moral derivada de la alta fuente del grande Aristoteles Stagirita, Lisboa, Antonio Craesbeeck de Mello, 1682, [5–12].

Fuente: Julio–César Santoyo, Teoría y crítica de la traducción: antología, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 1987, 91.

 

[91] La Obra de traducir no me persuado, que sea la mas gloriosa, bien que aia sido Estudio de Nobles, de Soberanos, y aun de Sagrados Ingenios; pero tampoco me parece, que es la menos difficil.

El Pintor, que inventa traslada al Lienzo la espontanea concebida Imagen con libre mano; no assi el que copia, en quien ni es libre la mano, ni la Idea. Aquel tiene, que obedecer á los preceptos del Arte, dejando en lo demas correr libremente las lineas; este, no solo debe obedecer al Arte, sino al termino, que le prescriben agenos rasgos: aquel solo vence una difficultad; este dos.

Aun digo mas: que no siendo la Obra de traducir la mas gloriosa, ni la menos difficil, tiene tambien otra circunstancia, que le acaba de hacer ingrata fatiga: el estar mas expuesta á la censura.

En la Arte de pintar assi el que copia, como el que inventa, tiene su Exemplar, á quien deba seguir: el que inventa, le tiene dentro de su Entendimiento; el que copia, le tiene fuera en el Lienzo de otro: la destreza es sacar vivamente parecida la imagen el exemplar; pero como este está escondido en la mente del que inventa, y descubierto en el Lienzo del que copia: de aqui es, que pudiendose cotejar la Obra de este; y no pudiendose cotejar la Obra del otro: se ignoran los defectos del que inventa; y se acusan los errores del que copia. […]

Lo que quiero, pues, decir es: que sin duda le fue mas facil a nuestro Autor trasladar à la pluma su Idèa; que à mi aver de trasladar su Idéa, y su pluma; y que fue sin comparacion mas glorioso su trabajo, y mas expuesto à la censura el mio.