Valera 1877

Juan Valera: «Introducción»

Longo, Dafnis y Cloe en Obras de D. Juan Valera, Cuentos, diálogos y fantasías, Madrid, Imprenta y Fundición de M. Tello, 1887, II, 365- 522.

 

Los aficionados a libros suelen cegarse con frecuencia y prestar a muchas obras literarias un mérito que no tienen, y esperar que logren una popularidad que, al cabo, no alcanzan. Es evidente que yo, cuando me he tomado el trabajo de traducir esta novela, y me he atrevido luego a presentarla al público, es porque creo, o bien con fundamento, o bien inducido en error por dicha ceguedad, que esta novela es bonita e interesante, y que ha de gustar y divertir a los lectores.

Lejos de censurar, disculpo yo, y hasta aplaudo, la publicación de cualquier libro antiguo, por malo que sea. La mayoría no tendrá la paciencia de leerle; pero siempre le leerá con gusto y con interés cierto breve círculo de personas estudiosas que busquen en él, y quizá hallen, nuevos datos para la historia literaria, o curiosas noticias sobre costumbres, usos, hechos históricos, estilo y lenguaje de una época y nación determinadas. De libros publicados con este objeto debe salir a la venta muy pequeño número de ejemplares. No son, ni pueden ser, en realidad, libros para el público, sino para unos cuantos bibliófilos.

No es así como yo traduzco y publico en castellano la novela de Longo. La publico como algo que, en mi sentir puede y debe gustar, aun al vulgo; como algo que puede ser popular en nuestros días. […]

Longo, que está en prosa y que yo traduzco en prosa, no ofrece ninguna de estas graves dificultades. Es cierto que no debe considerarse como un autor clásico; pero también es cierto que su obra pertenece a un género más de moda hoy que nunca; Dafnis y Cloe es una novela. Y como, a mi ver, es la mejor que se escribió en la Antigüedad clásica, y está traducida en casi todos o en todos los idiomas modernos, he creído que debiera estarlo también en castellano, y que una traducción fiel y hecha con alguna gracia, si atinaba yo a dársela, había de agradar a todos. […]

De todos modos, yo entiendo que la novela de Dafnis y Cloe dista poco de ser una obra extraordinaria; pero entiendo también que hay en ella mérito bastante para colocarla en el número de las novelas excepcionales, de belleza absoluta e independiente de la moda. Esto me basta para justificar su traducción y su publicación en castellano. Pero ¿cómo he de fundar en esto la esperanza de que se divulgue y sea popular la novela que traduzco y patrocino?

Lo espero, en primer lugar, por su concisión, pues no pasa, traducida por mí, de ciento veinte páginas. Y lo espero también, porque la traducción francesa de Courier, refundiendo la de Amyot, y las disputas de Courier con Furia por ocasión de la mancha de tinta, han dado en Francia no muy distante celebridad y popularidad a esta novela; y como las modas vienen a España de Francia, pudiera ser que viniese esta moda de gustar de Dafnis y Cloe.