Matilde Ras Fernández (Tarragona, 1881–Madrid, 1969)
Grafóloga, polígrafa y traductora en lengua castellana. Huérfana de padre desde los tres años, su madre, Matilde Fernández, activa librepensadora, les proporcionó a ella y a su hermano menor Aurelio, una formación libresca y los inició en la traducción del francés hasta el punto que a los once y diez años, respectivamente, ya habían publicado más de un texto traducido por ambos en la revista La Luz del Porvenir. Su prolongado intercambio de cartas (desde 1906 hasta 1966) con la poeta catalana Víctor Català desvela las dificultades que le impidieron progresar en su incipiente carrera literaria y sus primeras tentativas en el campo de la traducción. Igualmente, estas cartas documentan las dificultades económicas que pasaron madre e hija, que viajaban a donde les surgían oportunidades de trabajo.
Sugestionada por la lectura del tratado de grafología del P. Jean–Hippolyte Michon, estudia por su cuenta esa disciplina y al poco tiempo propone a la revista de viajes y aventuras Por esos Mundos publicar un «Consultorio grafológico» con el que obtendrá un gran éxito. A mediados de 1923 la Junta de Ampliación de Estudios le concede una beca para proseguir durante dos cursos sus estudios de grafología criminalística en París (Société Technique des Experts en Écritures). A su vuelta, además de publicar una serie de tratados, convertidos ahora en clásicos de la grafología, se encarga de divulgar esta técnica gracias a publicaciones en prensa (Por esos Mundos, Heraldo de Madrid, Blanco y Negro, Estampa), a sus análisis grafológicos de personajes célebres y a sus cursos seriados de grafología. Entretanto colabora con la revista Estvdio (1913–1920) cuya editorial le publica tres novelas, Donde se bifurca el sendero (1913), Cuentos de la guerra (1915) y Quimeramia (1917) y el tratado Grafología. Estudio del carácter por la escritura (1917), todavía demandado en la actualidad.
Es en la propia revista Estvdio donde publica la traducción de los poemas por ella seleccionados (cerca de medio centenar, entre los que se encuentran obras de T. Gautier, P. Verlaine, P. Bourget, É. Verhaeren), escritos en lengua francesa o en otras lenguas peninsulares. Con excepciones, elige un conjunto de poetas hermanados por la corriente simbolista–modernista finisecular. Por otra parte, su confesada admiración por Victor Hugo y otros poetas románticos franceses se hace patente al estudiar el resto del trabajo de la traductora. Apreciaba igualmente la poesía portuguesa, como se reafirma durante su posterior estancia en Portugal, donde tuvo ocasión de trabar amistad con destacados poetas lusos. Mención aparte merecen las traducciones de los autores catalanes Joan Maragall y Víctor Català. Su versión de tres de los poemas de Maragall será elegida para formar parte del volumen XXVIII, dedicado a Maragall, de la colección «Las mejores poesías líricas de los mejores poetas» (B., Cervantes, 1931). Igualmente, las traducciones de los cuatro poemas de Mistral que figuran en la revista serán más tarde recogidas en el libro Mistral. El clásico moderno (B., Casa Editorial Estvdio, 1914) de Manuel de Montoliú. También la traducción de un soneto de Paul Verlaine mereció una mención en la revista Cervantes (enero de 1919).
Años más tarde, traduce para la revista Ciudad de los Muchachos siete poemas de su elección escritos por R. Serra, T. Gautier, P. Verlaine, A. Douglas, V. Victorino y E. de Andrade. Como en la traducción de los anteriores, desde el punto de vista formal, la subjetividad de Ras es muy notable; generalmente somete al texto de partida a un proceso de reducción, haciéndole en ocasiones perder contenido tanto verbal como semántico, pero logra transmitir el pensamiento del original al mismo tiempo que las peculiaridades estilísticas de su autor. En marzo de 1942 visita a la poeta portuguesa Virgínia Victorino de la que había traducido al menos tres poemas y publicado su delicado soneto «Suavidad» y en su diario escribe satisfecha: «He visto a Virginia Victorino que ha dado el visto bueno a mi traducción de un par de sonetos suyos».
Traduce para Estvdio una docena de ensayos de carácter divulgativo que tienen como objetivo dar a conocer a los grandes filósofos clásicos. En 1918 vierte El Renacimiento del conde Arthur de Gobineau, donde su autor sostiene con su habitual pesimismo que el Renacimiento, tanto en el ámbito de las artes como en el de la política, constituyó el último y pasajero triunfo de la raza aria sobre las fuerzas burguesas. A esta versión dedicó Xenius (Eugenio D’Ors) una Glosa publicada en La Veu de Catalunya (28 de febrero de 1919).
Un año antes del comienzo de la Guerra Civil (que pasa en Valencia en casa de unos amigos) muere su madre. De vuelta en Madrid, sola, sin casa (destruida durante un bombardeo) y sin recursos, consigue que la contrate una revista del régimen, Haz, que la envía como redactora artística a Portugal con un sueldo modesto. Allí comienza a realizar su último trabajo de traducción: trece cuentos de la condesa Sophie de Ségur para la editorial Aguilar, publicados individualmente en la segunda mitad de la década de los años 40, además de Mi libro rosa de cuentos de Hans Christian Andersen (1943). La grafóloga emprende esta tarea por razones de supervivencia y en varias ocasiones se lamenta de lo forzado de su dedicación, tal como le comenta a su amiga V. Català (1945): «ahora escribo poco, pero traduzco mucho; mis ojos se cansan, y cuando he terminado mi tarea, ya no puedo ni con la pluma». La libertad con la que enfoca estos trabajos de traducción es más que notable. El alto grado de adaptación de estos cuentos –por más que en las ediciones de Aguilar las firme exclusivamente como traductora– está motivado seguramente por la voluntad de acercar los textos al receptor. En todo caso, la colección de Aguilar tomada en su conjunto, teniendo en cuenta la importancia de sus bien cuidados paratextos fue muy bien recibida y pronto se sucedieron las reediciones.
Bibliografía
María Jesús Fraga, «Ante la escritura. Un retrato de la polígrafa Matilde Ras», Clarín 105 (2013), 46–56.
María Jesús Fraga, «Matilde Ras (1881–1969): la trasmisión familiar del oficio de traducir» en D. Romero López (ed.), Retratos de traductoras en la Edad de Plata, Madrid, Escolar y Mayo, 2016, 125–143.
María Jesús Fraga & Juan M. Ribera Llopis, «Cartas de Matilde Ras a Caterina Albert i Paradís (Víctor Catalá)», Cuadernos Hispanoamericanos 837 (2020), 90–113.
M.ª Victoria Navas Sánchez-Eles, «Virgínia Victorino (1895–1967) eslabón en el mapa de las relaciones literarias peninsulares en el período de entreguerras» en I. Lousada & J. Pereira de Sampaio (eds.), Virgínia Victorino. Na Cena do Tempo, Alcobaça, Associação de Defesa e Valorização do Património Cultural da Região de Alcobaça, 2019, 308–330.
María Jesús Fraga