Isla, José Francisco de

Isla, José Francisco de (Vidanes, 1703–Bolonia, 1781)

Escritor y traductor en lengua castellana. Miembro de la Compañía de Jesús, abandonó España en 1767 con motivo de la expulsión de los jesuitas. Es autor de una nutrida obra, gran parte de ella de carácter burlesco y satírico, pero se le conoce, sobre todo, por la Historia de fray Gerundio de Campazas, alias Zote, aparecida en 1758 y enseguida prohibida por la Inquisición. A pesar de sus defectos, supone el renacer del género novelístico en el siglo XVIII, siguiendo la estela cervantina. Junto a esta obra original, cuyo segundo tomo se difundió manuscrito y de forma clandestina, se le deben trabajos como La juventud triunfante, sobre las fiestas que celebraron los jesuitas de Salamanca por la canonización de Luis Gonzaga y Estanislao de Kostka (1727), escrita con el padre Luis Losada; las Cartas de Juan de la Encina (1732), el Triunfo del amor y de la lealtad. Día grande de Navarra (1746), en el que relata las fiestas con motivo de la proclamación de Fernando VI, y otros, como ya se indicó de tono burlesco. Son también destacables sus cartas, dirigidas a diferentes familiares, en especial, las que envió a su hermana M.ª Francisca, sus sermones y otros escritos menos conocidos, como El Cicerón.

Como en el caso de otros autores dieciochescos, dedicó mucho tiempo a la traducción. Además de razones de carácter económico, esa dedicación en la época responde a la necesidad de proporcionar a los lectores españoles las novedades que se publicaban en Europa. Isla comenzó su labor como traductor en 1731 con la versión de la Histoire de Théodose le Grand de Esprit Fléchier, que tituló El héroe español (M., Alonso Balvás) y que viene precedida de un interesante prólogo, titulado «El que traduce al que leyere» y en el que recoge sus ideas sobre la traducción. Conviene recordar que casi todas sus traducciones, tanto las religiosas como las históricas y literarias, gozaron de la aceptación pública, a juzgar por el número de reediciones de que fueron objeto, y no sólo en el siglo XVIII. Es el caso del Año cristiano o ejercicios de piedad para todos los días del año, obra del P. Jean Croiset, que tradujo del francés entre 1753 y 1773, en doce tomos (Salamanca y Madrid), y del Compendio de la Historia de España, que había redactado André Duchesne y vio la luz en castellano en 1754 en dos volúmenes (Amberes, Cramer), con abundantes reimpresiones, aunque no siempre con el nombre de su traductor. Viene precedido también de un prólogo, titulado en este caso «El traductor al que leyere».

Desde el punto de vista de la literatura de creación, destaca su traducción de las Aventuras de Gil Blas de Santillana, robadas a España y adoptadas por Monsieur Lesage, restituidas a su patria y a su lengua nativa por un español celoso, que no sufre se burlen de su nación, aparecida de forma póstuma en cuatro tomos entre 1787 y 1788 (M., Manuel González). Como en casos anteriores, esta traducción tuvo extraordinaria fortuna, en forma de numerosísimas reediciones, dentro y fuera de España, y llegó al siglo XX, además de ponerse en inglés en 1814. Desde el título plantea Isla un problema de usurpación, de plagio y nacionalismo; en realidad, se trata de una novela escrita por Lesage, gran conocedor de la literatura española, que en muchas ocasiones sí tradujo o adaptó (en la práctica habitual del siglo) comedias y relatos españoles. Sin embargo, no era éste el caso. En la polémica sobre si era obra española o no intervinieron personajes como Voltaire (que lanzó la especie de que estaba sacada del Marcos de Obregón), Juan Antonio Llorente y Andrés Bello. Al frente de su traducción puso una «Conversación preliminar», que es una encendida defensa de las novelas y de las ficciones en prosa. Al comparar esta conversación con el «Prólogo con morrión» de Fray Gerundio destaca el importante avance de sus posiciones hacia la libertad del relato y su independencia de la Historia, abandonando los criterios que justificaban la narrativa en la verdad histórica y asumiendo los de la verosimilitud de la ficción.

En los prólogos a sus versiones alude a los procedimientos de traducción: no dice nada novedoso y se inscribe en la habitual libertad del traductor para cambiar aquello que no le parece digno de figurar en letras de molde, y así confiesa que ha alterado nombres, condiciones y títulos de ciertos personajes españoles que no eran tratados con el debido respeto por el francés, mientras justifica también la no fidelidad como medio para expresar mejor el contenido. La diferencia reside en que sus primeras traducciones respondían a razones de orden religioso y crematístico, mientras que en la del Gil Blas primaba lo patriótico como estímulo para poner la novela en castellano, que tradujo poco antes de morir en Italia.

 

Bibliografía

Francisco Aguilar Piñal, «Isla, José Francisco de» en F. Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, Madrid, CSIC, 1986, IV, 576–611.

Joaquín Álvarez Barrientos, «Traducción y novela en la España del siglo XVIII. Una aproximación» en F. García Lara (ed.), I Congreso Internacional sobre Novela del Siglo XVIII, Almería, Universidad de Almería, 1998, 11–21.

Joaquín Álvarez Barrientos (coord.), José Francisco de Isla, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Amparo García Cuadrado, «La edición española del Compendio de la Historia de España de Duchesne: una traducción del padre Isla», Revista General de Información y Documentación 10 (2000), 105–134.

María Jesús García Garrosa & Francisco Lafarga, El discurso sobre la traducción en la España del siglo XVIII: estudio y antología, Kassel, Reichenberger, 2004.

Presentación Husquinet–García, «Le Gil Blas du Père Isla, traduction ou trahison du roman de Lesage?» en J.–M. D’Heur & N. Cherubini (eds.), Études de philologie romane et d’histoire littéraire offerts à Jules Horrent, Lieja, 1980, 669–675.

Francisco Lafarga, «Las aventuras españolas de Gil Blas de Santillana» en J. J. Lanero & J. L. Chamosa (eds.), Lengua, traducción, recepción. En honor de Julio César Santoyo, León, Universidad de León, 2010, 267–281.

 

Joaquín Álvarez Barrientos