Laso de Oropesa, Martín (Oropesa, 1499–Roma, 1564)
Traductor en lengua castellana. Apenas se tiene noticia de su vida, pero se sabe que la pasó al servicio de grandes humanistas del clero y la nobleza, lo que propició que pudiera tratar con los más ilustres filósofos y teólogos de su tiempo. Muy joven entró al servicio del obispo Cazalla, y sirvió después al arzobispo Fonseca. Posteriormente, fue secretario de la marquesa del Cenete, Mencía de Mendoza, discípula de Juan Luis Vives. Y ya en Roma, trabajó como secretario de Francisco de Mendoza y Bobadilla, arzobispo de Burgos.
Tradujo en prosa la Farsalia de Lucano, que debió de imprimirse hacia 1535. Según declara en la dedicatoria liminar a don Pedro de Guevara, llevó a cabo la traducción para que éste pudiera leerla, dado que era muy aficionado a los buenos autores antiguos pero desconocía la lengua latina. Así pues, Laso no tenía intención de publicarla, y fue doña Mencía quien lo instó a ello. En la mencionada dedicatoria, el autor hace hincapié en su deseo de no enrarecer la lengua castellana, por lo que dice haber escogido «las palabras de las que en nuestro tiempo se usan»; y en cuanto a los latinismos, justifica su inclusión por el uso que ya se hacía de ellos o por el deseo de que se empezaran a usar. Asimismo, menciona la dificultad de trasladar el verso a la prosa, y se detiene especialmente en la cuestión de la fidelidad: «No fue tan fácil de trasladar este autor (aunque haya sido en prosa) como parecerá a algunos […] porque se había de tener especial cuidado en ir siguiendo la sentencia y sacarla en estilo familiar y llano; y junto con esto guardar la majestad del autor cuanto fuese posible en dos lenguas y ingenios tan desconformes».
No obstante, la traducción evidencia errores de interpretación, aunque algunos bien podrían deberse a las deficiencias del códice que tomó como modelo. Haciendo gala de su erudición, Laso añadió numerosas notas de Cicerón, Herodoto, Plinio, Suetonio y Virgilio; y en algunos casos en los que el texto es ambiguo, se permitió esclarecerlo en función de sus conocimientos mitológicos e históricos. Para las amplificaciones y reelaboraciones, no sólo se sirvió de su ciencia, sino que llegó incluso a utilizar otras fuentes para completar la información; y muy probablemente tuvo en cuenta la traducción inédita de Lucano que aparece inserta en la General Estoria de Alfonso X, dado que coinciden algunas interpretaciones y aparecen idénticas parejas de adjetivos para traducir los mismos adjetivos latinos. Con todo, fue una traducción muy estimada en su tiempo, y de ella se hicieron varias ediciones antes de finalizar el siglo.
Bibliografía
Víctor–José Herrero Llorente, «Laso de Oropesa y su traducción de La Farsalia», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 69 (1961), 751–773.
Juan Antonio Pellicer y Saforcada, Ensayo de una biblioteca de traductores españoles, Madrid, Antonio de Sancha, 1778, II, 135–138; ed. facsimilar Cáceres, Universidad de Extremadura, 2002.
Begoña Capllonch