Defoe, Daniel (Londres, 1660–Londres, 1731)
Escritor inglés. Hombre de negocios, periodista y novelista, cambió su apellido Foe por Defoe en 1703, cuando comenzó a vivir de la pluma. Descartó la idea de hacerse clérigo presbiteriano para dedicarse al comercio, motivo por el que viajó por varios países de Europa, lo que le ayudó a forjar su espíritu aventurero y desarrollar sus dotes de observación. Su primer éxito literario fue The True–Born Englisman (1701). El libelo The Shortest Way with the Dissenters (1702), en el que de forma irónica justificaba el exterminio de los disidentes por los tories, le acarreó la primera pena de cárcel, pero también lo convirtió en héroe popular. Una vez en libertad, se inició como gacetillero en diversos periódicos (The Review, The Mercator). Su primer intento en el género novelesco fue True Relation of the Aparition of One Mrs. Veal (1706), precedente del género gótico. Le siguió la primera parte de Robinson Crusoe (1719), basada en un suceso real: aunque otros habían narrado antes esa aventura, sólo el verismo y la naturalidad del estilo de Defoe lograron convertirlo en mito. La novela alcanzó clamoroso éxito tanto en Inglaterra como en el extranjero. Muchos se identificaron con el personaje, capaz de solventar los problemas más difíciles y domeñar la naturaleza. Publicó enseguida una segunda parte, The Farther Adventures of Robinson Crusoe (1719), en la que el protagonista regresa al mar en busca de aventuras, y aun una tercera, Serious Reflections of Robinson Crusoe (1720), conjunto de ensayos de corte filosófico y clara influencia religiosa. Siguieron Captain Singleton (1720), historia de un pirata, y Moll Flanders (1722), relato de la lucha de una mujer en el complejo mundo de la exclusión social, y Roxana (1724), historia de una francesa refugiada en Inglaterra que logra salir airosa en multitud de trances gracias a su belleza. A Journal of the Plague Year (1722), por su parte, es una recreación de la peste que asoló Londres en 1664. Aun cuando debe su fama mundial a Robinson Crusoe, Defoe es uno de los grandes precursores de la novela inglesa moderna y el creador de la novela de aventuras y realista.
A pesar de su gran éxito en toda Europa, el Robinson de Defoe no vio la luz en castellano hasta 1835, si bien es cierto que antes aparecieron versiones de diferentes adaptaciones. De hecho, fue aquí inicialmente suplantado por versiones de adaptaciones ajenas –sobre todo por cuestiones de censura–: El nuevo Robinsón del alemán Heinrich Campe, en la versión de Tomás de Iriarte, que conoció múltiples reediciones a partir de su publicación en 1789 (M., B. Cano); Los dos Robinsones o Aventuras de Carlos y Fanny de Ducray–Duminil, traducido por Justo de la Barra (M., Vda. e Hijos de Marín, 1792). Éstas y otras adaptaciones inundaron el panorama literario infantil y juvenil hasta tal punto que no sólo hubo Robinsones alemanes y franceses, sino también suizos, cubanos, etc. Son arreglos que despojan a la novela de Defoe de toda su carga política, social y religiosa, haciendo hincapié en lo que tiene de aventura. A lo que parece, y como se desprende de estudios previos, la primera versión al castellano propiamente dicha se llevó a cabo en París en 1835, tal como figura en su subtítulo. De la veintena de traducciones publicadas a lo largo del siglo XIX más de la mitad consisten en adaptaciones o ediciones abreviadas; en algunos casos se presenta sólo la primera parte y en otros las dos primeras.
El siglo XX ha conocido varios centenares de ediciones y reediciones de esta novela en traducciones al castellano, catalán, euskera y gallego. En la primera de estas lenguas contamos con tres versiones muy renombradas: las de Josep Carner (B, Llibreria Catalònia, 1925), Joan Fontcuberta (B., Barcanova, 1992) y Esther Tallada (B., Bernat Metge, 2002). Esta última ha constituido el segundo volumen de la colección «Bernat Metge Universal» y ha supuesto un esfuerzo por superar el modelo estilístico noucentista que había impuesto Carner, excesivamente arcaizante, y que en buena medida había seguido Fontcuberta. Por otra parte, ha intentado mantener el registro coloquial propio del habla de Viernes. En euskera contamos con la de Xavier Kintana (Bilbao, Cinsa, 1974), y en gallego con la de Gonzalo Navaza (Vigo, Xerais, 1986). En castellano destacan las realizadas por Julio Cortázar (Buenos Aires, Viau, 1945), Carlos Pujol (B., Planeta, 1981) o José Santiago Fernández Váquez (M., Cátedra, 2000). Más reciente es la de Enrique de Hériz, que ha publicado en Edhasa (Madrid) tanto Robinson Crusoe (2012) como Nuevas aventuras de Robinson Crusoe (2013). Está prevista también la aparición del tercer volumen, Serias reflexiones de Robinson Crusoe, lo que supondrá la primera ocasión de contar con el ciclo completo en castellano.
La mayor parte de la producción narrativa de este autor fue totalmente ignorada no sólo en el siglo XVIII español, sino también durante todo el XIX. Fue en el siglo XX cuando sus novelas irrumpieron con fuerza en el ambiente literario español y no sólo en castellano, sino también en las otras lenguas peninsulares. Moll Flanders cuenta con más de una veintena de ediciones y reimpresiones. Se tradujo por primera vez al castellano en 1933 por Carmen Abreu (M., Zoila Ascasíbar), y por última en 1999, en edición anotada de Javier Sánchez Díez y traducción de Fernando Serrano Valverde (Cátedra). Entre una fecha y otra hubo, por ejemplo, las de Fernando Gutiérrez y Diego Navarro (B, Hispano Americana, 1945), Pedro Barreto (B., Círculo de Lectores, 1965), R. Moix (B., Mateu, 1965), Fernando Corripio (B., Bruguera, 1966), Carlos Pujol (B., Planeta, 1981), Fernando Serrano (M., Hyspamérica, 1985), Pablo González (M., Valdemar, 1996) o Eduardo Rico (B., Thassàlia, 1996). En catalán se cuenta con la versión de Miquel Desclot (B., Edicions 62, 1982).
La obra que sigue en número es El capitán Singleton, que supera la docena de versiones, con una primera edición en castellano en 1943 (B., Aymá), sin mención del traductor, y dos en euskera en 1993 (Donostia, Elkar; por Iñaki Mendiguren) y 1999 (Bilbao, Mensajero; sin nombre del traductor). Las apariciones de una tal señora Veal también se ha traducido al castellano en 1944 (Buenos Aires, Emecé), y al euskera en 1988 en el volumen Bost istorio lazgarri (Donostia, Txertoa; trad. Itziar Olaberria). En menor número hay ediciones de Historia del diablo por José Viana (B., s. i., 1930; varias reed.), Cuentos de crímenes y de fantasmas por Enrique Campbell (B., Edicomunicación, 1995), Memorias de guerra del capitán George Carleton por Jaime Lorenzo (Alicante, U. de Alicante, 2002), Memorias de un caballero por Antonio Molinas (B., Juliá y Montagud, 1944; reed. Valdemar, 2004), Diario del año de la peste por Pablo Grosschmid (B., Seix Barral, 1969; reed. M., Impedimenta, 2010), Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas por Francisco Torres Oliver (Valdemar, 1999), Cuentos de crímenes, fantasmas y piratas por José Luis Moreno–Ruiz y F. Torres Oliver (Valdemar, 2002).
Bibliografía
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Eterio Pajares, «La primera traducción española del Robinson Crusoe, de Daniel Defoe» en P. Martino & S. M.ª Jarilla (eds.), Caleidoscopio de traducción literaria, Madrid, Dykinson, 2012, 95–100.
Carmen Toledano, «Ediciones decimonónicas de Robinson Crusoe en español: estudio bibliográfico», Livius 8 (1996), 195–207.
Carmen Toledano, «Robinson Crusoe naufraga en tierras españolas», Babel 47:1 (2001), 35–48.
Eterio Pajares (†)
[Actualización por Luis Pegenaute]