Torralbo

La traducción de la poesía inglesa en el siglo XIX1

Juan de Dios Torralbo Caballero (Universidad de Córdoba)

 

Introducción

El siglo XIX vive una efervescencia intercultural y traductora derivada del ímpetu ilustrado por el aprendizaje y del mayor conocimiento de lenguas extranjeras existente. Empieza a traducirse poesía al español, a diferencia de lo ocurrido en el siglo precedente. Siguen predominando las traducciones del francés y, de hecho, por ejemplo, Juan Valera (1864: 238) constata la escasez de traducciones del inglés con estas palabras sobre una traducción de Byron realizada por su tío José Alcalá Galiano: «La lengua y la literatura inglesas son mucho menos conocidas en España y en toda Europa que las de los franceses, nuestros vecinos. Entre España e Inglaterra hay cortísimo comercio de ideas». Miguel de Unamuno (1950: 32), por su parte, lamenta la ignorancia en España de «todo el espléndido coro lírico de la poesía inglesa del siglo XIX». Aunque los poetas españoles de dicho siglo no tradujeran la proteica polifonía de las letras inglesas que Unamuno echa en falta, y aunque abunden en un principio las traducciones indirectas a través del francés, el patrimonio literario español del siglo XIX cuenta con laudables muestras vertidas desde la poesía escrita en las islas británicas, que van desde fragmentos de algún cuento medieval hasta poemas de la época victoriana.

En este capítulo seguiremos un recorrido cronológico a partir de las fuentes. Primero abordamos una traducción de la Edad Media junto a los poemas renacentistas o isabelinos que hemos encontrado. Después nos adentramos en la época puritana, de la Restauración y del Neoclasicismo para secuenciar las traducciones de poesía filosófica, religiosa y didáctica realizadas. Así llegamos al prolífico y disonante prerromanticismo desde cuyo corpus son traducidos versos sobre la naturaleza, la melancolía lúgubre o leyendas de tiempos remotos. Luego nos detenemos en variopintas latitudes y manifestaciones del Romanticismo cuando los traductores españoles se interesan por algunos versos de amor, poemas byronianos y algunas leyendas orientales publicadas en Irlanda. Finalmente, terminaremos el recorrido con unos versos de la época victoriana

 

Poesía medieval y renacentista

El primer hito del recorrido nos sitúa en la literatura inglesa del siglo XIV, en uno de los cuentos que componen The Canterbury Tales de Geoffrey Chaucer aunque su traducción española proceda de una versión modernizada. El canónigo Graciliano Afonso traduce al español en 1850 ese relato a través de la versión que Alexander Pope publicó en 1709 (Miscellanies) con el título «January and May; or, The Merchant’s Tale: from Chaucer», en la que mantiene un criterio métrico y prosódico. El traductor encabeza su traducción también con la pareja protagonista: «Enero y Mayo o los mercaderes. Cuento de Chaucer», obra que permaneció manuscrita (Museo Canario de Las Palmas) hasta su publicación por Castillo (1993: 29–62). El texto de Pope se compone de 820 endecasílabos mientras que el de Afonso hace uso de la amplificatio, lo que da lugar a 1.356 versos, entre los que hay octosílabos y endecasílabos. Pope había aplicado ciertas mutaciones respecto al de Chaucer, omitiendo o transformando algunos fragmentos como, por ejemplo, el explícito desenlace de la infiel protagonista (Mayo), lo que denota el credo neoclásico de Pope en el pudor y en el decoro de la obra literaria. Afonso, por su parte, mantiene un notable apego al contenido narrado en el poema de Pope por lo que también priva al receptor meta de ciertos pasajes que, estando en la plántula chauceriana, no trasladó Pope.

Una figura señera en las traducciones de la poesía de Shakespeare al español es Matías de Velasco y Rojas–Sotolongo, marqués de Dos Hermanas, natural de La Habana aunque establecido en Madrid, donde pasó los últimos treinta años de su vida, desarrollando una intensa actividad literaria y cultural que incluía buenas relaciones con Zorrilla, Núñez de Arce, P. A. de Alarcón y Pardo Bazán, entre otros literatos del momento. En 1877 publica Obras de William Shakespeare. Traducidas fielmente del original inglés con presencia de las primeras ediciones y de los textos dados a luz por los más célebres comentadores del inmortal poeta (Madrid, Manuel Minuesa) para lo que consultó ediciones en otras lenguas (Campillo 2005: 48). Aquí se encuentra una selección de 36 sonetos, todos ellos acompañados de un amplio estudio, además de «Venus y Adonis», «La violación de Lucrecia», «Querellas de una amante» y «El fénix y la tórtola». Todos ven la luz en el citado volumen, excepto el soneto 149, publicado en 1889. Coincido con la valoración de (2005: 47–48) en la importancia de estas traducciones, vertidas directamente del inglés, y que suponen un primer intento por traducir la obra de Shakespeare de manera sistemática.

En 1895 Jaime Martí Miquel, marqués de Benzú, vierte al español el soneto 66 en su libro El ramo de pensamientos. Poesías de ilustres poetas extranjeros puestas en rima castellana (Madrid, Enrique Teodoro), así como los sonetos 24, 75, 87 y 153 en su antología Flores de luz. Poesías de autores extranjeros puestas en rima castellana, publicada en 1896 (Valencia, P. Aguilar) (Pujante 2009 y 2019; Escudero 2021: 568). También en 1895, Guillermo Macpherson, hijo de un escocés afincado en Cádiz, traslada el soneto 111, publicado en Versiones inglesas o arte de traducir el inglés, editado por Eduardo Benot (Madrid, Sucesores de Hernando). Menciono también al colombiano Miguel Antonio Caro porque publicó en distintos números de La España Moderna (Madrid) su traducción de estos cinco sonetos: «Día y noche» (4 de agosto de 1892), «Amor verdadero» (4 de diciembre de 1892),2 «Retracción» (5 de enero de 1893), «Joyas del corazón» (5 de octubre de 1893) y «Amor de mujer» (5 de febrero de 1893). Previamente los había integrado en su antología Sonetos de aquí y allí. Traducciones y refundiciones (Curazao, A. Bethencour e Hijos, 1891) (Pujante 2009, Escudero 2021: 567, Campillo 2015: 63).

Guillermo Belmonte Müller, entre su variado legado traducido (Ocampos 2020), también se ocupa de poesía shakespeariana, concretamente los sonetos 7, 27, 31, 50, 90 y 104 (Torralbo 2010: 125–134; Escudero 2021: 569). Están incluidos en la Antología de líricos ingleses y angloamericanos (Madrid, Sucesores de Hernando, 1923) de Sánchez Pesquera, donde además consta la recreación de un soneto de W. Wordsworth (González García 2015: 73–74) junto a otras traducciones de George Crabbe, Samuel Johnson, John Leyden y Alan Seeger (Atalaya 2015: 45–50). Los sonetos 7 y 90 están publicados asimismo en el número 67 de Boletín de la Real Academia de Córdoba (1952).

 

Poesía de la Restauración y del Neoclasicismo

Antes de adentrarnos en las traducciones de Paradise Lost de John Milton (1667) durante el siglo XIX, es conveniente mencionar que existe una nómina de autores anteriores que dedicaron parte de su esfuerzo literario a aclimatar temas o fragmentos derivados del poema religioso inglés: Alonso Dalda, Ignacio de Luzán, Alberto Lista, Félix José Reinoso, Jovellanos, Cadalso, Fernández Palazuelos, Meléndez Valdés y Espronceda (Pegenaute 1999: 326–328, Lasa 2021). Un buen ejemplo del interés por la temática explorada por Milton es el certamen convocado en 1799 por la Academia de Letras Humanas de Sevilla, en el que uno de los temas es «La inocencia perdida. Canto en 80 octavas, o cerca de ellas, en que se describa la caída de los primeros padres» (Juretschke 1951: 23): resulta vencedor el poema de Reinoso (que se publica en 1804), mientras que Lista consigue el accésit por el suyo.

Benito Ramón de Hermida, fiscal del Consejo de Castilla, es un primer hito sobresaliente porque traduce Paradise Lost entre 1802 y 1807 (durante su destierro en Zaragoza) y porque lo realiza directamente desde el texto inglés: El paraíso perdido de J. Milton, poema inglés, traducido al castellano por D. Benito Ramón de Hermida, y dado a la luz por su hija (Madrid, Ibarra, 1814, 2 vols). Aunque la licencia fue concedida en 1807, parece que la hija del traductor se decidió a publicarla al ver editada la versión de Escoiquiz en 1812.

El canónigo Juan de Escoiquiz, preceptor del príncipe de Asturias, era rival de Hermida en el plano literario y político (Pegenaute 2016: 20). Traduce la obra de Milton con el título de Paraíso perdido (Bourges, Souchois, 1812, 2 vols.), a través de la versión francesa de Jacques Delille (1805), tal como indica al final de su prólogo.3 Escoiquiz modifica el texto fuente, corrigiendo lo que según él son «los defectos que presentaban los autores originales en su interpretación de la fe cristiana» (en Pegenaute 2021).

En 1849 Santiago Ángel Saura Mascaró realiza una traducción en prosa (B., Pujal) y en 1857, Graciliano Afonso traduce, también en prosa, los libros vi al x. En 1868 Dionisio Sanjuán presenta El Paraiso perdido (Barcelona, L. Tasso), con las notas de Joseph Addisson, Raymond Verninac de Saint–Maur y otros. Cayetano Rosell y López, que fue director de la Biblioteca Nacional, traduce en prosa los doce cantos con el título de El Paraíso perdido (Barcelona, Montaner y Simón, 1873), a los que acompañan seis ensayos críticos bajo la cabecera de «Juicios críticos sobre el Paraíso perdido de Milton», escritos originalmente por Samuel Richardson, Thomas Newton, Samuel Johnson, Hugh Blair, lord Oxford y William Hayley (pp. 244–258). En el segmento final del libro se encuentra la traducción de Paradise Regained (1671), con sus cuatro libros, titulado El paraíso recobrado (Milton 1873: 259–293) traducidos por Enrique Leopoldo de Verneuil, tal como explicita la cabecera del texto meta, realizado también en prosa.

Además de las obras antedichas, cabe mencionar una traducción de la mascarada de John Milton, que fuera representada en el castillo Ludlow hacia 1634. La traducción es realizada por Enrique Lorenzo de Vedia, lleva por título Cômo. Máscara y está publicada en Inglaterra (Liverpool, Rockcliff Hermanos, 1862) (Santoyo 2021).

Nos detenemos en Eugenio de Tapia, miembro de la Real Academia Española y director de la Biblioteca Nacional (Bernaldo de Quirós 2003), porque traduce «Alexander’s Feast; or, the Power of Music» (1697). Como luego comentaremos, también traslada un poema de James Thomson y otro de William Shenstone. La traducción de Dryden, publicada bajo el título «El festín de Alejandro. Oda para cantarse en el día de Santa Cecilia», va precedida de esta nota del traductor: «Para que los aficionados de la poesía puedan comparar el mérito de la anterior composición con el de la célebre oda de Dryden sobre el poderoso influjo que tiene la música en los afectos del ánimo, se inserta la siguiente versión, que del original ingles ha hecho el traductor de la presente obra». Apareció en el primero de los cuatro tomos de Cartas a Sofía en prosa y en verso, sobre la física, química e historia natural (Imprenta Real, 1819, 197–205). Más tarde, y con el título «El festín de Alejandro o El poder de la música. Oda para cantarse en el día de Santa Cecilia, compuesta por el célebre Dryden, y traducida del inglés», se insertó en el primer volumen de Poesías (Madrid, Pérez, 1832) junto a una veintena de poemas originales y acompañado de dos romances y una tragedia traducidos del francés. «Su versión del Alexander’s Feast de Dryden contiene muchos versos hermosos, aunque le falta la energía y simplicidad del original» según Alcalá Galiano (1969: 98).

El conde de Noroña, Gaspar María de Nava, también traduce el poema de Dryden, el cual se encuentra en el tomo primero de sus Poesías (Madrid, Vega y Compañía, 1799). El trabajo aparece reseñado en The Monthly Magazine en estos términos: «We will content ourselves with giving one more extract, which is an attempt […] a free translation of the celebrated ode of Dryden in honour of St. Cecilia’s Day» (Anónimo 1803: 616). La rescritura de Noroña (en las pp. 104–111) se titula «El festín de Alejandro, o el poder de la música» y contiene este encabezamiento explicativo: «Traducción libre de la Oda que al mismo asunto compuso en inglés Mr. Dryden».

Asimismo, Juan María Maury realiza otra traducción del «Festín de Alejandro» donde aclimata la sextina romántica que aúna versos endecasílabos y heptasílabos. Se trata de una «[t]raducción excelente e insuperable del famoso ditirambo para el día de Santa Cecilia. Sigue el traductor en lo posible los giros y la versificación de la lengua inglesa, según lo permite la índole de nuestra lengua», según señala Menéndez Pelayo (1953: 120–121), lo cual ilustra el santanderino con un fragmento bilingüe de diecinueve versos.

El camino de corte neoclásico trazado por Dryden es seguido por el poeta de la era augustana Alexander Pope, el cual es traducido en España desde el mismo siglo XVIII y, más ampliamente, durante el XIX (Effross 1966: 78–92, Saura 2003: 34). En español se encuentran algunos poemas breves además de Eloisa to Abelard, The Rape of the Lock, An Essay on Criticism, An Essay on Man y The Dunciad, en unos casos traducidos de manera directa y en otros de modo indirecto a través del francés.

El poema Eloisa to Abelard (1717) hunde sus raíces en Epistulae Heroidum de Ovidio y, de forma más inmediata, está basado en la traducción que John Hughes realizó al inglés de la francesa de Bussy Rabutin (1697). La existencia de una versión francesa de la heroida es una muestra de la caudalosa tradición de este subgénero poético (Álvarez Jurado 1998 y 2009, García Calderón 2007: 49–80). La primera versión localizada en España corresponde a Juan María Maury, que edita su traducción en octavas reales en Málaga hacia 1792 (Llordén 1973, Lara 2021: 18) la cual fue prohibida por la Inquisición (Saura 2003: 34). La obra, encabezada como «Abelardo y Eloísa. Cartas de Eloísa a Abelardo» aparece reeditada en 1810 bajo el título Eloísa a Abelardo. Epístola Heroida (Madrid, Ibarra). Según se indica en la portada, la versión procede directamente de la fuente inglesa de Pope. Una década después la obra es reeditada en Tolosa (Viuda de Alzá, 1821) como Carta de Abelardo y Heloisa en verso con la epístola heroida de Alejandro. En una nueva edición de 1847 (Madrid, Pedro Sanz y Sanz) se indica: «Imitada o traducida de la que con el mismo título escribió en inglés Alejandro Pope» (Maury 1847). Investigadores como Saura Sánchez (2003: 34) confirman que se trata de una traducción realizada directamente del inglés y no a través del francés.

Contamos con la impresión de unas Cartas de Abelardo y Heloísa en verso castellano (Salamanca, Tójar, 1796), tal como confirma Menéndez Pelayo (1953: 19) y reafirma Rinado Froldi (1996: 379), que se publican anónimamente aunque Quintana (1852: 152) las atribuye a Vicente María Santibáñez. Imitan la versión en 404 versos alejandrinos de Charles–Pierre Colardeau (1758). Además hay que citar a José Marchena, quien traduce dos heroidas dadas a conocer por Menéndez Pelayo (1953: 19); no son «simples traducciones o refundiciones» si bien contienen una «evidente aproximación al gusto y a las tonalidades de la llamada poesía sepulcral inglesa que había gozado de notable difusión en la Europa del tiempo, España incluida» (Froldi 1996: 377, 380). Se trata de dos poemas breves modulados en una tirada de versos endecasílabos asonantes, tamizados por su «propia subjetividad sentimental e ideológica» y que han sido sometidos a una «interpretación personal a partir de sus lecturas» (Saura 2003: 38, 39). La carta de «Heloísa a Abelardo» consta de 268 versos y la de «Abelardo a Heloísa» de 240. Froldi confirma que Marchena «interpreta personalmente el drama de Eloísa y de Abelardo: sus tormentos personales se convierten en expresión simbólica de los estados de conciencia del poeta, de una visión dolida de la vida, la suya y la de la entera humanidad, cuando se la quiere afrontar sin disimulos o fáciles consolaciones» (Froldi 1996: 381).

Por otra parte, contamos con El amor en el claustro o Eduardo y Adelaida. Cartas eróticas (Valencia, Jacinto Talamantes, 1838), traducción de Vicente Boix realizada en prosa. Mantiene los títulos de cada carta pero se despoja de los argumentarios que contiene la versión inglesa a modo de resumen al inicio de las epístolas. La única nota personal que el autor agrega a su traducción consiste en una excusatio non petita sobre el tema, presentada al comienzo del texto y en la que manifiesta a sus lectores «que respeta en general los claustros, en cuyo seno se educaron hombres beneméritos y dignos del mayor encomio» (Pope 1838: 3).

Además de Eloísa y Abelardo, otro poema que despierta interés entre algunos literatos españoles desde finales del siglo XVIII es An Essay on Man, una composición filosófica que sigue la tradición de las letras francesas. En 1774, tal como señala Begoña Lasa (2021), se aprecia la influencia de Pope en «El Hombre» de Cándido María Trigueros, publicado al inicio de El Poeta Filósofo o Poesías Filosóficas (Sevilla, Manuel Nicolás Vázquez). El jesuita Antonio Fernández Palazuelos publica su traducción en Venecia (1790) «en estilo sumamente escabroso y lleno de neologismos» (Menéndez Pelayo 1947: 394) y Diego Balcárcel Lara (1794) da a la estampa dos cartas en el Correo Literario de Murcia leyéndose entre sus versos algunos errores de calado que, en realidad, proceden del texto francés utilizado como traducción intermedia (Effross 1966: 85–86). A comienzos del siglo XIX, en 1801, encontramos la traducción que realiza el sacerdote José de Viera y Clavijo, la cual se titula El hombre, también a través de la versión francesa (Galván 2002: 74 y 2021). Es Gregorio González Azaola quien traduce el poema completo al español directamente del inglés, tal como señala en su portada (Madrid, Imprenta Nacional, 1821), en un encomiable trabajo fidelísimo al original aunque no presenta los resúmenes argumentales que portican cada una de las cuatro epístolas del libro original.

Hallamos algunas piezas traducidas al español a manos del capitán Gerónimo Valenzuela, publicadas en 1817 (Madrid, M. de Burgos) en Cantos pastorales escritos en inglés por Alejandro Pope y traducidos del francés. El volumen, a partir de la versión de Étienne de Silhouette, contiene cuatro pastorales tituladas «La Primavera o Damon», «El Estío o Alexis», «El Otoño o Aminta y Nemorin» y «El Invierno o Daphne» (de Pastorals with a Discourse on Pastoral, 1709); la oda «El poder de la música» (o sea, «Ode for Musick, on St. Cecilia’s Day», 1713); la égloga «El Mesías» (procedente de «Messiah. A sacred eglogue, in imitation of Virgil’s Pollio», 1712) y «La selva de Windsor», versión de Windsor Forest, de 1713 (García Calderón 2018).

La mencionada égloga «Messiah» también cuenta con una versión española al cuidado de José María Blanco White que fue declamada «en la Academia de Letras Humanas el 14 de enero de 1798, por su presidente» (Garnica & Díaz 1994: 139). El poema, titulado «Égloga al Mesías», aparece en el Correo de Sevilla con el pseudónimo de Albino hacia 1804. Consideramos que se trata de la primera traducción que el clérigo andaluz realiza desde la poesía inglesa. El poeta sevillano expresa que la composición «está sacada de una que escribió el poeta inglés Pope, a imitación del Pollion de Virgilio, sirviéndose de varios pensamientos esparcidos en la Profecía de Isaías, los que adornó y extendió a su manera» (Garnica & Díaz 1994: 133). También afirma que «no está en mi égloga todo lo que se halla en la inglesa, pues no habiéndome propuesto traducirla, tuve la libertad de cercenar lo que no se me hizo muy a propósito» por lo que se plantea el dilema sobre llamarla «traducción o imitación» (Garnica & Díaz 1994: 133).4

Otra obra de Pope trasladada al español en la época que nos ocupa es The Dunciad por el poeta Alberto Lista y Aragón, quien también vierte un soneto de Blanco White, un extenso poema de John Bowring y otro de Elizabeth Carter. La traducción más amplia es la citada obra en cinco cantos de Pope que titula El imperio de la estupidez, y lleva por subtítulo «Poema satírico en cuatro cantos; traducción libre, en verso suelto, de la Dunciad, de Alexandro Pope» (Madrid, Rivadeneyra, 1875). Tras haber sido leída en la Academia de Letras Humanas de Sevilla el 22 de julio de 1798, fue incluida en 1875 en el tomo III de la colección Poetas líricos del siglo XVIII a cargo de Leopoldo Augusto de Cueto. Hay que señalar que se trata de una traducción indirecta (Torralbo 2018: 521–525) porque Lista tuvo a la vista alguna versión francesa del poema neoclásico inglés. La rescritura cambia muchas referencias inglesas por otras españolas como, por ejemplo, los nombres propios de otros creadores que son el objeto de la sátira porque «a los españoles interesa muy poco oír los nombres desconocidos de los malos escritores que inundaron la Inglaterra a principios del siglo», según expresa Lista (1875: 379) en su prefacio. Prefiere «sustituir a los estúpidos ingleses [por] los escritores idiotas de nuestra nación, cuya lista no ha sido, por desgracia, ni muy corta, ni muy difícil de hacer» (Lista 1875: 379). De esta forma, el traductor confirma que ha «procurado hacer una obra absolutamente española, engalanándola a la usanza de Castilla, de modo que más bien parezca natural que extranjera, y vestida al uso del país» (Lista 1875: 379).

Antes de escribir The Dunciad, Pope compone su primer gran poema burlesco, The Rape of the Lock. José Viera y Clavijo, tal como declara en su Autobiografía, lo traduce en 1803 con el título El rizo de los cabellos robados, texto que no ha sido localizado hasta el momento (Hernández 2006: 112). En 1839 aparece una nueva versión como El bucle arrebatado (Madrid, Omaña) por un traductor desconocido a partir de una traducción francesa en prosa (García Calderón & Sánchez Jiménez 2018: 27–52). En 1851, Graciliano Afonso (Bolaños 2005) publica la suya titulada El rizo robado (Las Palmas de Gran Canaria, M. Collina), tras dar a la luz en 1849 una versión del Ensayo sobre la crítica (Imprenta de Las Palmas) ofreciendo el texto completo de An Essay on Criticism, especificando que es un texto «traducido del inglés con anotaciones».

 

Poesía prerromántica

La poesía de Edward Young, de corte neoclásico pero imbuida de cierta melancolía y regusto por los escenarios lúgubres y los temas teleológicos sobre la muerte, fecunda la literatura española de la mano de un elenco de traductores que merecen su lugar en los estudios sobre el Romanticismo y en la historia de la traducción en España (López García 1991). La recepción de su obra en Europa es prolífica, llegando a crearse el subgénero de la «poesía de las tumbas» cuya presencia es notable en Noches lúgubres de José Cadalso 5 o en Los sepulcros de Ugo Foscolo. En agosto de 1796, la Continuación del Memorial Literario publicaba la versión castellana titulada «Rasgo Moral. Eusebio o el rico virtuoso del Doctor Young», si bien Santoyo (1990: 181) duda que fuera vertida desde una fuente inglesa. También a finales del siglo XVIII destaca la traducción de Juan de Escoiquiz de las Obras selectas, en tres tomos (Lasa 2021, Pegenaute 2021), realizada a partir de la de Pierre Letourneur, reeditada en su versión definitiva en 1797–1804 (Madrid, Imprenta Real) cuya portada especifica que el texto ha sido revisado (Villa & López Folgado 2013).

En el siglo XIX se publican algunas reediciones de El juicio final, traducción en prosa de A Poem on the Last Day (1713) por Cristóbal Cladera, publicada en 1785. Cuatro décadas más tarde, Francisco Razola edita la traducción Lamento nocturno, o Meditaciones de Young (Madrid, Julián Viana Razola, 1828) que contiene los cuatro cantos de la «Noche primera» y los cinco de la «Noche segunda», tras un «Preámbulo» donde se anota una breve noticia del poeta inglés y se afirma la dificultad de traducir este tipo de escritura. De esta forma se evidencia que la poesía sepulcral que Young crea en The Complaint: or Night Thoughts on Life, Death, and Immortality está presente en España. Posteriormente, Antonino Chocomeli Codina incorpora en Gaul: poema de Ossian (Valencia, R. Ortega, 1874) dos traducciones de Young, en verso, «La pluralidad de mundos» y «La compasión». Chocomeli también traduce en este volumen –además de a Macpherson– a lord Byron y Edgar Allan Poe, y autores en otras lenguas, como V. Hugo, Th. Gautier, A. de Lamartine y F. Schiller.

El escocés James Thomson, conocido fundamentalmente por The Seasons, inaugura una tradición literaria conocida como la poesía de la naturaleza, coadyuvando, junto a otros escritores, a la eclosión del Romanticismo en Inglaterra. Su poema, con 5.422 versos, consta de cuatro partes equivalentes a las estaciones del año y data de 1726–1730. Su estela en España es tangible desde la obra de Meléndez Valdés, quien acusa la huella de Thomson en piezas como «Los segadores» o «El invierno es el tiempo de la meditación», destacando temáticamente la «contraposición entre el campo y las ciudades corruptas, y la exaltación de la agricultura como actividad primordial» (Carnero 2009: 443). Además de la influencia ejercida, The Seasons despierta interés entre los traductores españoles. Benito Gómez Romero publica en 1801 Las estaciones del año en dos volúmenes (Madrid, Imprenta Real). El primero contiene «Primavera» y «Estío» y el segundo «Otoño» e «Invierno», trasladados al español en versos endecasílabos. Esta traducción está realizada sobre de la versión francesa de Mme Bontemps (Marie Jeanne de Chatillon) de 1759, aunque el texto español se distancia notablemente de la fuente (García Calderón 2015: 98–102 y Lasa 2021).

Eugenio de Tapia es el primer traductor español que utiliza como fuente directa el poema original inglés y, aunque no haya publicado más que dos centenares de versos, le corresponde un valor pionero en su cometido. Cuenta el escritor con veintiocho años cuando difunde su fragmento de 205 versos de «la primera estación de Thomson», en el número 13 (1805) de Variedades de Ciencias, Literatura y Artes bajo el título «Muestra de una traducción nueva en castellano de las Estaciones de Thomson». El traductor declara en una nota que lo traduce del inglés (García Castañeda 2016: 114–115); posteriormente consta publicada en el primero de los cuatro tomos de sus Cartas a Sofía en prosa y en verso, sobre la física, química e historia natural (Madrid, Imprenta Real, 1819).

José Mor de Fuentes es definido por Blanco García (1899: 43) como un polígrafo, «un hombre de grandes conocimientos y singularísimas opiniones literarias, censor terrible de obras ajenas y acérrimo defensor de las propias». En la obra de Mor de Fuentes se acusa la influencia de la poesía de Pope y de Thomson en sus Poesías, publicadas en 1796 (la segunda parte al año siguiente y la tercera en 1800) (García Garrosa 2016a: 29), tal vez por mediación de la obra de su admirado Meléndez Valdés. Asimismo, la novela de Mor de Fuentes La Serafina contiene una huella de Clarissa Harlowe (Glendinning 1968 y Shaw 1986: 135–144), que ya estaba traducida al español y a otras lenguas. Destacamos aquí la importancia de este autor fundamentalmente por su obra Las Estaciones (Lérida, Corominas, 1819), que delata la influencia no solamente de Thomson sino también de Saint–Lambert (García Garrosa 2016a: 29). El volumen recoge solamente los tres cantos de «La Primavera», aunque fue un trabajo que, según él mismo declara, se dilató durante dos décadas (Mor de Fuentes 1936: 45).6 García Calderón (2016) aplica razonadamente al poema de Mor de Fuentes el concepto de imitación o de recreación, e incluso llega a apuntar la hipótesis de la utilización de una traducción francesa intermedia, porque «es lógico que [el traductor] conociera varias de las traducciones de los autores franceses de The Seasons, tanto en verso como en prosa, que circulaban en las librerías» (García Calderón 2016: 106). El texto no tuvo mucha repercusión y no se ha estudiado con la profundidad que merece. Hemos hallado alguna reseña a Las estaciones en la época de su publicación; por ejemplo, El Censor incluyó una referencia a esa traducción De Mor de Fuentes entre otras relativas a sus Poesías o a las Odas de Horacio de Eugenio de Tapia. Cabe aducir que la recreación de la obra de Thomson se compagina con el naciente gusto por la descripción de la naturaleza que está gestándose en España y que se alinea con un novedoso espíritu que prende la mecha de una nueva sensibilidad prerromántica en las letras españolas de cuya llama nacerá el movimiento romántico.

El mencionado Eugenio de Tapia también dedica su esfuerzo literario a traducir algunos versos del escritor dieciochesco William Shenstone, cuya poesía paisajística presagia los primeros vuelos románticos. Su versión de su séptima elegía, incluida en Works in Verse and Prose (1764) está publicada en las dos ediciones de sus Poesías (Madrid, Imprenta Nacional, 1821 y Madrid, Pérez, 1832) con el título «La sombra de Wolseo». Algunos críticos han señalado la influencia de la poesía de Macpherson en este poema (Díaz–Plaja 1937: 238, Catena 1948: 84–85, Montiel 1974: 238). El poema inglés contiene 80 versos endecasílabos distribuidos en 20 serventesios y el traducido se compone de 106 versos endecasílabos siguiendo, por consiguiente, un criterio métrico que emula al de su fuente.7 Es destacable que quien fuera un acérrimo detractor del Romanticismo trasladara a su literatura unos versos de corte prerromántico y una novela romántica.

En esta época nace la conocida como «Graveyard School» (García Peinado & Vella 2007: 159–171) gracias a unos poetas que se preguntan por asuntos de ultimidades y se muestran hipostasiados por la tópica del ubi sunt y el contemptu mundi. La obra de Thomas Gray también señaliza la transición desde el neoclasicismo hacia el prerromanticismo, en su caso poetizando una marcada melancolía romántica. Los 128 versos de su poema más famoso, «Elegy Written in a Country Churchyard» (1751), producen en España una prolífica tradición literaria que se prolonga más allá del siglo XIX en los poemas de Unamuno y de Cernuda, que aclimatan los versos ingleses con un realismo estremecedor. La primera traducción del siglo XIX data de finales de 1805 y es obra de Juan de Escoiquiz, que la vierte en prosa en Minerva o El Revisor General (n.º XIV, 15 de noviembre de 1805) bajo el título «El Cementerio de Aldea. Elegía de Gray, traducida libremente del inglés» (Villa & López Folgado 2013). Más tarde, en 1809, el presbítero Faustino Anzu y Garro publica en verso «El cementerio de la aldea. Traducción libre de una elegía de Gray» (Tarragona, Imprenta de La Gaceta). En 1822 Manuel Norberto Pérez del Camino publica en Burdeos «Elegía escrita sobre el cementerio de una aldea (imitación del inglés)» en tercetos (Menéndez Pelayo 1948: 338).

En Granada se publican dos traducciones del poema de Gray en La Alhambra. Periódico de Ciencias, Literatura y Bellas Artes. La primera destaca por su variedad estrófica y es obra de José Fernández Guerra que la declama en el Liceo de Granada el 24 de julio de 1840 y la difunde en la mencionada revista el 2 de agosto del mismo año (III, 207–210). Después compone otra traducción con un nuevo criterio prosódico unificando todas las estrofas en tercetos, la cual es publicada póstumamente por el periódico madrileño Heraldo, el 7 de abril de 1850 (Menéndez Pelayo 1948: 338). Menéndez Pelayo (1948: 338) cuestiona su autoría, ya que no aprecia similitud estilística con otras obras del escritor. Tenemos constancia de otra versión elaborada por José Vicente Alonso. Se trata de «una traducción en tercetos de la famosa elegía inglesa de Gray, The Country Church», al decir de Leopoldo Augusto de Cueto (1875: 664) que aparece mencionada en La Alhambra en 1841 (IV, 431), a propósito del fallecimiento del traductor. En la misma época, José de Urcullu publica su traducción titulada «El cementerio de la aldea» en el periódico editado en Londres La Colmena (II, 1843, 73–77 y 175–178). Posteriormente, Enrique Lorenzo de Vedia publica durante su etapa de cónsul en Liverpool su Elegía escrita en un cementerio campestre (Liverpool, Rockliff Hermanos, 1860), y califica la obra de Gray de «inestimable joya del Parnaso inglés» (Vedia 1860: 3).

Alberto Lista traduce «Ode to Wisdom» (1746) como «A la sabiduría» indicando bajo el título que se trata de una «Traducción libre de Richardson» (Madrid, León Amarita, 1822). El poema se encuentra en la carta 54 de Clarissa (1748) y es una creación original de Elizabeth Carter, epítome de la mujer erudita que participa en el círculo femenino Blue Stockings y que lo había publicado en Gentleman Magazine (1747) como «To Wisdom. A nocturnal Ode».

Por su parte, el mencionado José de Urcullu, traduce un poema del irlandés George Canning (padre del primer ministro homónimo). El texto fuente es «The Pilot That Weath’d The Storm» (1767) y está vertido con el título «Al piloto que salvó la nave. Cantata» que lleva como subtítulo esta indicación sobre la autoría: «Compuesta en inglés por el honorable Jorge Canning y traducida por D. Jose Urcullu». Se encuentra en el volumen de J. J. de Mora No me olvides. Colección de producciones en prosa y verso, originales y traducidas (Londres, Ackermann, 1825). El texto fuente se compone de 32 versos endecasílabos distribuidos en ocho estrofas, mientras que la traducción de Urcullu, que también está en verso, los amplifica a más del doble, combinando endecasílabos y heptasílabos.

La obra del escocés James Macpherson se sustenta en la estratagema e impostura de ser traducción de poemas del bardo Osián (siglo III). Su prosa poética en España aporta un «ingrediente exótico» que «entró también en la combinación para formar el romanticismo en España» aunque fuera «en muy cortas dosis» (Valera 1961: 1195–1196). Esta idea la postulan también Peers (1925: 121), Catena (1948: 71), Montiel (1968: 477 y 1978: 38) y, en parte, Perojo (2011: 2).

Con anterioridad al siglo XIX ya se había traducido a este autor.8 José Marchena, durante su primer exilio en Francia, tradujo tres poemas y seis fragmentos. De los primeros, «La guerra de Caros», con sus 345 versos, y «La guerra de Inistona», con sus 266 versos, aparecieron en el primer volumen de las Obras literarias de D. José Marchena, editadas por Menéndez Pelayo (Sevilla, E. Rasco, 1892). El tercero, «Beratón», de 601 versos, fue localizado y publicado por J. F. Fuentes (1982), quien fecha todos ellos en torno a 1805. Por otra parte, los fragmentos fueron publicados en dos entregas de Variedades de Ciencias, Artes y Literatura en 1804 bajo el título «Muestras de la nueva traducción de Osián» con una «Advertencia preliminar» de Quintana titulada «Literatura. De Ossián, y de una nueva traducción española de sus poemas».9 Son, en primer lugar, «Invocación al Héspero en la introducción a los cantos de Selma» en 24 versos («The Songs of Selma»); «Diálogo entre Vinvela y Silrico en el poema de Carrictura» con 167 versos (procedente del primer poema del libro Fragments of Ancient Poetry); «Diálogo entre Conal y Crimora extractado del mismo poema de Carrictura» con 60 versos (su fuente se halla en el cuarto poema del libro Fragments of Ancient Poetry). «Pintura de Fingal y canto de los bardos al principio del poema de Carthon» con 41 versos (en Fingal: an ancient epic poem). La segunda entrega contiene «Canto de Fingal en honor de la desgraciada Moina en el poema de Carthon» con 56 versos y «Apóstrofe al sol, con que termina el poema de Carthon» con 50 versos (ambos de «Carthon: A Poem»). La parte final de este poema, «Apóstrofe al sol», es aclimatada por Espronceda en su «Himno al sol». El propio Marchena engendra su superchería basada en otra supuesta traducción en su Fragmentum Petronii, cuya creíble falsificación se debe a su férrea formación en la lengua latina, como bien ha estudiado y editado Álvarez Barrientos (2007: 12).

En cuanto a otros traductores, hay que mencionar a Francisco Iturrondo, afincado en Cuba, que firmaba con el pseudónimo de Delio, puesto que es autor de una traducción de «La guerra de Inis–Thora». «The Songs of Selma» cuenta con una traducción al español con fecha anterior realizada por «el librero editor Louis, de París», publicada en 1803 (Montiel 1974: 56). Posteriormente, se encuentran las realizadas por Jaime Martí Miquel, titulada «Los cantos de Selma, poema de Ossián» (1883), quien también traduce «Las quejas de Minvana (Ossián)». También debe figurar José Rúa Figueroa (Montiel 1974: 202–203) porque publica su traducción de «Carthon, poema de Ossián» en prosa en el Semanario Pintoresco Español el 4 de julio de 1852.

El primer canto del poema «Temora» es adaptado al español en verso por Juan Nicasio Gallego (Montiel 1974: 205–207), quien también aclimata en verso el poema «Minona»; ambas traducciones fueron publicadas –sin autorización del autor– en Filadelfia en Versos de J. Nicasio Gallego (1829) y están recogidas, entre otros estudiosos, por Menéndez Pelayo (1952b: 103–119). Asimismo, destaca la versión de los ocho cantos del poema «Temora» publicada en la revista La Abeja en 1864, posiblemente traducida por Antonio Bergnes de las Casas. La revista barcelonesa difunde la traducción en prosa titulada «La muerte de Cutulino, por Ossián» procedente de «The Death of Cuchullin», incluido en la edición de Fingal de 1762. En el volumen Poemas gaélicos (Madrid, E. Teodoro) se encuentra otra traducción, anónima, con el título «La muerte de Cuchullin», que Montiel considera también obra de Bergnes de las Casas.

Antonino Chocomeli publica la antología Gaul. Poema de Ossian. Traducciones varias. Traducciones de Víctor Hugo, Young, Byron, Ossian, Gautier, Lamartine (Valencia, R. Ortega, 1874), prologada por Vicente Wenceslao Querol. Contiene una introducción sobre el escritor escocés titulada «Noticia de los poemas de Ossian» (15–19) y las traducciones en verso de «Gaul. Poema de Ossian» (21–64) y de «Morala. Canto del bardo en Duthona. Poema de Ossian» (73–77). Las fuentes del primer poema están en el «poema del mismo título incluido en las [traducciones] de Cesarotti o Christian Pitois» (Montiel 1974: 112), concretamente en Poesie di Ossian (1763) y en Nuovi Canti di Ossian (1813) según explica Zarandona (2014: 10). Las fuentes del segundo manan desde «la traducción italiana de Michele Leoni o de las […] francesas de Le Tourneur [1776–1777] o Christian Pitois [1842], procedentes a su vez del original inglés de John Smith» (Montiel 1974: 212–213, Zarandona 2014: 7, 9). El espíritu romántico de Chocomeli también se corrobora en las traducciones que realiza de Hugo, Gautier, Lamartine, Schiller, Poe, Byron y Young.

 

Poesía romántica

El romanticismo de Robert Burns figura en letras españolas gracias a los once poemas que Miguel Sánchez Pesquera incluye en el primer tomo de su Antología de líricos ingleses y angloamericanos. Tras las dos primeras traducciones del escocés que son autoría del editor («A una liebre herida» y «Juan Anderson»), se encuentran nueve realizadas por Enrique Lorenzo de Vedia, tituladas «Canción», «Lamentación», «La ausencia», «El aduanero», «Fragmento», «Canción», «El convite al campo», «El adiós de María Whitsford» y «Orillas del Don».

Walter Scott, el autor escocés de novelas históricas, tiene una enorme repercusión en España durante el siglo XIX gracias a las traducciones realizadas de su ficción. Sus poemas también llegan a las letras españolas, aunque en un menor número, en prosa en algunos casos (García & Ruiz 2014: 20). En primer lugar, destaca la traducción de The Vision of Don Roderick (1811) realizada en verso por Antonio Tracia, titulada Visión de don Rodrigo. Romance inglés de Sir Walter Sccoth (Barcelona, Viuda e Hijos de Brusi, 1829), que se presenta como «traducido libremente en verso español». El anagrama A. Tracia, al decir de Montesinos (1982: 239) corresponde a Agustín Ricard, mientras que Menéndez Pelayo (1897: LVII) se inclina por Agustín Aicart. Las estrofas spenserianas inglesas emanan en una traducción libre que sigue una métrica endecasilábica y heptasilábica. El traductor manipula, por motivos religiosos, el contenido del texto referente a la Inquisición y a la conquista de América (Menéndez Pelayo 1897: lvii, Menéndez Pidal 1924: 173). El traductor avisa al lector en el prólogo con estas palabras: «Yo soy católico y español y escribo únicamente para los españoles» (Scott 1829: xx), señalando que su objetivo es que «el genio original del poeta de Escocia» sea conocido en España. Junto a estas mutaciones, Aicart aplica la amplificatio en el número de versos (García & Ruiz 2014: 23–25).

Consta la existencia de una traducción de la balada «The Palmer» con el título «El peregrino», firmada con las iniciales S. Y. N. y fechada en 1855, según mencionan García Calderón y Ruiz Armillas (2014: 20) y Ruiz Armillas (2015: 65). Hacia finales de siglo, un buen número de poemas de Scott aparecieron en el volumen de Baladas, integrado en la «Biblioteca Selecta» del librero Pascual Aguilar (Valencia, s. a.). En él pueden leerse, em una primera parte, «El cazador», «El rey del fuego», «El noble Moringer», «El rey Alejandro», «El castillo de los siete escudos», «Alicia», «El castillo de Gadyow» y «La sentencia de Merlín»; un segundo grupo está compuesto de ejemplos morales: «La joven sueca», «La huérfana reconocida», «Ejemplo de fidelidad conyugal», «La religión es el manantial de todas las virtudes», «El pudor», «Castidad, pureza, pudor», «El corazón verdaderamente materno», «El trabajo de manos» y «De la urbanidad».

José María Blanco White es una figura de transición entre las letras españolas e inglesas, que primero representa la Ilustración y el clasicismo hispalenses y, después, respira los aires románticos ingleses que, naturalmente, refleja en su poética (Torralbo 2009 y 2012). Pasó en Inglaterra buena parte de su vida, y merece su sitio en la historia de la literatura a tenor de su producción creativa, como poeta español, como traductor del inglés y como escritor inglés. En esta incursión nos interesa «Night and Death» (Blanco 1994: 348), un soneto de 1825 de una calidad superlativa, que alcanza una fama elevada. Se han localizado dos traducciones realizadas por poetas españoles en el siglo XIX. La primera de la que tenemos constancia es compuesta por el emigrado liberal Clemente de Zulueta10 realizada en Liverpool con fecha de 1835 y titulada «La noche y la muerte», la cual permaneció inédita hasta que Garnica Silva y Díaz García (1996: 433) la dieron a conocer. La segunda corresponde a Alberto Lista, lleva por título «El sol y la vida» y es publicada en la segunda edición de las poesías del sevillano en 1837. Ambos traductores tuvieron relación con Blanco White, Lista en su etapa andaluza compartió un estrecho vínculo amical (Romero Tobar 1996: 755) y Zulueta trabó amistad cuando el expatriado llega a tierras inglesas.

El poeta romántico inglés George Gordon Byron tiene una presencia notable en la literatura española (Pujals 1982) que comienza gracias a labor traductora de los emigrados a Inglaterra, quienes favorecen el oficio de la traducción y, concretamente, las traducciones directas (García Garrosa 2016b: 31). El año 1818 baliza las primeras traducciones de Byron al español, publicadas en Londres y en Madrid: la primera consta de seis estrofas (iv, vi, lxii, lxx, xvii y xviii) procedentes del canto tercero de Childe Harold’s Pilgrimage que José Joaquín de Mora traduce desde el francés e incorpora en un artículo de su periódico Crónica Científica y Literaria el 7 de abril de 1818, en el número 107 (Peers 1924, Medina 2018: 69, Cardwell 2005: 144 y 2011: 3); la segunda es una traducción en prosa de «El sitio de Corinto» desde la versión francesa de Pichot, que aparece en diciembre en Minerva o El Revisor General sin nombre de traductor, que bien puede ser el mismo Mora. Concluyo que no es casual que el adjetivo romántico en el sentido literario (Kalenić 2022) aparezca utilizado el 26 de junio de 1818 precisamente en Crónica Científica y Literaria, lo cual permite datar los inicios del Romanticismo literario en España que estaban siendo abonados a través de las tertulias y los debates existentes.11 El 31 de diciembre de 1819 Mora publica doce estrofas (lxv–lxvii, lxxii–lxxx) en su Crónica Científica y Literaria (Cardwell 2005: 144, 2011: 3); también traduce del francés al español un artículo sobre el vate romántico publicado previamente por el suizo Marc–Auguste Pictet de Rougemont (1818) en su revista Bibliothèque Universelle. Pocos años después, el mismo Mora publica su poema «El árbol de la infancia» en el volumen No me olvides. Colección de producciones en prosa y verso, originales y traducidas (Londres, Ackermann, 1825) que rezuma una tangible influencia del poema «Lines Written Beneath an Elm in the Churchyard of Harrow» (Monguió 1967: 81).

En las décadas siguientes ven la luz dos ediciones de la traducción en prosa titulada El corsario. Por Lord Byron (Valencia, Cabrerizo, 1832 y 1844), cuyo texto original es The Corsair, a Tale (1814), observándose algunas diferencias entre ambas. Treinta años después se publica otra traducción en Valencia del mismo poema, El corsario, poema de lord Byron (La Opinión, 1863) realizada en verso por Vicente Wenceslao Querol y Teodoro Llorente,12 la cual también aparece en el periódico La Opinión a través de ocho entregas, desde agosto hasta noviembre del mismo año (Atalaya 2017: 155–176 y 2021). En el «Prólogo» indican cómo Inglaterra desdeñaba la poesía de Byron mientras que la asendereada vida del poeta y su obra iban forjando una imagen legendaria en Europa. También en la década de 1830, concretamente en enero de 1835, El Artista publica «Fragmento traducido del Sitio de Corinto. Poema del célebre Lord Byron», unos versos procedentes de The Siege of Corinth (1816) en silvas, en concreto las estrofas 16–19 traducidas por Telesforo de Trueba y Cosío, quien probablemente tradujo el poema completo durante su exilio en Londres en 1827 (Pegenaute 2014: 5, Medina 2018: 73). En 1836 salen de las prensas los dos primeros cantos de Don Juan. Novela (Gerona, A. Oliva), los cuales habían sido publicados en Francia como Don Juan, novela por Lord Byron (París, Librería Americana, 1829). Dos años después ve la luz la traducción en prosa realizada de forma indirecta bajo el título El sitio de Corinto, o el renegado del Adriático por Lord Biron. Traducido del francés al castellano (Barcelona, Manuel Saurí, 1838), con un prólogo de carácter histórico y, finalmente, acompañada de quince notas aclaratorias. Al año siguiente Tomás Aguiló publica «Las tinieblas» en el Diario Constitucional de Palma.

La presencia de Byron en España es notable en la década de 1840. La traducción de Mazeppa. Poema de Lord Byron traducido al castellano por A. M. aparece publicada en 1841 (Barcelona, J. Mayol y Compañía, 1841) firmada con las iniciales A. M. (Chamosa 2021). Una década después se imprimen en Sevilla los quince cantos de Mazeppa. Poema por lord Byron (José María Atienza, 1851), traducidos al castellano por A. R. en prosa, acompañados de dos notas aclaratorias finales. En 1841 El Semnario Pintoresco Español publica en verso las veinte estrofas de «Parisina» (1815) distribuidas en dos entregas consecutivas.13 La primera consta en el número del 24 de octubre de 1841 y contiene las trece estrofas iniciales tras una breve introducción y la «Advertencia del autor»; la segunda se halla en la edición de la semana siguiente (31 de octubre) y ofrece las siete finales (xiv–xx), tras las cuales se leen las iniciales del traductor, H. V., correspondientes a Enrique de Vedia. Del mismo año de 1841 se conoce una nueva edición de El corsario, publicada en Gerona por V. Oliva (Medina 2018: 72).

En 1842 aparece en Revista de Madrid la traducción «A Napoleón Bonaparte. Oda. Por Lord Byron», realizada por Tomás Aguiló, quien da en 1844 once traducciones más en la revista La Fe, publicada en Palma de Mallorca, procedentes del poemario Hebrew Melodies (1815), primero una tirada de nueve y, después, otras dos. Se encuentran las siguientes, albergadas bajo el título «Melodías hebraicas. Traducción de Lord Biron [sic]»: «La hija de Hepté», «Saúl», «Canto de Saúl en su última batalla», «La destrucción de Senaquerib», «La visión de Baltasar», «A Jerusalén destruida por Tito», «La gacela salvaje», «Orillas del Jordán» y «Sol de los que no duermen». Posteriormente, con un título casi idéntico, «Melodias hebraicas. Traducción de Byron», se hallan «Llanto de los desterrados» y «Lamento de Herodes». Es destacable que las traducciones estén elaboradas en verso; en este sentido, el traductor afirma que sus textos meta siguen «las leyes del metro, las ataduras de la rima y la índole del castellano» (Aguiló 1844: 10). El libro Rimas varias (1849), de Tomás Aguiló, incorpora en su tomo segundo dichas composiciones –excepto «Sol de los que no duermen»– junto a otras piezas del mismo poemario en el apartado «Melodías hebraicas. Traducidas de Lord Byron»: «El harpa de David», «Vanitas vanitatum», «Llanto y sonrisa», «Super flumina babilonis», «La propuesta del judío», «La gloria del guerrero», «El alma», «Aspiración» y «El lucero». También figura aquí «El tiempo». El primer tomo de Rimas varias (1846) recoge sus primeras traducciones previamente publicadas en Diario Constitucional de Palma y en Revista de Madrid: «Las tinieblas» y «A Napoleón Bonaparte. Oda».

En la misma época se imprime en tres tomos Don Juan o el hijo de doña Inés (1843, tomo I; 1844, tomos II y III, Madrid, La Unión Comercial). Se trata de una traducción completa realizada en prosa que contiene una tangible correlación con el texto francés de Pichot (Medina 2018: 72), a la que hay que sumar la traducción parcial antedicha publicada en Gerona la década anterior. A estas traducciones pioneras hay que añadir las realizadas en los años 70 y 80 en Madrid y Barcelona que, además, logran sendas reediciones. Con estas referencias se constata la afirmación de Chamosa (2021) sobre Don Juan como el texto byroniano con más traducciones al español.

El acercamiento a la poesía de Byron también es evidente en la obra de Juan Valera (Moreno 2003: 132–136) porque sus traducciones cuentan con paráfrasis en Ensayos poéticos (Granada, 1844) (Torralbo 2016): «Fragmento de Byron», que imita pasajes de Manfred, «Al Sol», «A Lucinda» o «El sueño de las tinieblas» a partir del primer canto de Don Juan. Precisamente en 1844 escribe su «Fábula de Euforión» (en Poesías, Madrid, Sánchez Ocaña, 1858) la cual procede de Fausto de Goethe, «donde también alude a Lord Byron harto claramente» (Alcalá Galiano 1930: 36). Estas imitaciones son puestas de relieve en el pórtico del poemario de 1844 escrito por J. Jiménez Serrrano.

En 1845 Manuel Cañete publica su paráfrasis de The Giaour (1813) en El Español y el año siguiente aparece Los dos Fóscaris (Madrid, Vicente de Lalama), drama histórico en cinco actos y en verso. De 1847 es Sardanápalo (Madrid, Santiago Rojo), tragedia en cinco actos; en 1848 sale a la luz una traducción en prosa de Parisina en el periódico El Pensamiento y al año siguiente la traducción de The Bride of Abydos (Pegenaute 2014: 345).

Por su parte, Antonio María Vizcaíno publica en 1850 la traducción de «The Prophecy of Dante» y al año siguiente aparece la traducción en prosa de «The Death of Calma and Orla» en el Semanario Pintoresco y en 1854 algunos fragmentos de The Bride of Abydos. Este mismo año se publica la traducción de La desposada de Abydos realizada por Joaquín Fiol (Palma, P. J. Gelabert). También en 1854 aparecen en el Semanario Pintoresco cinco de los treinta poemas recogidos en Hebrew Melodies, publicados bajo el título «Melodías hebreas», en prosa y sin identificar al traductor: «Ella se acerca radiante de hermosura», «El arpa del rey poeta», «Si en ese mundo elevado…», «La gacela salvaje» y «¡Oh! Llorad por aquellos…».14

De 1861 es la versión de José Alcalá Galiano del poema dramático Manfredo (Madrid, A. Vicente), precedido de un breve prólogo de su abuelo Antonio. Dos décadas más tarde se publica junto a las traducciones de otros dos poemas (Caín y Sardanápalo).

En 1873 ve la luz el volumen titulado Caín. Misterios del Antiguo Testamento (Madrid, S. Landáburu) por J. G., sin paratexto alguno. Al año siguiente, Antonino Chocomeli publica varias estrofas de poemas de Byron en su volumen Gaul. Poema de Osián. Traducciones varias (Madrid, Victoriano Suárez), entre las que destaca un «Fragmento del Childe Harold», compuesto por 28 versos. De 1876 son Manfredo y Óscar de Alva (Madrid, Eduardo Martínez) por Ángel Rodríguez Chaves, la primera en prosa y la segunda en verso. En 1876 salen de las prensas dos tomos titulados Don Juan. Poema de Lord Byron. Traducción de F. Villalva los cuales contienen la traducción completa en prosa, ampliamente anotada y precedida por una decena de páginas con «Cuatro palabras. Acerca del autor y de la obra» (Madrid, Leocadio López, 1876).

A partir de estas fechas se preparan algunos volúmenes antológicos, cada uno de los cuales incorpora una destacable selección de poemas al cuidado de Antonio Sellén, Rafael Ginard de la Rosa, Ricardo Canales, Juan Alonso del Real y José Alcalá Galiano, entre otros. Así, se imprimen cuatro traducciones realizadas en verso por Sellén en el tomo Cuatro poemas de Lord Byron: «Parisina», «El prisionero Chillón», «Los lamentos del Tasso» y «La novia de Abydos» (Nueva York, Néstor Ponce de León, 1877). En 1880 la Biblioteca Universal dedica el tomo 63 de su «Colección de los mejores autores antiguos y modernos, nacionales y extranjeros» a los Poemas (Madrid, Leganitos). El libro contiene un «Prólogo» de Ginard de la Rosa que valora «el humorismo amargo, el desencanto desgarrador de Byron», aseverando su universalidad y atemporalidad: «sus imprecaciones a los tiranos, sus jubilosos gritos de entrañable amor a la causa de los oprimidos son inmortales y retumbarán a lo lejos en todas las generaciones» (Ginard 1880: 9). Detalla el paso de Byron por España, deteniéndose en Cádiz (Ginard 1880: 10–15), y menciona la influencia ejercida en Martínez de la Rosa, Espronceda o el duque de Rivas. A continuación constan traducidos en prosa los poemas «El pirata», «Lara», «Las tinieblas», «Melodías hebraicas», «La visión de Baltasar» y «Las lamentaciones del Tasso». Ese mismo año se publican siete Poemas de Lord Byron, con notas, comentarios y aclaraciones. Primera versión española, en vista de la última edición: «Lara», «El sitio de Corinto», «Parsina», «Mazeppa», «La peregrinación de Childe–Harold. Romance», «Las lamentaciones del Tasso» y «Beppo. Novela veneciana» (Barcelona, Jané Hermanos, 1880), todos trasladados en prosa por R. Canales.

Poco después15 se publica en la misma capital Don Juan conjuntamente con The Lament of Tasso (1817) bajo el título siguiente: Don Juan, el hijo de doña Inés. Poema. Las lamentaciones del Tasso. Versión de J. A. R. Ilustrada con dibujos a la pluma por R. Escaler (Salvatella, 1883), que guarda relación con la versión francesa de Pichot (Medina 2018: 72). Las iniciales corresponden al traductor Juan Alonso del Real. El tomo, presentado con una biografía del poeta romántico, alcanza una segunda edición a finales de siglo en la misma editorial (1895).

En 1885 Núñez de Prado da a la estampa Tres poemas de Lord Byron (Madrid, Pérez Dubrull), con veinte fragmentos de «Parisina», los dos cantos de «La novia de Abido» así como «El infiel». En la misma imprenta, al año siguiente, José Alcalá Galiano difunde sus tres traducciones,16 una ya publicada con anterioridad y dos nuevas, en el tomo titulado Poemas dramáticos de Lord Byron: Caín. Sardanápalo. Manfredo, antecedidos de una carta prólogo de Menéndez Pelayo. Estas traducciones evidencian el interés por transmutar al español los poemas narrativos de Byron.

En 1890 Vicente de Arana publica su libro Leyendas del Norte (Vitoria, Imprenta de La Ilustración) donde se lee «Lirios del Rhin. Traducción del inglés, de Lord Byron» que es la tercera estrofa del canto tercero de Childe Harold. Arana también traduce una balada escocesa titulada «Elena de Kirconnel» que Felicia Dorothea Browne Hemans había publicado en The Winter’s Wreath (1829) con el título «Fair Helen of Kirconnel». En el mismo libro, el escritor bilbaíno incluye su traducción de unos versos de John Keats tal como se constata en «Paisaje. Imitación del inglés, de John Keats. A Rosa Llanos Keats. Sobrina del malogrado poeta» que consiste en varios fragmentos de «I Stood tip-toe upon a little hill». Este poema lo recoge Sánchez Pesquera en su Antología (1917), junto al poema «A sus hermanos» (F. N. L.) y «Ante los bajorrelieves de una urna griega», traducido por el propio Sánchez Pesquera (Pascual 2001, 218).

Junto a la tenue recepción de traducciones poéticas derivadas de las obras de Burns, Scott, Keats o Blanco White, se constata una extensa aclimatación de la obra de Byron en la España del siglo XIX, generando una huella determinante que enriquece sobremanera el panorama literario de nuestro país. Las traducciones Thomas Moore también se alzan como un hito en España, aunque su impronta sea de menor magnitud que la de Byron.

Los exiliados liberales en Londres leyeron y difundieron algunos versos del romántico irlandés Thomas Moore, como demuestra la traducción de «What the Bee is to the Floweret», procedente de Irish Melodies (1808–1834), publicada en Ocios de Españoles Emigrados en 1826 (Medina 2020: 62) de forma anónima, aunque se ha apuntado a Pedro Pascual Olivier como su traductor (Llorens 1968: 323, Medina 2020: 70). En 1845 el poema es traducido por Federico Muntadas y publicado en Revista Literaria de El Español (Medina 2020: 70). Las Melodías irlandesas cuentan con una traducción completa al español gracias al poeta cubano Rafael María de Mendive (Nueva York, Ponce de León, 1863, 1875).

Los cuentos orientales titulados Lalla Rookh, An Oriental Romance (1817) tienen presencia en las letras españolas dos décadas después de su publicación en Londres. La primera traducción data de 1836, está realizada en prosa y es obra de Guillermo Casey que la publica en Barcelona (Miguel Borrás, 1836) con el título El falso profeta de Corassan, romance histórico oriental (Rubió 1948, 315–324, Pegenaute 2002: 195, Medina: 63 y Pòrtulas 2021). Hacia finales de 1846, Juan Valera (2002: 31, 32, 36) traduce en silvas el segundo cuento de la tetralogía del irlandés con el título «El Paraíso y la Peri. Leyenda oriental»: publica primero unos versos iniciales en El Siglo Pintoresco y después difunde el cuento completo en El Artista en su tercer número, el 21 de febrero de 1847, para finalmente incorporaralo en sus dos poemarios, Poesías (Madrid, Sánchez Ocaña, 1858) y Canciones, romances y poemas (Madrid, Impresor de Cámara, 1886). Otra traducción de las dos primeras partes de este poema narrativo aparece en el Semanario Pintoresco Español (n.º 48, 1 de diciembre de 1850): se trata de una traducción en prosa, obra de Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero), en cuya introducción alude a una dama como traductora, probablemente refiriéndose a su madre, Frasquita Larrea, buena conocedora de las letras inglesas. Hacia finales de siglo la luz de la imprenta alumbra El velado profeta del Korassan. Primera leyenda del poema Lalla Rookh, obra de Miguel Sánchez Pesquera (Puerto Rico, González Font; Madrid, V. Suárez, 1892). Tras una introducción de catorce páginas titulada «Breve reseña del Lalla Rookh» firmada por Nicolás Heredia, luce la traducción en versos endecasílabos a lo largo de tres cantos.

Precisamente Sánchez Pesquera se encarga de recopilar unas nueve traducciones procedentes National Airs (1818–1838) realizadas durante el siglo XIX en el cuarto tomo de su Antología de líricos ingleses y angloamericanos (1918: 100–114). Aquí se encuentran cuatro imitaciones realizadas por Enrique Lorenzo de Vedia, junto a las traducciones del venezolano José Antonio Calcaño, los colombianos Jorge Isaacs y José Antonio Caro, y la puertorriqueña Carmela Eulate (Medina 2020: 72–73) que se asentó los últimos años de su vida en Barcelona. El romance en prosa The Epicurean (1827) también cuenta con una traducción española en el siglo XIX realizada por Bergnes de las Casas quien la incorpora a su «Biblioteca selecta, portátil y económica» en 1832 (Pegenaute 2002: 196).

Alberto Lista acude a la poesía del cosmopolita John Bowring, editor de Westminster Review, para traducir algunos de sus versos procedentes de Specimens of the Russian Poets (1821) lo cual denota su interés por este poeta. La traducción se titula «Piezas escogidas de los poetas rusos, traducidas al inglés por el señor Juan Bowring. Traducción del inglés. Varios fragmentos» (Madrid, Rivadeneyra, 1875). El texto meta consta de una tirada de 17 versos de asunto mitológico seguidos de otros 116 del tema cristiano sobre la creación. Asimismo, traduce el poema «Dios» de Bowring que, a su vez, procede del ilustrado ruso Gavrila R. Derzhavin. Una versión del mismo poema fue hecha por Jaime Martí Miquel (ambas recogidas por Sánchez Pesquera 1917–1924: I, 72–76). Junto a estas versiones puede leerse la versión de «Los goces del hogar», vertido al español por Miguel A. Caro.

 

Poesía victoriana

Alfred Tennyson tiene una presencia temprana en España (Zarandona 2007, 2017: 126–128, Gutiérrez 2020) a través de Ecos de las Montañas de José Zorrilla (B. Montaner y Simón, 1868, 1894), que contiene la casi totalidad de los grabados de Gustave Doré para la edición de Idylls of the King (1867), según parece por obligación contractual con la editorial, encajándolos con los retazos históricos narrados (Zarandona 2004: 23–100, 2017: 128). De hecho, la obra de Zorrilla se compone de tres leyendas, «El castillo de Waifro», «La fe de Carlos el Calvo» y «Los encantos de Merlín», aunque solo la última está vinculada con la obra de Tennyson. En las dos primeras Zorrilla transmuta la semántica artúrica original en una llamativa temática sobre la historia de Cataluña basada en el trabajo del historiador Víctor Balaguer, mientras que la tercera conserva parte de la tópica inglesa de «Merlin and Vivien» mediante «una versión libre […] siempre atenta al original» (Zarandona 1994: 226, 236). «Los encantos de Merlín» consta de 916 versos, algunos menos que el texto inglés, y en su conjunto Zorrilla españoliza el texto fuente, traduciendo «[el] espíritu, los personajes o los acontecimientos de la obra artúrica decimonónica», en palabras de Zarandona (1994: 222), y ofreciendo al nuevo lector leyendas nuevas.

Stricto sensu, el primer traductor de Tennyson en España es Lope Gisbert y García Tornel que aclimata los idilios Elaine y Enid en dos bellas traducciones métricas que aparecen publicadas en la Revista Europea, difundidas en tres entregas cada una: en 1874 Elena (números 1, 2 y 3) y el año siguiente Enid, en los números 60, 64 y 69 (Zarandona 2017: 129). Los dos poemas están publicados conjuntamente en formato de libro en 1875 (Madrid, Medina y Navarro). El siguiente traductor es Vicente de Arana (Zarandona 2009) que publica su traducción en prosa del poema «Enoch Arden» en el periódico bilbaíno Irurac–bat en 1873 y al año siguiente en La Ilustración Española y Americana (Zarandona 2017: 134). Su libro Oro y oropel (Bilbao, Juan E. Delma, 1876) incluye las traducciones de «Enoch Arden», «Dora», «La Maya», «La víspera de Año Nuevo», «Conclusión» y «El amor y la muerte». Destacable por su amplitud y contenido es el volumen titulado Poemas de Alfredo Tennyson (Barcelona, C. Verdaguer, 1883), con numerosos grabados modernistas de José María Riudavets (Zarandona 2017: 138), que contiene una interesante introducción, recoge los poemas antedichos, excepto «El amor y la muerte», e incorpora otros de factura nueva: «Gareth y Lynette», «Merlín y Bibiana» y «La reina Ginebra».

Más allá de estas traducciones, cabe señalar la notable presencia e influencia del poeta victoriano en otros escritores del momento, como Gaspar Núñez de Arce, Guillermo Belmonte Müller, Unamuno e incluso Valera, cuyo gusto clasicista le conduce a leer y traducir poetas norteamericanos de moda durante el bienio que ejerció como embajador en Estados Unidos.

 

Conclusión

Las letras españolas del siglo XIX albergan un buen número de traducciones de versos ingleses desde Chaucer hasta Tennyson. En cuanto a la temática plasmada por los escritores españoles en sus traducciones de poesía inglesa destaca el interés por la poesía renacentista de Shakespeare o los versos religiosos de Milton. También se aprecia, en consonancia con el credo ilustrado, una mirada a la poesía filosófica de corte neoclásico en la obra de Dryden y de Pope. Por otra parte, las traducciones evidencian una original atracción por los asuntos prerrománticos tratados en las obras de Thomson, Macpherson, Young y Gray, por la tópica gaélico–legendaria, la naturaleza o la melancolía. Asimismo, se corrobora la fascinación por los temas románticos ingleses, irlandeses y escoceses de Byron o Moore. Hacia finales de siglo son notables algunas traducciones de la poesía victoriana de Tennyson.

Las traducciones de poesía inglesa realizada en España durante el siglo XIX demuestran un notable acercamiento al texto original aplicándose en muchos casos la traducción directa respecto a la costumbre de verter el texto fuente a través de una versión media que, frecuentemente, era francesa. Los textos de poesía traducida del inglés al español fecundan la tradición literaria española engendrando una viva impronta en la escritura del Neoclasicismo, Prerromanticismo, Romanticismo y Realismo.

 

Bibliografía

Aguiló Forteza, Tomás. 1844. «Melodías hebraicas. Traducción de Lord Biron», La Fe. Revista Religiosa, Política y Literaria II, 107–118.

Alcalá Galiano, Antonio. 1930 [1858]. «Prólogo» en J. Valera, Poesías, Madrid, Sánchez Ocaña, 25–38. (Obras completas XVII).

Alcalá Galiano, Antonio. 1969 [1834]. Literatura española del siglo XIX, Madrid, Alianza.

Alonso Cortés, Narciso. 1919. El primer traductor español del falso Ossián y los vallisoletanos del siglo XVIII, Valladolid, Imprenta Castellana.

Álvarez Barrientos, Joaquín. 2007. «El «Fragmentum Petronii» de José Marchena: falsificación y libertina erudición» en J. Cañas Murillo & J. Roso Díaz (eds.), Aufklärung. Estudios sobre la Ilustración española dedicados a Hans–Joachim Lope, Cáceres, Universidad de Extremadura, 211–224.

Álvarez Jurado, Manuela. 1998. La expresión de la pasión femenina a través de la epístola amorosa: el modelo portugués, Córdoba, Universidad de Córdoba–Obra Social y Cultural CajaSur.

Álvarez Jurado, Manuela. 2009. «La traducción del dolor de Eloísa», Futhark. Revista de Investigación y Cultura 4, 45–62.

Anónimo. 1803. «Poetry and Plays», Monthly Magazine XIV, n.º 96, 615–618.

Atalaya, Irene. 2015. «Guillermo Belmonte Müller, un traductor romántico» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Creación y traducción en la España del siglo XIX, Berna, Peter Lang, 43–54.

Atalaya, Irene. 2020. «Teodoro Llorente, entre la traducción y la crítica poética» en J. M. Goñi & R. de la Fuente Ballesteros (eds.), Poesía y traducción en el siglo XIX hispánico, Berna, Peter Lang, 79–88.

Atalaya, Irene. 2021. «Guillermo Belmonte Müller» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Bernaldo de Quirós Mateo, José Antonio. 2003. El escritor Eugenio de Tapia: un liberal del siglo XIX, Ávila, Caja de Ahorros de Ávila.

Blanco García, Francisco. 1899. La literatura española en el siglo XIX, Madrid, Sáenz de Jubera Hermanos, I.

Bolaños Becerra, Antonio. 2005. Graciliano Afonso: poeta, traductor y teórico de la literatura, Las Palmas, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (tesis doctoral).

Campillo Arnáiz, Laura. 2005. «Shakespeare’s Neglected Translators: Jaime Clark and Guillermo Macpherson» en F. Yus Ramos & J. Mateo Martínez (eds.), Thistles. A Homage to Brian Hughes, Alicante, Universidad de Alicante, II, 27–37.

Campillo Arnáiz, Laura. 2015. Estudio de los elementos culturales en las obras de Shakespeare y sus traducciones al español por Macpherson, Astrana y Valverde, Murcia, Universidad de Murcia (tesis doctoral).

Cardwell, Richard A. 2005. «»El lord sublime»: Byron’s Legacy in Spain» en R. A. Cardwell (ed.), The Reception of Byron in Europe. I: Southern Europe, France and Romania, Londres, Continuum, 144–163.

Cardwell, Richard. 2011. «Byron’s Romantic Adventures in Spain» en VV. AA., The 37th International Byron Society Conference 2011, International Association of Byron Societies.

Carnero, Guillermo. 2009. Estudios sobre narrativa y otros temas dieciochescos, Salamanca, Universidad de Salamanca–Universidad de Zaragoza.

Castillo, Francisco Javier. 1993. «La divulgación de la obra de Chaucer en español. Algunas observaciones sobre una versión indirecta de The Merchant’s Tale», Revista de Filología de la Universidad de La Laguna 12, 17–62.

Catena, Elena. 1948. «Ossián en España», Cuadernos de Literatura 4, 57–95.

Chamosa, José Luis. 2021. «George Gordon Byron» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Cueto, Leopoldo Augusto de. 1875. Poetas líricos del siglo XVIII, Madrid, Rivadeneyra, III.

Díaz–Plaja, Guillermo. 1937. La poesía lírica española, Barcelona, Labor.

Duran, Angelica. 2012. «El Paraíso perdido and Milton’s Reception in Spain», The European Legacy 17: 3, 333–348.

Duran, Angelica. 2020. Milton among Spaniards, Newark, University of Delaware Press.

Effross, Susi H. 1966. «The Influence of Alexander Pope in Eighteenth–Century Spain», Studies in Philology 63: 1, 78–92.

Escudero, Tanya. 2021. «Panorámica de las traducciones de los Sonetos de Shakespeare al español», Trans 25, 565–581.

Fabbri, Maurizio. 2008. «Fingal y Temora de James Macpherson, en la traducción de Pedro Montengón (1800)» en F. Lafarga & L. Pegenaute (dir.), Biblioteca de Traducciones Españolas, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Froldi, Rinaldo. 1996. «El tema literario de Eloísa y Abelardo y Las Heroidas de José Marchena» en J. Álvarez Barrientos & J. Checa Beltrán (eds.), El siglo que llaman ilustrado. Homenaje a Francisco Aguilar Piñal, Madrid, CSIC, 377–390.

Fuentes, Juan Francisco. 1982. «Beratón, poema ossiánico original de James Macpherson, en traducción hasta ahora ignorada de José Marchena [a. Abate Marchena], encontrada y prologada por Juan Francisco Fuentes», Poesía. Revista ilustrada de información poética 16, 109–128.

Fuentes, Juan Francisco. 1989. José Marchena. Biografía política e intelectual, Barcelona, Crítica.

Galván González, Victoria. 2002. «La poesía traducida de Viera y Clavijo», Dicenda 20, 73–103.

Galván González, Victoria. 2021. «José de Viera y Clavijo» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

García Calderón, Ángeles. 2007. «Eloisa to Abelard de Alexander Pope», Alfinge 19, 49–80

García Calderón, Ángeles. 2015. «The Seasons de James Thomson traducido al español por el presbítero Gómez Romero (1801)», Anuario de Estudios Filológicos 38, 93–107

García Calderón, Ángeles. 2016. «The Seasons de James Thomson y la imitación de Mor de Fuentes», Anuario de Estudios Filológicos 39, 91–107.

García Calderón, Ángeles. 2018. «»Windsor Forest» (1713) de Alexander Pope, traducido por Gerónimo Valenzuela (1817)» en M. Á. García Peinado & I. Ahumada Lara (eds.), Traducción literaria y discursos traductológicos especializados, Berna, Peter Lang, 87–106.

García Calderón, Ángeles & José Ramón Ruiz Armillas. 2014. «The Vision of Don Roderick (1811) de Walter Scott y la traducción española de A. Aicart (1829)», Alfinge 26, 9–27.

García Calderón, Ángeles & Emilia María Sánchez Jiménez. 2018. «The Rape of the Lock de Alexander Pope y la primera (re)traducción al español de 1839, basada en una traducción francesa», Alfinge 30, 27–52.

García Castañeda, Salvador. 2016. «Eugenio de Tapia, enemigo de Francia y traductor del francés» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Autores traductores en la España del siglo XIX, Kassel, Reichenberger, 111–119.

García Garrosa, María Jesús. 2016a. «José Mor de Fuentes o el orgullo del traductor» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Autores traductores en la España del siglo XIX, Kassel, Reichenberger, 28–36.

García Garrosa, María Jesús. 2016b. «Reflexiones sobre la traducción en España: 1800–1830. Entre la tradición y la renovación» en F. Lafarga, C. Fillière, M.ª J. García Garrosa & J. J. Zaro, Pensar la traducción en la España del siglo XIX, Madrid, Escolar y Mayo, 13–54.

García Peinado, Miguel Ángel & Mercedes Vella Ramírez. 2007. «La «Graveyard School»: obras representativas» en M. Á. García Peinado & M. Vella Ramírez, Una modalidad singular del lirismo inglés en el siglo XVIII: «The Graveyard School» (Antología bilingüe), Cordoba, UCOPress, 159–171.

Garnica Silva, Antonio & Jesús Díaz García. 1994. «Notas» a «Égloga al Mesías» en J. M. Blanco White, Obra poética completa, Madrid, Visor, 133–139.

Garnica Silva, Antonio & Jesús Díaz García. 1996. «El soneto «Night and Death» de José Blanco White» en J. Álvarez Barrientos & J. Checa Beltrán (eds.), El siglo que llaman ilustrado. Homenaje a Francisco Aguilar Piñal, Madrid, CSIC, 429–450.

Ginard de la Rosa, Rafael. 1880. «Prólogo» en Lord Byron. Poemas, Madrid, Leganitos, 5–25.

Glendinning, Nigel. 1968. «Influencia de la literatura inglesa en el siglo XVIII» en J. Arce, N. Glendinning & L. Dupuis, Literatura española del siglo XVIII y sus fuentes extranjeras, Oviedo, Universidad de Oviedo, 47–94.

González Dávila, María José. 2021. La narrativa histórica de Valentín de Llanos y Telesforo Trueba y Cosío: entre Walter Scott y el liberalismo hispánico, Cádiz, Universidad de Cádiz (Anejos de Cuadernos de Ilustración y Romanticismo).

González García, Jonatan. 2015. «Un estudio sobre la recepción de la poesía traducida de William Wordsworth en la España de los años 20», Odisea. Revista de Estudios Ingleses 16, 59–82.

Gónzalez Ródenas, Soledad. 1997. «El paraíso perdido de Juan Escóiquiz» en S. González Ródenas & F. Lafarga (eds.), Traducció i literatura. Homenatge a Ángel Crespo, Vic, Eumo, 173–184.

Gutiérrez Sebastián, Raquel. 2020. «Aventuras, inventos y mixtificaciones de Zorrilla. Una «traducción» de Tennyson» en J. M. Goñi Pérez & R. de la Fuente Ballesteros (eds.), Poesía y traducción en el siglo XIX hispánico, Berna, Peter Lang, 187–201.

Hernández, Sebastián. 2006. José de Viera y Clavijo. Biografías de científicos canarios, Madrid, Dykinson.

Juretschke, Hans. 1951. Vida, obra y pensamiento de Alberto Lista, Madrid, CSIC.

Kalenić Ramša, Branka. 2002. «Ejemplos del amor romántico en la literatura española del siglo XIX» en D. Cusato & L. Frattale (eds.), La penna di Venere. Scritture dell’amore nelle culture iberiche, Messina, Andrea Lippolis–Associazione Ispanisti Italiani, I, 199–207.

Lara García, María Pepa. 2021. «Juan María Maury Castañeda, un poeta malagueño en los lunetos del Ayuntamiento de Málaga (II)» en F. Orellana, B. Díez & V. Díaz (eds.), A ciencia cierta. Volumen III. La divulgación científica digital en el curso académico 2020/2021, Málaga, Academia Malagueña de Ciencias, 7–22.

Lasa Álvarez, Begoña. 2021. «La traducción de las letras inglesas en el siglo XVIII» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Historia de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Lista, Alberto. 1875. «El imperio de la estupidez. Poema satírico en cuatro cantos; traducción libre, en verso suelto, de la Dunciad, de Alexandro Pope. Prólogo del traductor» en VV. AA., Poetas líricos del siglo XVIII, Madrid, M. Rivadeneyra, 378–379 (BAE 67).

Llordén Simón, Andrés. 1973. La imprenta en Málaga: ensayo para una tipobibliografía malagueña, Málaga, Caja de Ahorros Provincial, II.

Llorens, Vicente. 1968. Liberales y románticos: una emigración española en Inglaterra (1823–1834), Valencia, Castalia.

López García, Dámaso. 1991. «La huella de Young en España» en D. López García, Sobre la imposibilidad de la traducción, Cuenca, Universidad de Castilla–La Mancha, 159–177.

Medina Calzada, Sara. 2018. «Una aproximación a las primeras traducciones de Byron al español (1818–1844)», Ibero–americana Pragensia 46: 1, 67–79.

Medina Calzada, Sara. 2020. «Thomas Moore in the Hispanic World» en S. McCleave & T. O’Hanlon (eds.), The Reputations of Thomas Moore. Poetry, Music and Politics, Londres, Routledge, 60–78.

Menéndez Pelayo, Marcelino. 1897. «Observaciones preliminares» en Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española. Tomo VII. Crónicas y leyendas dramáticas de España, Madrid, Sucesores de Rivadeneira, ix–cclvii.

Menéndez Pelayo, Marcelino. 1947. Historia de las ideas estéticas en España, Madrid, CSIC, III.

Menéndez Pelayo, Marcelino. 1948. Historia de la poesía hispanoamericana, Madrid, CSIC, II.

Menéndez Pelayo, Marcelino. 1952a. «Anónimo.–D. J. M.» en Biblioteca de traductores españoles, Madrid, CSIC, I, 121–132.

Menéndez Pelayo, Marcelino. 1952b. Biblioteca de traductores españoles, Santander, CSIC, II.

Menéndez Pelayo, Marcelino. 1953. Biblioteca de traductores españoles, Madrid, CSIC, III.

Menéndez Pidal, Ramón. 1924. El rey Rodrigo en la literatura, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.

Monguió, Luis. 1967. Don José Joaquín de Mora y el Perú del ochocientos, Berkeley, University of California Press.

Montes, Melanie. 2015. «El abate Marchena (1768–1821): un caso particular de traducción y censura», 1611 9.

Montesinos, José F. 1892. Introducción a una historia de la novela en España en el siglo XIX. Seguida del esbozo de una biografía española de traducciones de novelas 1800–1850, Madrid, Castalia.

Montiel, Isidoro. 1968. «La primera traducción de Ossián en España», Bulletin Hispanique 70: 3–4, 476–485.

Montiel, Isidoro. 1974. Ossián en España, Barcelona, Planeta.

Moreno Hurtado, Antonio. 2003. «Poesías y paráfrasis» en A. Moreno Hurtado, Don Juan Valera y su relación con las literaturas extranjeras, Cabra, Delegación Provincial de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, 113–143.

Murphy, Martin. 1989. Blanco White: Self–banished Spaniard, New Haven–Londres, Yale University Press.

Ocampos Palomar, Emilio José. 2020. «Traducción y poesía hacia el Modernismo en Guillermo Belmonte Müller» en J. M. Goñi & R. de la Fuente (eds.), Poesía y traducción en el siglo XIX hispánico, Berna, Peter Lang, 123–135.

Pascual Garrido, María Luisa. 2001. Un hito en la poesía inglesa traducida en antologías: estudio descriptivo de la poesía inglesa (1945–1948) de Marià Manent, Córdoba, Universidad de Córdoba (tesis doctoral).

Peers, Edgar Allison. 1924. «Minor English Influences on Spanish Romanticism», Revue Hispanique 61, 440–458.

Peers, Edgar Allison. 1925. «The Influence of Ossian in Spain», Philological Quarterly 4: 2, 121–159.

Pegenaute, Luis. 1999. «La recepción de Milton en la España ilustrada: visiones de El paraíso perdido» en F. Lafarga (ed.), La traducción en España (1750–1830). Lengua, literatura, cultura, Lleida, Universitat de Lleida, 321–334

Pegenaute, Luis. 2002. «Guillermo Casey: profesor, traductor y filólogo» en F. Lafarga, C. Palacios & A. Saura (eds.), Neoclásicos y románticos ante la traducción, Murcia, Universidad de Murcia, 185–201.

Pegenaute, Luis. 2014. «El corsario de Byron, en la traducción de Teodoro Llorente y Vicente W. Querol (1863)» en F. Lafarga & L. Pegenaute (dir.), Biblioteca de traducciones españolas, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Pegenaute, Luis. 2021. «Juan de Escoiquiz» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Perojo Arronte, María Eugenia. 2011. «Byron in Romantic and Post–Romantic Spain» en VV. AA., The 37th International Byron Society Conference 2011, International Association of Byron Societies.

Pitollet, Camille. 1909. La querelle calderonienne de Johann Nikolaus Böhl von Faber et José Joaquín de Mora reconstituée d’après les documents originaux, París, Alcan.

Pope, Alexander. 1838. El amor en el claustro o Eduardo y Adelaida. Cartas eróticas. Trad. de V. Boix, Valencia, Jacinto Talamantes.

Pòrtulas, Jaume. 2021. «Antonio Bergnes de las Casas» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Pujals, Esteban. 1982. Lord Byron en España y otros temas byronianos, Madrid, Alhambra.

Pujante, Ángel Luis. 2009. «Shakespeare’s sonnets in Spanish: Rescuing the early verse translations», 1611 3.

Pujante, Ángel Luis. 2019. Shakespeare llega a España. Ilustración y Romanticismo, Madrid, A. Machado Libros.

Quintana, Manuel José. 1852. «Sobre la poesía castellana del siglo XVIII» en M. J. Quintana, Obras completas. Ed. de A. Ferrer del Río, Madrid, Rivadeneyra, 145–157 (BAE 19).

Romero Tobar, Leonardo. 1996. «El tema poético de la amistad en la amistad de Blanco y Lista» en J. Álvarez Barrientos & J. Checa Beltrán (eds.), El siglo que llaman ilustrado. Homenaje a Francisco Aguilar Piñal, Madrid, CSIC, 755–764.

Rubió i Balaguer, Jordi. 1948. «L’irlandès William Casey (†1857), professor d’anglès a Espanya i traductor de Thomas Moore» en VV. AA., Ensayos hispano–ingleses. Homenaje a Walter Starkie, Barcelona, Janés, 315–324.

Ruiz Armillas, José Ramón. 2015. Historia y leyenda de Don Rodrigo en tres versiones inglesas en verso en el Romanticismo: The Vision of Don Roderick (1811) de Scott, Count Julian (1812) de Landor, Roderick the Last of the Goths (1814) de Southey. Estudio traductológico y traducción de fragmentos, Córdoba, Universidad de Córdoba (tesis doctoral).

Salgado Martínez, Alejandro. 2011. Los sonetos de José María Blanco White, Sevilla, Diputación de Sevilla.

Sánchez Pesquera, Miguel (ed.). 1915–1924. Antología de líricos ingleses y angloamericanos, Madrid, Sucesores de Hernando, 7 vols.

Santoyo, Julio–César. 1990. «Bibliografía tentativa de traducciones inglés–español, 1577–1800», Bells 1, 161–187.

Santoyo, Julio–César. 2021. «John Milton» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Saura Sánchez, Alfonso. 2003. Las heroídas francesas y su recepción en España: estudio y antología, Murcia, Universidad de Murcia.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2004. «La labor traductora de Juan Valera» en E. Ortega Arjonilla (ed.), Panorama actual de la investigación en traducción e interpretación, Granada, Atrio, 209–217.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2006. «Poesía y traducción de Juan Valera» en P. Blanco & P. Martino (eds.), Traducción y multiculturalidad, Madrid, IULMyT–UCM, 257–268.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2007. «Byron, Moore y los «Fireside Poets» en el verso de Juan Valera» en A. C. Morón & J. M. Ruiz Martínez (eds.), En teoría hablamos de literatura, Granada, Dauro, 234–239.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2009. José María Blanco White: Traductor de poesía inglesa, Sevilla, Alfar.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2010. «Belmonte Müller: A Romantic Spirit in Córdoba», Revista Canaria de Estudios Ingleses 7, 125–134.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2011. «Echoes de America: Juan Valera in Washington: An Insight into the Development of Nineteenth Century Spanish–American Literary Relations», Siglo Diecinueve 17, 141–169.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2012. «Blanco White’s Anglophilia, Translations and Poetry. A Self–exiled Writer in England» en P. Martino & S. Mª. Jarilla (eds.), Caleidoscopio de traducción literaria, Madrid, Dykinson, 231–253.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2016. «Juan Valera, traductor universal» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Autores traductores en la España del siglo XIX, Kassel, Reichenberger, 311–322.

Torralbo Caballero, Juan de Dios. 2018. «Alberto Lista, traductor de Alexander Pope: El imperio de la estupidez», Hermēneus 20, 509–531.

Unamuno, Miguel de. 1950. «José Asunción Silva» en M. de Unamuno, Contra esto y aquello, Buenos Aires, Espasa–Calpe, 27–32.

Valera, Juan. 1864. «Manfredo. Poema dramático de Lord Byron, traducido en verso directamente del inglés al castellano por don José Alcalá Galiano y Fernández de las Peñas, Madrid, 1861» en J. Valera, Estudios críticos sobre literatura, política y costumbres de nuestros días, Madrid, A. Durán, II, 238–246.

Valera, Juan. 1961. «La poesía lírica y épica en la España del siglo XIX» en J. Valera, Obras completas, Madrid, Aguilar, II, 1181–1249.

Valera, Juan. 2002. Correspondencia. Volumen I 1847–1861. Ed. de L. Romero Tobar, Mª. Á. Ezama Gil & E. Serrano Asenjo, Madrid, Castalia.

Valera, Juan. 2005. Correspondencia. Volumen IV 1884–1887. Ed. de L. Romero Tobar, Mª. Á. Ezama Gil & E. Serrano Asenjo, Madrid, Castalia.

Vedia, Enrique Lorenzo de. 1860. «Al Señor Don Carlos Gutiérrez» en T. Gray, Elegía escrita en un cementerio campestre de Thomas Gray, traducida en verso castellano, Liverpool, Rockliff Hermanos, 3.

Vernet, Mercedes & Soledad Pérez. 2017. «Análisis contrastivo de traducciones al español del Soneto 116 de Shakespeare», Estudios de Teoría Literaria. Revista digital: artes, letras y humanidades 12, 73–88.

Villa Jiménez, Rosalía & Vicente López Folgado. 2013. «D. Juan de Escóiquiz’s Spanish Version of Gray’s Elegy Written in a Country Churchyard» en M.ª del M. Rivas & M.ª del C. Balbuena (eds.), Cultural Aspects of Translation, Tubinga, Narr Verlag, 253–273.

Zarandona, Juan Miguel. 1994. «Tennyson, Doré, Zorrilla y ¿algunas traducciones? relacionadas con las leyendas del mundo artístico», Estudios Ingleses de la Universidad Complutense 2, 221–236.

Zarandona, Juan Miguel. 2004. Los «Ecos de las Montañas» de José Zorrilla y sus fuentes de inspiración: de Tennyson a Doré, Valladolid, Universidad de Valladolid.

Zarandona, Juan Miguel. 2007. La recepción de Alfred Lord Tennyson en España: traductores y traducciones artúricas, Valladolid, Universidad de Valladolid.

Zarandona, Juan Miguel. 2009. «Alfred Tennyson» en F. Lafarga & L. Pegenaute (eds.), Diccionario histórico de la traducción en España, Portal de Historia de la Traducción en España.

Zarandona, Juan Miguel. 2014. «Gaul. Poema de Ossian de James Macpherson, en la traducción de Antonino Chocomeli Codina (1874)» en F. Lafarga & L. Pegenaute (dir.), Biblioteca de Traducciones Españolas, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Zarandona, Juan Miguel. 2017. «The Reception of Alfred Lord Tennyson in Spain: Difficulties and Achievements» en L. Ormond (ed.), The Reception of Alfred Tennyson in Europe, Londres, Bloomsbury Academic, 125–174.

Show 16 footnotes

  1. Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación Portal digital de Historia de la Traducción en España, PGC2018–095447–B–I00 (MCIU/AEI/FEDER, UE).
  2. Véase Vernet & Pérez (2017).
  3. Sobre las transformaciones de índole ideológica aplicadas por el traductor han disertado González Ródenas (1997: 181–183), Pegenaute (2016: 22–23 y 2021) y Duran (2012: 336–340, 2020: 50–51, 60–66), demostrando inter alia la transformación del texto protestante en un poema católico.
  4. De hecho, una setentena de versos sigue al texto fuente con bastante fidelidad mientras que una treintena están omitidos. Blanco White, coherentemente, arguye lo siguiente respecto a su aportación: «Es verdad que en mi égloga raro pensamiento se encuentra que no esté al menos indicado en la de Pope, mas siempre me he valido de estos pensamientos de un modo que no me ha quitado cierta clase de originalidad».
  5. N. Glendinning (1968) ha abordado la influencia de Young en Noches lúgubres, sin desdeñar a otros poetas como Milton, Pope y Thomson.
  6. El texto contiene tres cantos que se extienden respectivamente en un total de 59 estrofas con 2.186 versos, mientras que el poema original contiene 52 estrofas y 1.173 versos. Este trabajo de cotejo textual lo ha realizado García Calderón quien, contrastados los comienzos de ambos poemas, afirma que no tiene «nada que ver entre un comienzo y otro (como así ocurrirá en los tres Cantos de Mor), ya que el poema original ha servido a Mor para hacer una creación propia, que no tiene más similitud con el original que el nombre y la temática» (García Calderón 2016: 101).
  7. El dominio de Eugenio de Tapia de la lengua inglesa se corrobora en la traducción, junto a Juan Nicasio Gallego, de la novela de Walter Scott El talismán; o, Ricardo en Palestina (Barcelona, J. F. Piferrer, 1826), vertida directamente del original.
  8. En el siglo XVIII destacan dos hitos. Primero, José Alonso Ortiz Rojo traduce «Carthon» y «Lathmon» en su libro Obras de Ossián. Poeta del siglo tercero en las montañas de Escocia (Valladolid, Viuda e Hijos de Santander, 1788), y declara en el prólogo que se trata de una traducción directa del inglés (Alonso Cortés 1919: 10–15, Montiel 1974: 43). Segundo, Pedro Montengón, subyugado por «los nuevos temas y modelos sentimentales de la poesía del Norte» y atraído por «lo inédito y lo exótico» (Fabbri 2008: 2), publica Fingal y Temora. Poemas épicos de Ossián. Antiguo poeta céltico (Madrid, García, 1800) que es una traducción indirecta (Valera 1961: 1196) en endecasílabos libres, realizada a partir de la versión italiana de Melchiorre Cesarotti (1763).
  9. Se publican de nuevo estas seis piezas en el primer tomo de las mencionadas Obras literarias de D. José Marchena, bajo el rótulo genérico «Muestras de una traducción de los poemas de Ossián» recogiendo, asimismo, la «Advertencia preliminar» de Quintana. El santanderino incorpora dichos fragmentos en su Biblioteca de traductores españoles, encasillándolas como «Anónimo. – D. J. M.», aunque a reglón seguido especifica: «Probablemente D. José Marchena, aunque no tenemos seguridad entera» (Menéndez Pelayo 1952a: 121)
  10. El manuscrito está en la biblioteca Sydney Jones de Liverpool (Garnica & Díaz 1996: 432). Blanco White vive en Liverpool, en casa de Zulueta, cuando abandona la Iglesia de Inglaterra y la familia del arzobispo Whately (Juretschke 1951: 658–665, Murphy 1989: 207–238, Garnica & Díaz 1996: 432). Blanco White da noticia de esta traducción y de la de Lista en una nota de un manuscrito de la Universidad de Princeton (C0075, caja 19, carpeta 6): «There are two Spanish translations of the above sonnet, one by Don Clemente de Zulueta and another by Don Alberto Lista: but I have neither of them on hand. Lista is one of my earliest and most attached friends: an excellent poet» (Salgado 2011: 103).
  11. Conocido es el debate intelectual generado entre Mora y Juan Nicolás Böhl de Faber que tiene lugar desde 1814 hasta 1820 en la ciudad de Cádiz, tal como recoge Pitollet (1909) y después espigan algunos estudiosos como, por ejemplo, Cardwell (2011: 3–5) y Perojo (2011: 2).
  12. Teodoro Llorente publica en La España Moderna su traducción titulada «En el cementerio de Arrow», el 21 de septiembre de 1909.
  13. Previamente había sido publicado en Montevideo en 1836 y, a posteriori, lo publica en Buenos Aires (Imprenta del Siglo, 1867).
  14. Es destacable que la ópera Martha de Friedrich von Flotow (1847) contenga unos versos procedentes de Irish Melodies (Medina 2020: 74) concretamente «Tis the las Rose of Summer». Se trata de un poema que poco después de su publicación fue compuesto con música en inglés. La obra del compositor alemán es representada en Barcelona (1860) y luego en Madrid (1861), convertida en zarzuela. En 1863, Francisco Asenjo Barbieri produce «Melodía Yrlandesa» a partir de la adaptación francesa del compositor Théophile Manotte, según ha explorado Medina (2020: 74–75). Estas traducciones desde los versos de Moore denotan el interés por los cuentos orientales del poeta irlandés y por sus versos de corte nacionalista evidenciando, en cierto modo, la aclimatación española de estas teselas el mosaico romántico europeo.
  15. La presencia de Byron en España también se aprecia en la obra de otros escritores españoles como es el caso de Espronceda (Pujals 1982: 172–177) o, verbigracia, en el poema elegíaco Última lamentación de Lord Byron (Madrid, M. Murillo, 1879), de Gaspar Núñez de Arce, compuesto por 76 octavas (Pujals 1982: 178, 194). Otra muestra es «Sardanápalo», poema de inspiración byroniana compuesto por Guillermo Belmonte Müller en julio de 1882 que no se publicó hasta 1952 en el n.º 67 del Boletín de la Real Academia de Córdoba.
  16. Puede agregarse que José Alcalá Galiano es también autor de la traducción de la obra de Christopher Marlowe La trágica historia del Doctor Fausto (Madrid, Victoriano Suárez, 1911).