Verlaine, Paul (Metz, 1844–París, 1896)
Poeta francés. Influido primero por la estética parnasiana de la plasticidad y del color, pronto quedó fascinado por Les fleurs du mal de Baudelaire (a quien dedicó un estudio en 1865, publicado en Le Parnasse Contemporain). La inspiración parnasiana y baudelairiana se pueden percibir en Poèmes saturniens (1866) y en Fêtes galantes (1869); La bonne chanson (1870), homenaje a su mujer Matilde, se sitúa en la línea de la retórica del amor con un tono confidencial. Cuando, en 1871, conoció a Arthur Rimbaud, abandonó a su esposa y se fugó con él a Inglaterra y a Bélgica. La relación entre ambos fue tormentosa; incluso en 1873 fue condenado a dos años de cárcel por haber disparado contra su amante. En esa época publicó Romances sans paroles (1874), poemas escritos bajo la influencia de Rimbaud: la poesía es aquí evocación de íntimos estados de alma asociados a rasgos del paisaje exterior. En la cárcel, Verlaine sufrió una transformación física y espiritual, que quedó plasmada en Sagesse (1881), donde aparecen poemas de elevación mística y de búsqueda del perdón y la paz. Al salir de la cárcel se dedicó a enseñar el francés en Inglaterra y, luego, el inglés en Francia. Tras fracasar en su breve intento de dedicarse a la agricultura, volvió a la vida desordenada y en 1882 decidió instalarse en París. En la revista Paris–Moderne apareció su «Art poétique» (1882) y publicó en Lutèce su estudio sobre Les poètes maudits (1883). De los poemas recogidos en Jadis et naguère (1885), el titulado «Langueur» contribuyó a afianzar la estética de los llamados «Decadentes». Otra obra poética, Parallèlement (1889), contiene poemas infernales y eróticos que constituyen el contrapunto de Sagesse. Pasó los últimos años de su vida enfermo y en la miseria, vivencias que dejó plasmadas en Mes hôpitaux (1891). La estética de la musicalidad y del matiz que Verlaine preconiza en su célebre Art poétique tuvo gran repercusión en la renovación de la poesía castellana que emprendieron los poetas modernistas.
En efecto, la obra lírica de Verlaine fascinó a Rubén Darío (que llegó a conocerle en 1893 por medio de Alejandro Sawa), a Juan Ramón Jiménez, a Manuel Machado y a muchos otros poetas modernistas hispanoamericanos y españoles. Resulta, por lo tanto, comprensible que las primeras traducciones al castellano de la poesía de Verlaine fueran realizadas por poetas modernistas que se identificaron con su estética. Así, por ejemplo, J. R. Jiménez, en la revista Helios de junio de 1903, publicó la traducción de cuatro poemas de Verlaine («Claro de luna», «Mandolina», «La hora del pastor» y «Romanzas sin palabras V»), donde realizaba una reelaboración rítmica y sugestiva del texto original. Estos cuatro poemas se incorporaron después a la brillante y monumental antología La poesía francesa moderna, preparada por Enrique Díez–Canedo y Fernando Fortún (M., Renacimiento, 1913). Los dieciocho poemas de Verlaine estaban traducidos (además de por J. R. Jiménez) por Díez–Canedo, Emilio Carrere, Enrique González Martínez y Eduardo Marquina, entre otros. Díez–Canedo ya había publicado ocho poemas de Verlaine (traducidos en verso con metro, ritmo y rima) en Del cercado ajeno. Versiones poéticas (M., Pérez Villavicencio, 1907), donde recogió sus traducciones de poetas europeos relacionados con la sensibilidad simbolista o presimbolista. M. Machado, por su parte, decidió traducir en prosa (intentando acercarse a la expresión lírica) las siguientes obras de Verlaine incluidas en un volumen publicado en 1908 (M., Fernando Fé): Fiestas galantes, Poemas saturnianos, La buena canción, Romanzas sin palabras, Sabiduría, Amor, Parábolas y Otras poesías. Llevaba un prefacio de François Coppée y un prólogo de Enrique Gómez Carrillo.
Un hito en la historia de la recepción de Verlaine en España fue la traducción de las Obras completas, llevada a cabo por Ediciones Mundo Latino de Madrid entre 1921 y 1926, que comprende doce volúmenes profusamente ilustrados. El primero corresponde a los Poemas saturnianos, en traducción en verso de E. Carrere, que aplica los principios estéticos de metro, ritmo y rima; es una reelaboración o recreación que mantiene el tono sugestivo de la poesía y que se convierte a veces en adaptación libre del texto original. El segundo está ocupado por Los poetas malditos (1921), estudios sobre varios poetas de su época, con abundantes ejemplos en verso, traducidos por Mauricio Bacarisse; Fiestas galantes y Romanzas sin palabras, en traducción en verso de Luis Fernández Ardavín, constituyen los volúmenes III y IV (también de 1921), mientras que el V está ocupado por la versión de Canciones para ella, de R. Carrere (1922). Las Confesiones, que constituyen el volumen VI, fueron traducidas en prosa y verso por Eliodoro Puche (1921); le siguieron dos volúmenes de poemas, Cordura, traducido por E. Díez–Canedo (VII, 1922) y Amor por José Ortiz de Pinedo (VIII, 1923). El volumen IX contiene Viaje a Holanda y Paseos y recuerdos, en versión de E. Puche (1923); el X (1924) incluye La buena canción, traducida en verso por Díez–Canedo, y el XI (1924) el poemario Antaño y ayer, traducido por M. Bacarisse. Cierra la colección el volumen que contiene Mis hospitales y Mis prisiones, prosas traducidas por Guillermo de Torre (1926).
Luis Guarner ha realizado varias traducciones de las obras poéticas de Verlaine aplicando los criterios de la prosodia y de la rima (consonante o asonante) para acercarse a una reelaboración estética del poema original y ha logrado un tono expresivo, aunque con resultados desiguales: Fiestas galantes. Romanzas sin palabras (M., Hispánica, 1944), Obras poéticas: Antología (M., Aguilar, 1947; reed. en 1965), Antología poética (B., Bruguera, 1969; reed. en 1972).
Se han llevado a cabo también diversas ediciones bilingües: pueden señalarse la Obra completa en poesía, traducción de Ramón Hervás (B., Ediciones 29, 1978–1979; con varias reed.); Poesía, traducción de Jacinto Luis Guereña (M., Visor, 1984); La buena canción. Romanzas sin palabras. Sensatez, traducción de Miguel Casado (M., Cátedra, 1991); Poesía, traducción en verso de Carlos Pujol (B., Planeta, 1992); Treinta y seis sonetos, traducción de Luis Martínez de Merlo (M., Hiperión, 1995), y Poemas saturnianos. Fiestas galantes por Antonio Martínez Sarrión (Hiperión, 2011). Además de las publicadas en los años 40 por Luis Guarner, se han realizado otras muchas antologías con la traducción de poesías selectas de Verlaine, por Enrique Azcoaga (M., Edaf, 1964), Ramón Hervás (B., Ediciones 29, 1993), Teodoro Sáez Hermosilla (B., Bosch, 1984) y Carmen Morales con Claude Dubois (M., Nórdica, 2008). También se han publicado algunos poemarios, como Hombres en versión de Luis Antonio de Villena (Visor, 2008) y una nueva versión de Los poetas malditos por Manuel Martínez–Forega (Zaragoza, Pregunta, 2018), que siguió a las reediciones de la misma obra en traducción de M. Bacarisse (M., Júcar, 1987; nueva ed. Robledo de Chavela, Eneida, 2017). En lengua catalana existe una versión de Homes por Jordi Llovet (B., Labreu, 2011).
Bibliografía
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M.ª Teresa Lozano Sampedro
[Actualización por Francisco Lafarga]