Marco Polo (Venecia, ¿1254?–Venecia, 1324)
Viajero veneciano, que legó a la posteridad uno de los libros más universales y de mayor influencia, durante siglos, en la historia cultural europea, en el que trazaba un sucinto pero fascinante panorama etnogeográfico de las remotas regiones asiáticas. Miembro de una familia de comerciantes, en 1271 emprendió un viaje a Oriente en compañía de su padre Niccolò y su tío Matteo para visitar la capital china del imperio mongol, entonces regido por Kublai Kan y al que estos dos últimos ya conocían como efecto de un viaje anterior. Lo que en principio había sido concebido como un simple periplo comercial, terminó convirtiéndose en una larga estancia, que se prolongó hasta su regreso a Venecia en 1295. Quizás por haber tomado parte en alguna batalla naval, ocurrida en torno a 1298 y en la que los genoveses derrotaron a los venecianos, fue recluido en prisión, donde dictó a Rustichello da Pisa, su compañero de celda, las memorias de su viaje a Oriente y su estancia en China. Tras su liberación, regresó a Venecia, donde retomó sus ocupaciones comerciales. El texto, escrito por Rustichello en franco–italiano (un francés plagado de italianismos), adquirió rápidamente, ya en vida del autor, una inusitada popularidad y empezó a circular por Italia y el resto de Europa en distintas versiones, más reducidas o ampliadas según el parecer del copista o los intereses de los posibles destinatarios. De ellas se conservan unos 150 manuscritos en distintas lenguas: franco–italiano, francés, toscano, véneto y latín, a las que poco más tarde sucederían otros idiomas europeos, desde el alemán al gaélico, sin excluir, además, frecuentes retrotraducciones. De ahí la pluralidad de títulos que ha tenido: Le divisament dou monde, Il Milione, El libro de Marco Polo, Livre des merveilles du monde y otros.
En España la obra de Marco Polo tuvo dos traducciones ya en la segunda mitad del XIV, ambas nacidas en el reino de Aragón y probablemente de un mismo texto franco–italiano hoy perdido, lo que explicaría sus grandes coincidencias hasta el punto de haber sido consideradas como una sola versión: la primera fue la traducción anónima catalana titulada Libre de les provincies e de les encontrades; la segunda, la versión aragonesa realizada a instancias de Juan Fernández de Heredia, el Libro de Marco Polo, una y otra inéditas hasta el siglo XX, en que fueron publicadas, respectivamente, por Annamaria Gallina (B., Barcino, 1958) la primera, y por Hermann Knust y R. Tuebe (Leipzig, Dr. Seele, 1902), John J. Nitti (Madison, The Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1980) y Francisco Sangorrín (Zaragoza, I. Fernando el Católico, 2016) la segunda. En el resto de la Península la traducción del libro fue más tardía y hubo de competir con el interés despertado por el Nuevo Mundo tras el descubrimiento.
La primera versión al castellano apareció precisamente en plena eclosión del movimiento descubridor. En 1503, Rodrigo Fernández de Santaella, canónigo de Sevilla y fundador de su Universidad, publicó en esta ciudad y con los tipos de Estanislao Colono y Jacobo Cromberger El libro de Marco Paulo veneciano, a un año de distancia de la versión portuguesa de Valentim Fernandes. De esta última tomó el título y la idea de añadir un tratadillo de Poggio Bracciolini sobre «las mesmas tierras et yslas», pero no el texto traducido, que fue obra de primera mano. La de Fernández de Santaella fue durante largo tiempo la versión, por así decirlo, canónica del relato del viajero veneciano en España. A decir verdad, parece que la intención del canónigo sevillano al acometer su tarea era más bien instrumentalizadora: enemigo acérrimo de Cristóbal Colón, pretendía demostrar que las tierras descubiertas por el genovés no eran, como éste sostenía, los territorios asiáticos descritos por Polo, sino otros bien distintos. Para su labor, Santaella había elegido, como base de lo que creía la redacción original, un manuscrito perteneciente a la familia textual véneta, que aún hoy se conserva en la Biblioteca Colombina de Sevilla. Buen conocedor del italiano, por haber adquirido parte de su formación en Bolonia y por sus estancias en otros lugares de Italia, Santaella ofrece una versión más que aceptable del libro, excepción hecha de algún ligero malentendido textual. En el siglo XVI se hicieron otras dos ediciones más: la de Sevilla (1518) y la de Logroño (1529).
Modernamente han aparecido distintas ediciones, a cargo de Rafael Benítez Claros (M., Ultra, 1947; con varias reed., la última en Palma, J. J. de Olañeta, 2002), y de Juan Gil (M., Testimonio, 1986, y luego en Alianza), que reproducen el texto de 1518; y dos más, basadas en la edición de 1529, por Joaquín Rubio Tovar (M., Fundación J. A. de Castro, 2005) y Juan Miguel Valero (San Millán, Ciluenga, 2006). A todo ello se ha añadido la edición crítica del texto, con amplio estudio y notas, al cuidado de Angelica Valentinetti (Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2008). Es pues, desde el punto de vista editorial, la traducción española más longeva. La siguiente versión castellana, titulada Historia de las grandezas y cosas maravillosas de las Provincias Orientales, apareció casi un siglo después, en 1601 (Zaragoza), y es obra de Martín de Bolea y Castro, que utilizó un compendio de la traducción latina del relato de Polo elaborada por Johannes Huttich.
Con el simple interludio de una versión anónima publicada en Madrid en 1880 (Biblioteca Universal), hubo que esperar al siglo XX para advertir un renovado y esta vez más continuado interés por la lectura de Polo en castellano. De notable fortuna ha gozado la traducción de María de Cardona y Suzanne Dobelmann, basada en una versión francesa y titulada El Millón, que, publicada por primera vez en 1934 (M., Espasa–Calpe), ha tenido varias reediciones. La siguió, en torno a 1943, la realizada con el mismo título por Benjamín Jarnés en México (Galatea). Las versiones más cercanas en el tiempo, casi todas basadas en modernas traducciones francesas, son las de Mauro Armiño (Libro de las maravillas; M., Anaya, 1983; luego M., Alianza, 2018), Liliana Piastra (La descripción del mundo; M., Hyspamérica, 1985), Juan Barja (Viajes; M., Akal, 1983; nueva ed. como Libro de las maravillas del mundo en M., Abada, 2016) y Manuel Carrera Díaz (Libro de las maravillas del mundo; M., Cátedra, 2008), ésta basada en la versión toscana. También en catalán existen las traducciones de Isabel Payà y Antoni Torreño (Llibre de les meravelles del món; Picanya, Del Bullent, 1997), y Francesc Strino (Viatges de Marco Polo; B., Llibres de l’Índex, 2005).
Bibliografía
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Maria Luisa Meneghetti, «Sulla ricezione di Marco Polo fra Catalogna e Aragona» en M.ª de las N. Muñiz (ed.), La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300–1939), Florencia, F. Cesati, 2007, 37–46.
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Francisco Sangorrín, La versión aragonesa del «Libro de Marco Polo» (siglo XIV). Edición y estudio, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2014 (tesis doctoral).
Francisco Sangorrín, «Estudio preliminar» en El Libro de Marco Polo, versión aragonesa del siglo XIV. Ed. de F. Sangorrín, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2016, vii–cxxxii.
Carlos Sanz, El libro de Marco Polo. Notas históricas y bibliográficas, Madrid, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1958.
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Juan Miguel Valero, «La traducción castellana del Libro de Marco Polo en su tradición» en Libro del famoso Marco Polo veneciano, San Millán de la Cogolla, Cilengua, 2006, II, 189–227.
Manuel Carrera Díaz