Juan de Mena: «Prohemio» (ca. 1442–1443).
Fuente: Sumas de la Yliada de Omero, edición crítica por Tomás González Rolán y M.ª Felisa del Barrio Vega, Revista de Filología Románica 6 (1989), 153–157.
[154] Vengo yo, vuestro humil siervo natural, a vuestra clemençia benigna, no de Ethiopia con relumbrantes piedras; no de Syria con oro fulvo, ni de Africa con bestias monstruosas y fieras, mas de aquella vuestra cavallerosa Córdova. E como quier que de Córdova, no con aquellos dones nin semblantes de aquellos, que los mayores y antigos padres de aquella a los prinnçipes gloriosos, vuestros anteçessores, y a los que agora son y aún después serán, bastaron ofreçer y presentar, como si dixésemos de Séneca, el moral, de Lucano, su sobrino, de Abenruyz, de Abiçena, e otros no pocos, los quales temor de causar fastidio más que mengua de multitud me devieda los sus nombres explicar. Ca estos, Rey muy magnifico, presentavan lo que suyo era, y de los sus ingenios emanava y naçia; bien como hazen los gusanos, que la seda que ofreçen a los que los crian, de las sus entrañas la sacan y atrahen. Pero yo a vuestra alteza sirvo agora por el contrallo, ca presento lo que mio no es, bien como las abejas roban la sustançia de las flores mellifluas de los huertos agenos y la trahen a cuestas y anteponen a la su maestra. Bien asi yo, muy poderoso Rey, uso en aqueste don y presente, ca estas flores que a vuestra señoria aparejo presentar, del huerto del grand Omero, monarca de la universal poesia, son.
Y aquesta consideraçión antelevando, grand don es el que yo traigo, e aquesta consideraçión, si el mi furto y rapina no lo viçiare, y aun la osadia temeraria y atrevida, es a saber de traduzir e interpretar una tanto seráfica obra como la Ylyada de Omero, de griego sacada en latín y de latín en la vuestra materna y castellana lengua vulgarizar.
La cual obra apenas pudo toda la gramática y aun elocuençia latina comprehender y en si reçebir los eroicos cantares del vatiginante poeta Omero; pues ¡quánto más fará el rudo y desierto romange! E acaeserá por esta causa a la omérica Yliada como a las dulçes y sabrosas frutas en la fin del verano, que a la primera agua se dañan y a la segunda se pierden. Así esta obra reçibirá dos agravios, el uno en la traduçión latina, e el más dañoso y mayor en la interpretación del romançe, que presumo y tiento de le dar.
E por esta razón, muy prepotente señor, dispuse de no interpretar de veinte y quatro libros que son en el volumen de la Ylíada, salvo las sumas brevemente d’ellos; no como Omero palabra a palabra lo canta, ni con aquellas poéticas ostensiones y ornaçión de materias, ca, si así oviera de escrevir, grand aparato y compendio se hiziera.
Y más escrive Omero de las esculturas solas y varias figuras que eran en el escudo de Archyles de compendio, que ay en aqueste todo volumen. E aun dexélo de hazer por no dañar ni ofender del todo su alta obra, trayéndogela en la umilde y baxa lengua del romançe, mayormente no aviendo para esto vuestro regio mandamiento, y aún porque sean a vuestra alteza estas sumas como las de muestras a los que quieren en finos paños açercar. Así, Rey muy exçelente, estará en vuestra real mano y mandamiento, vistas aquestas muestras o sumas, mandar o vedar toda la otra plenaria y estensa interpretaçión traduzir o dexar en su estado primero.