Díaz de Toledo, Pero (Alcalá de Henares, ca. 1415–Alcalá de Henares, 1466)
Escritor y traductor en lengua castellana. Perteneciente a una importante familia de cristianos nuevos establecida en Alcalá de Henares, en 1433 figura como estudiante de Derecho en Valladolid, donde mantuvo relación epistolar en latín con su tío Fernán, relator real. Tras graduarse de bachiller acudió a la Universidad de Lérida para continuar sus estudios de Leyes: se licenció en 1440 y obtuvo el título de doctor en Derecho Civil y Canónico cinco años más tarde. Entró al servicio del príncipe heredero don Enrique, lo que le permitió formar parte del séquito del rey, ejerciendo frecuentemente como jurista y ocupándose en varias ocasiones de asuntos relacionados con los conversos, lo que sin duda le fue granjeando una importante reputación, acrecentada por sus escritos de materia legal, perdidos actualmente. Formó parte del tribunal que condenó a D. Álvaro de Luna en 1453 y por entonces debió de ser nombrado miembro del Consejo real, cargo que le llevó a formar parte de la embajada enviada por Enrique IV para tratar las paces con Aragón y Navarra. Tras la muerte de su protector, el marqués de Santillana (1458), Díaz de Toledo aún continuó en Guadalajara un par de años. En su Diálogo e razonamiento en la muerte del marqués de Santillana, escrito en esa época, se dirige al conde de Alba de Tormes, pero la muerte del gran amigo de su antiguo protector no tardó en sobrevenir y Díaz de Toledo regresó a Alcalá y entró al servicio del arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, para quien tradujo distintas obras.
Para Juan II vertió al latín, antes de 1443–1444, tres textos breves de carácter filosófico–moral: la Summa Alexandrinorum (fragmentos de la Ética de Aristóteles), que ya Hermann el Alemán había vertido del árabe en el siglo XIII; el De moribus y los Proverbia, atribuidos ambos a Séneca. A finales de 1444 vertió al castellano, a través de un intermediario en latín, el Axiochus seudoplatónico y lo dedicó a Íñigo López de Mendoza, futuro marqués de Santillana. Luego llegarían la glosa a los Proverbios de Séneca (1445–1446) y la versión del Phaedo de Platón (1446 o 1447). Sólo a partir de entonces aparece Díaz de Toledo como hombre de cierta confianza del marqués de Santillana, y como tal continúa siéndolo cuando en 1455 D. Íñigo redactó el codicilo con sus últimas voluntades. Mientras estuvo al servicio del marqués de Santillana, posiblemente tradujo el De vita beata de san Agustín y un discurso del siglo XIII contenido en el mismo manuscrito que la obra agustiniana y que el Phaedo; sin embargo, conviene rechazar su intervención directa en otras versiones dedicadas a D. Íñigo, como la obra de san Basilio De legendis antiquorum libris y otra homilía del mismo autor, el De genealogia deorum de Boccaccio y el De vita solitaria de Petrarca. Para el arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, tradujo la obra de Josefo sobre el Pentateuco y otros libros de las Sagradas Escrituras y compuso un Enchiridion –al que alude en un texto recogido en varios cancioneros–, posiblemente versión de la obra del mismo nombre de Epicteto traducida al latín por Niccolò Perotti.
Bibliografía
Brian Dutton, El cancionero del siglo XV, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1991, VII, 354.
César García de Lucas, «Notas sobre la versión castellana del Axíoco hecha por Pedro Díaz de Toledo» en M. Castillo & M. López Izquierdo (eds.), Modelos latinos en la Castilla medieval, Madrid–Fráncfort, Iberoamericana–Vervuert, 2010, 361–372.
Tomás González Rolán & Pilar Saquero, «El Axíoco pseudo–platónico traducido e imitado en la Castilla de mediados del siglo XV: edición y estudio de la versión romance de Pedro Díaz de Toledo y de su modelo latino», Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos 19 (2000), 157–197.
Nicholas G. Round, «The Mediaeval Reputation of the Proverbia Senecae: a Partial Survey Based on Recorded Mss.», Proceedings of the Royal Irish Academy 72 (1972), 103–151.
Nicholas G. Round, «Pero Díaz de Toledo» en Libro llamado Fedron. Plato’s Phaedo translated by Pero Díaz de Toledo, Londres, Tamesis, 1993, 97–110.
Carlos Alvar & José Manuel Lucía Megías