Arato

Arato (Solos, ca. 310 a. C.–¿?, 240 a. C.)

Poeta griego nacido en Cilicia, región de Asia Menor limítrofe con Siria. Se tienen pocas noticias de su vida; al parecer, estudió en Atenas con el filósofo Perseo, con quien marcharía a Macedonia, a la corte de Antígono II Gonatas, que le dio protección y mecenazgo hasta el punto de convertirlo casi en su poeta oficial. Con el filósofo hedonista Dionisio de Heraclea aprendió matemáticas y, según refiere el gramático Aquiles (siglo III a. C.), también todo lo relativo al estudio de la lengua y del estilo de Homero, por lo que pudo ejercer la labor crítica y llevar a cabo en Pela (Macedonia) una edición de la Odisea y, más adelante, según Antígono de Caristo, otra de la Iliada durante su estancia en Siria, en la corte de Antíoco I Sóter. También fue estudioso de la obra de Hesíodo. Con todo, no parece probable que viajase a Alejandría. En la corte de Antígono Gonatas conoció a Menécrates de Éfeso, a Menedemo de Eretria y al filósofo estoico Timón de Fliunte, por el que también fue influido. Según parece, fue el propio rey de Macedonia quien invitó a Arato a componer su poema didáctico conocido como Los fenómenos (276–274 a. C.) a partir del tratado de Eudoxo de Cnido del mismo título. Cultivó otros géneros, como el epigrama y el himno. De su popularidad en la Antigüedad da cuenta el hecho de que en las monedas de su Solos natal –más tarde Pompeyópolis– apareciera junto al filósofo Crisipo. A lo largo de la Antigüedad clásica y de la Edad Media cristiana y árabe, el célebre poema astronómico de Arato fue considerado como un modelo de poesía didáctica y una fuente de erudición, de ahí que fuese repetidamente traducido. San Jerónimo, en su Comentario a la Epístola a Tito (I 12), indica que fueron muchos los que lo tradujeron, empezando por Cicerón, el miembro de la familia imperial Germánico o el mismísimo Ovidio. En las lenguas modernas, el difícil texto arateo no ha tenido tanta fortuna, pues apenas se ha traducido y sólo en las últimas décadas se han realizado versiones de Los fenómenos a las lenguas de cultura. También en los últimos años han aparecido numerosos estudios dedicados a distintos aspectos del poema (léxico, metro, estilo), que han incidido en un mejor conocimiento de la obra de Arato.

La primera versión hecha en España es parcial y se publicó en 1912 (B., Academia Calasancia), en una edición preparada por Luis Segalá y Cosme Parpal. Es una traducción trilingüe del pasaje de la constelación de Virgo (versos 97–136), y consta de una traducción en prosa castellana a cargo de José Banqué y Faliú, seguida de una versión en verso de Antonio González Garbín; a continuación se ofrecen las versiones poéticas de Domingo Corominas Prats (al catalán), de Juan Barcia Caballero (al gallego) y de Juan M. Lertxundi Bastarrika (al euskera). En dicha publicación se advierte: «Texto griego y primeras traducciones de…», pues, efectivamente, lo son, aunque sólo de una pequeña parte del poema. La traducción castellana de Banqué fue reproducida, años más tarde, por José Alsina en la Historia de la literatura universal de M. de Riquer y J. M.ª Valverde (B., Noguer). Por otra parte, el proemio del poema (versos 1–18) fue ofrecido en castellano por Martín García en el volumen Poesía helenística menor (M., Gredos, 1994), donde el autor opta por mantener la forma lineal de texto sangrado del original, sin ser poética.

La primera traducción íntegra de Los fenómenos en prosa castellana fue la realizada por Esteban Calderón (M., Gredos, 1993); cuenta con numerosas anotaciones y gran cuidado en la elección del vocabulario apropiado a una obra de astronomía. En lengua castellana también ha sido traducido y anotado por el mexicano Pedro C. Tapia Zúñiga (México, UNAM, 2000); ofrece en página enfrentada el texto griego y, al igual que la traducción del proemio de Martín García, presenta forma lineal de texto sangrado del original, pero no poética. Por último, también se cuenta con una traducción en prosa catalana de la totalidad del poema, acompañada del texto griego y notas, obra de Jaume Almirall (B., Fundació Bernat Metge, 1996).

 

Bibliografía

Ernest Honigmann, «The Arabic Translation of Aratus’ Phaenomena», Isis 41 (1950), 30–31.

Jean Martin, Histoire du texte des Phénomènes d’Aratos, París, Klincksieck, 1956.

 

Esteban Calderón