Vázquez de Contreras, Diego

Vázquez de Contreras, Diego (segunda mitad del siglo XVI)

Traductor en lengua castellana, de cuya vida nada se sabe, salvo que era toledano. Tradujo en prosa el Orlando furioso de L. Ariosto, versión que vio la luz por primera y única vez en 1585, en la imprenta madrileña de Francisco Sánchez. En una carta «Al discreto lector» en la línea de las que hicieron Jerónimo de Urrea y Hernando de Alcocer en sus respectivas traducciones en verso del Orlando, reflexiona sobre la tarea del traductor y sobre la dificultad de trasladar el verso a la prosa; y así como Alcocer había propuesto una traducción palabra por palabra, Vázquez la propone según el sentido, con lo que se concede cierto margen de libertad.

Sitúa el texto como una continuación del Orlando innamorato de Boiardo y es, además, consciente del peso de la tradición editorial tanto italiana como castellana que lastraba la obra; una tradición de anotaciones y glosas que pretendían convertirla en un poema heroico susceptible de ser comentado. Para Vázquez todo este aparato de enmiendas había ido desluciendo el original, y solicitaba la disculpa del lector por lo que hubieran podido hacer los impresores, instándolo a que tuviese en cuenta las ideas fundamentales que destacaba del poema de Ariosto: el valor de Ruggero y el enaltecimiento de la familia de Este, el tratamiento de la locura de Roldán, la virtud y el valor de las mujeres, y la imitación del modelo perfecto de la lengua italiana. No obstante, declara que eliminó algunos pasajes del texto que no presentaban el decoro y la gravedad requeridas; así pues, tampoco él se sustrajo de esa tradición editorial que, en la línea de comentaristas como Dolce y Ruscelli, trataba de asimilar la obra a los poemas épicos de Virgilio u Homero.

Y a la vez que Alcocer, también Vázquez creyó en la necesidad de explicar los pasajes oscuros del texto, como si de una nueva Eneida se tratara; y ello pese a que para sus contemporáneos el hecho de ser una prosificación ya hacía más inteligible la obra, pues así lo declara Alonso de Ercilla en la aprobación del texto, donde sostiene que era la mejor traducción del Orlando que se había hecho hasta entonces, no sólo porque era más comprensible al estar en prosa, sino porque se habían suprimido «las cosas licenciosas y las impertinentes para nuestra nación». En efecto, el traductor había eliminado los párrafos que podrían considerarse sacrílegos; había edulcorado la sensualidad del original y mutilado los pasajes eróticos, y atenuado el humor y la ironía. Así, en lugar de resaltar el carácter novelesco de la obra, trató de hacerla moralizante, y le restó, además, buena parte de su genio imaginativo. Con todo, no fue su versión por la que se difundió el poema de Ariosto en castellano, sino por la que hizo Urrea.

 

Bibliografía

Maxime Chevalier, L’Arioste en Espagne (1530–1650). Recherches sur l’influence du «Roland furieux», Burdeos, Université de Bordeaux–Institut d’Études Ibériques et Ibéro–Américaines, 1966.

Margherita Morreale, «Appunti per uno studio sulle traduzioni spagnole dell’Orlando furioso nel Cinquecento» en VV. AA., Le prime traduzioni dell’Ariosto, Padua, Antenore, 1977, 33–72.

 

Begoña Capllonch