Isócrates (Atenas, 436 a. C.–Atenas, 338 a. C.)
Orador griego. Durante su larga vida asistió a los cambios producidos en Grecia: caída del imperio marítimo de Atenas, hegemonías espartana y tebana, y expansión de Macedonia bajo Filipo II tras la batalla de Queronea el año 338 a. C. La fortuna familiar le permitió recibir una buena educación, y tuvo como maestros a los sofistas Pródico y Gorgias. En la ruina tras la guerra del Peloponeso, su timidez y malas condiciones físicas imposibilitaron su participación en la política, y se dedicó a escribir discursos forenses para otros. A finales del 390 a. C. fundó su escuela de retórica, poco antes de que Platón abriera la Academia (387 a. C.). Entonces Isócrates empezó a escribir discursos políticos: en ellos aparecen como ideas principales el panhelenismo, la concordia entre los griegos y la unión de estos contra Persia. Demócrata moderado, pero desilusionado por las continuas disensiones entre las ciudades griegas, pensaba en el liderazgo de un príncipe, y se dirigió sucesivamente a Dionisio de Siracusa, a Agesilao II de Esparta y, finalmente, a Filipo II de Macedonia. Su estilo, en el que la armonía de la frase se une a la simetría de los períodos, sus ideas pacifistas y su elogio de una monarquía ilustrada hicieron que sus obras figuraran entre las estudiadas en las universidades europeas desde el Renacimiento. Quedan de él veintiún Discursos y nueve Cartas; los discursos A Demónico (de autenticidad discutida), un tratado educativo, y A Nicocles, una «exhortación» dirigida a este rey de Salamina en Chipre, son los más copiados en los manuscritos y, también, los más traducidos.
Las primeras traducciones al castellano no lo fueron del griego, sino de versiones latinas, o incluso de un error, como la publicada por el cronista Alfonso Fernández de Palencia en Sevilla en 1491, que tradujo el Evágoras, un panegírico de este rey de Salamina, tomado de la edición italiana, en latín, de las Vidas paralelas de Plutarco (Venecia, 1478); ya el propio Fernández de Palencia indicaba que el autor de la traducción de esta supuesta vida había sido el humanista italiano Guarino Guarini; traducción de traducción, el resultado se parece poco al original. Del griego, pero al latín, tradujo Juan Luis Vives los discursos Areopagítico, exaltación de la democracia ateniense, y A Nicocles, dedicados al cardenal Wosley, no publicados hasta la edición de Basilea de 1555. En 1548 apareció en Sevilla una traducción del A Demónico, por Pedro Mexía, tomada de la versión latina de Rodolfo Agrícola, que fue muy reeditada; Diego Gracián de Alderete, secretario de Carlos I y Felipe II, tradujo en 1551 (Valladolid) el A Nicocles, sobre el texto latino recogido en Querimonia pacis de Erasmo (Venecia, 1518). Por fin, en el siglo XVIII, aparecieron dos traducciones directas del griego: la de Ignacio de Luzán, que en fecha imprecisa tradujo A Demónico, y que no ha sido localizado y editado hasta fecha reciente por Manuel Béjar Hurtado (M., Gredos, 1991). La primera completa es la de Antonio Ranz Romanillos, publicada en Madrid en 1789 (Imprenta Real), que sigue la edición alemana de J. Wolf (1572); aunque excesivamente libre, ha sido reeditada en numerosas ocasiones y en distintas editoriales, total o parcialmente. De proyecto puede calificarse la traducción del helenista y editor Antonio Bergnes de las Casas, de la que sólo se tiene la referencia que él mismo da. En 1979–1980 (con varias reed.) se publicó en la «Biblioteca Clásica Gredos» (M., Gredos) la traducción de Juan Manuel Guzmán Hermida, que sigue la tercera edición francesa de Mathieu–Brémond (1962–1963) e intenta ajustarse al texto griego en fondo y forma. Poco antes (1971) había aparecido el primer tomo de la versión catalana de Joan Castellanos i Vila (B., Fundació Bernat Metge), aún incompleta.
Bibliografía
Theodore S. Beardsley Jr., Hispano–Classical Translations printed between 1482 and 1699, Pittsburgh, Duquesne University Press, 1970.
Santiago Olives Canals, Bergnes de las Casas, helenista y editor, Barcelona, CSIC, 1947, 112.
José Sánchez Lasso de la Vega, «Traducciones españolas de las Vidas de Plutarco», Estudios Clásicos 35 (1962), 451–514.
Juan Manuel Guzmán Hermida