Fernández_Villegas_1515

Pedro Fernández de Villegas: «Introdución desta obra y forma que se tuvo en lo trasladar y poner en verso castellano» en La traduciõ del dante de lengua toscana en verso castellano, Burgos, Fadrique Alemán de Basilea, 1515, [21–23]

Fuente: María Isabel Hernández González, En la teoría y en la práctica de la traducción. La experiencia de los traductores castellanos a la luz de sus textos (Siglos XIVXVI), Salamanca, Universidad de Salamanca–SEMYR, 1998, 117121.

 

[119]  Dévese notar que el Dante scrive su obra en verso que comúnmente tiene onze o doze sýlabas, conforme al trobar castellano de arte mayor en que Juan de Mena escribió el su Laberinto de las trezientas coplas; y porque aquella manera estanco es tan conforme al  verso suyo, y tanbién porque es más grave y de mayor resonancia, como convenía a tan grave auctor, yo fize esta traslación en aquella forma de trobar que propriamente es verso heróyco, que en lengua greca significa ‘alto’ o ‘superior’, porque heros quiere dezir en nuestra lengua ‘mayor o señor’.

Ansí mesmo es de saber que Dante escrive coplas de tercetos, que ansí los nombra el toscano, correspondiente el tercero pie al primero, y después el primero del terceto siguiente al segundo, de manera que aquellos quatro farían una media copla de arte mayor, que como es de ocho pies viniera ansí justo al talle; pero como escrive de tres en tres, en dos tercetos faltan dos pies para una copla de arte mayor, ya dicha. Yo prové a los fazer ansí en tercetos, la qual manera no es en nuestro uso, y parescíame una cosa tan desdonada que lo dexé; quedó el defeto ya dicho de faltar en cada terceto un pie para la media media copla y dos pies en cada una entera; estos yo acordé de los suplir d’esta manera: que algunas vezes, ocurriendo de mío algund buen pie que más aclare su testo o confirme su sentencia, póngole –y aya paciencia el Dante que en su brocado se ponga algund remiendo de sayal que más le faga luzir; y el filósofo dize que de misérrimo ingenio es siempre usar de lo fallado–. Otras vezes suplo aquellos pies de lo que alguno de sus glosadores dize; y otras tanbien, y las más, quando buenamente se puede fazer, tomo el primero y el segundo pie del terceto siguiente y ansí se fazen sus dos y a las vezes tres tercetos una copla de ocho pies.

Nótese tanbién que el que treslada de otro anda tras él con sueltas y no puede yr cómo ni quánto quiere; y ansí van algunas vezes pies algunos forcejados, que no se pudo o no se supo mejor fazer. Rescíbase la buena voluntad, que ninguno da más de lo que tiene. Ansí mesmo se deve notar que tresladarse una lengua en otra no solamente en verso, pero ni en oración soluta, o prosa que algunos llaman, es imposible tresladarse por las mismas palabras que no fuese la más desabrida cosa del mundo; porque en una lengua tiene una cosa gracia y dicho, en otra por aquellas palabras sería muy frío. Por ende, aquí, en todo quanto de las mesmas palabras se puede usar, se faze, pero en muchas partes se toma el sentido y intención más que no las palabras mesmas; alguna vez fuera del testo se pone alguna reprehensión o consejo de mío, con licencia del Dante, como dicho es.

Daremos, pues, principio a esta interpretación con su comento o glosa invocando la divina ayuda, no sin mucho temor de navegar en tan profundo mar y con tan flaca y rota varea de mi baxo ingenio. Plega Aquél a quien todo bien plaze y de quien todo bien procede, como el Christóforo lo dize, alumbrar mi entendimiento y cumplirle de su gracia para que este trabajo y deseo nuestro sea aceptable en los ojos de su eterna bondad por los méritos de su gloriosa madre Nuestra Señora, thesorera de todas las gracias, en quien [120] es toda nuestra esperança, y que d’ello se consiga provecho para nuestras costumbres y buen vevir.

[…]  Olvidábame de dezir un acuerdo por mí tomado, que creo no será desplazible a los leyentes, y es que en algunas escripturas fechas originalmente por algunos notables auctores, o tresladadas de la lengua latina en la nuestra castellana, ponen las autoridades del latín asý en sus palabras latinas, después tórnanlas en castellano, lo qual, a mi [121] parescer, es muy enojoso al que sabe latín y al que no lo sabe, porque al que lo sabe dale enojo romançargelo y, aviéndolo leydo una vez en latín, que lo torne a leer otra en romance; y al que no lo sabe córtale su lectión, que leyendo y atrabesándose delante el latín ni lo sabe leer ni entender, y halo de saltar, e yr a buscar el romance, que tanpoco es sin enojo. Por esto yo, pues esta escritura es en romance castellano, pongo las auctoridades asý en castellano, que a los unos y a los otros pueden satisfazer. Y sy el más docto más contentamiento quisiere, busque las cotas y logares que se allegan y cójalas en su mesma fuentte, corrigiendo todo lo que le paresciere digno de correpción, la qual con toda humildad desde agora yo rescibo y acepto. Y si algo se fallare por mí escripto que bueno y loable sea, no se atribuya a my, pues no es mío, sino de los doctos escriptores de quien se tomó, de los quales tan poco hera, en lo cierto, porque la verdad, do quiera que se falle, del Espíritu Santo es. Todo lo que fuere digno de reprehensión se atribuya a my ignorancia, que confieso ser mucha; especialmente, si fuere diverso de la cathólica verdad, sea avido por no dicho, y yo lo casso y anulo, porque es herror de ignorancia y no de malicia ni presunción.