Correa Calderón, Evaristo

Correa Calderón, Evaristo (Neira de Rei, 1899–Póboa de Trives, 1986)

Escritor y traductor en lengua gallega, de significado intelectual tanto en la conformación del nacionalismo y el vanguardismo gallegos como en el hispanismo de la etapa que siguió a la Guerra Civil. Durante el período de sus estudios en Madrid vivió en la Residencia de Estudiantes, donde contactó con jóvenes poetas que alcanzarían gran renombre años más tarde, y frecuentó las tertulias del Café de Pombo y las del Colonial, éstas con Rafael Cansinos Assens, quien además de involucrarlo con el ultraísmo le descubrió la importancia de la traducción para la actividad literaria. Al regresar a Galicia fundó Ronsel en 1924. Desde 1936 se dedicó a la enseñanza secundaria, primero en Galicia y a partir de 1944 en Madrid. Además de un extenso número de colaboraciones en diversos medios españoles, gallegos, portugueses, franceses y americanos, Correa tuvo un importante papel en el ámbito de las literaturas gallega y española, tanto como investigador como creador.

Entre 1917 y 1921 publicó la serie «Poemas sinxelos» en la revista A Nosa Terra, el primer poemario de vanguardia de la cultura gallega. Al año siguiente sacó el libro de relatos Luar. Contos galaicos (1922), vertidos al castellano en 1955 con el título La noche céltica. Cuentos galaicos. En 1925 apareció la novela Conceición Singela d’o Ceo; dos años más tarde, Margarida a da sorrisa d’aurora, el primer cuento infantil de autor en gallego, y en 1931 el libro de poemas Ontes. Se le deben también los primeros textos neopopularistas gallegos, «Arte popular. Pra acompañamento de gaita, o lonxe» 1920) y «Cantiga nova. Ao modo do pobo» (1921), así como el «Manifesto da Nova Generazón Galega» (1925), uno de los muchos que escribió y en el que nítidamente se perfila la nova xeración galega o xeración da vangarda. En castellano publicó la selección de artículos Índice de utopías gallegas (1929), Intuición del Romanticismo (1936), Arte métrica (1938), Teoría de la Atlántida y otras historias fabulosas (1959), Baltasar Gracián, su vida y su obra (1961), Registro de arbitristas, economistas y reformadores españoles (1982) y De aquí a la primavera. Novela de la montaña gallega (1983). Publicó también varios manuales de lengua y literatura españolas, en colaboración con Xosé Filgueira Valverde y con Fernando Lázaro Carreter; especial éxito tuvo su manual Cómo se comenta un texto literario (1968).

En el ámbito de la traducción al gallego, fue muy importante su colaboración con Vicente Risco como traductor de poetas franceses, ingleses, alemanes y catalanes para la revista A Nosa Terra (1918–1936). Tradujo textos de  A. Rimbaud, Max Jacob, Francis Picabia, Philéas Lebesgue, Paul Fort y R. M. Rilke, entre otros. La literatura gallega contó con el interés de un Correa versionador de textos foráneos tanto al castellano como al gallego. Sus primeras traducciones, publicadas en mayo y junio de 1917 en La Idea Moderna, fueron dos versiones castellanas de textos portugueses, uno de Marcelino António da Silva Mesquita y otro de Ophélia Correia da Costa, ambos en la línea funambulista, exotista y tardomodernista de un vanguardismo incipiente. En 1918 tradujo al gallego «La Carne», uno de sus «Poemas de la Exaltación».

Abiertamente comprometido con la vanguardia y siguiendo la línea iniciada por Iglesias Roura y Losada Diéguez, responsables en 1916 de las primeras traducciones de textos literarios al gallego, Correa tradujo para A Nosa Terra un texto de Rubén Darío (1918), antes de publicar «Os raros i’os novos. Páxinas extranxeiras» (1918), uno de los primeros manifiestos gallegos de vanguardia. En él presenta fragmentos en gallego de Narciso de O. Wilde, O mellor de Omar Khayyám, Parrafeo sentimental de P. Verlaine, O pasado de Giovanni Pascoli, A flor da champaca de R. Tagore y Unha voz de J. Maragall, textos ilustrativos de por dónde debería ir la renovación literaria. Después de haber publicado en Cervantes una versión castellana de Júlio Dantas (1919), ofreció en gallego una de «Canto a Galicia» de R. Cansinos Assens (1921), que éste había escrito en la estela costumbrista y saudosista de Correa. En plena Guerra Civil (1937) tradujo Romance do amor humilde de Norberto de Araújo. Y su último trabajo antes de morir fue la traducción al gallego de su novela De aquí a la primavera.

En dos artículos de la sección «Arar y cantar» que publicaba en El Pueblo Gallego (1926), Correa se presenta como uno de los pioneros de la traducción al gallego, y recordaba haber sido un incitador de la modernización del repertorio del Cadro de Declamación de la Irmandade da Fala d’A Coruña que dirigía Antón Villar Ponte. Lo cierto es que apostó por la creación de un «teatro íntimo» en gallego para el que se tradujesen textos de los autores más representativos de la escena europea, lo cual ponía de manifiesto su interés hacia el mundo de la traducción. Dos años antes ya había dado cuenta de ello como director de la revista poética Ronsel, donde se publicaron en castellano poemas de Albert Sergel, Emma Böhm y Emma Müllenhoff, traducidos por Mercedes Vázquez y F. Pimentel; poemas de René–Albert Fleury y Auguste–Pierre Garnier, traducidos por Xesús Bal y Gay, y con el título «Versiós de Viqueira» (Xoán Vicente Viqueira) se incluyeron tres poemas en gallego de Goethe, Michelangelo Buonarroti y Friedrich Hebbel. Su nombre y su labor fue y es especialmente invisibilizado por buena parte de quienes integran espacios como la RAG o el Consello da Cultura Galega, siguiendo un sectarismo que empeñado en negarle a Correa su verdadera proyección.

 

Xulio Pardo de Neyra