Mariano Antonio Collado: «El traductor»
François de Salignac de La Mothe Fénelon: Aventuras de Telémaco, seguidas de las de Aristonoo, Valencia, Librería de Casiano Mariana, 1845
La primera traducción que hice de esta obra y publiqué en 1832, tuvo por objeto no sólo facilitar su lectura a las personas que careciesen del conocimiento de la lengua francesa, sino presentar su texto vertido literalmente en lo posible, a fin de que los que se dedicasen a aprender aquella tuvieran mayor facilidad para traducir con exactitud, sin incidir en la pésima locución que tan general se ha hecho para el vulgo de traductores, que sin poseer la española, ni comprender bien la francesa, han corrompido el original y afeado la primera por medio de una locución defectuosa adulterando sus modismos propios; porque traducciones hay en que no se ha hecho otra cosa que calcar las palabras, sustituyendo la material significación de las voces españolas a las que encontraron en el original, de lo que, a más de hacer desagradable la lectura, han resultado frases ininteligibles.
El público ilustrado tuvo la bondad de apreciar mi trabajo consumiendo la primera edición; y siendo necesaria otra, me he creído obligado a corregirla o más bien, hacerla de nuevo; pues ya había desaparecido el principal objeto de la primera. Aquella tuvo el indicado: ésta sólo el de presentar a los conocedores de ambas lenguas una obra de que era sensible careciese nuestra literatura, obra eminente y así considerada en todos los países; y más sensible aún que en las traducciones anteriores se hubiesen cometido en su versión tantos y tan graves errores.
Paréceme, pues, haber demostrado el objeto y necesidad de esta publicación; mas no se crea tenga el orgullo y la vana presunción de haber traducido bien: no. Por más que nada he omitido para verificarlo, consultando todas las publicadas en inglés e italiano y el parecer de personas instruidas y conocidas por su alto concepto literario; no por ello creo haber hecho otra cosa que mejorar las anteriores, las cuales juzgo no pueden compararse en nada con el presente fruto de mis tareas.